Últimamente, las “celebrities” se dedican a ejercer deDJs, por lo que cobran grandes cifras de dinero por cada sesión, desplazando así a los profesionales. Diego A. Manrique, en “El País”, da cuenta de la intromisión de estos nuevos pinchadiscos: “Lo de pinchar es metafórico, obviamente. Muchas de estas criaturas traen su música en un par de iPod”.
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique ‘No me llames Dj, por favor’.