DISCOS
«Una colección de cortes urgentes, pegadizos y crudos, en los que habla de fantasmas, dinámicas de poder, noticias e identidades falsas»
Nick Waterhouse
Nick Waterhouse
LEISURE-POPSTOCK!, 2019
Texto: XAVIER VALIÑO.
Entre los blancos que mejor reinterpretan el rhythm and blues añejo (junto a Eli “Paperboy” Reed y Mayer Hawthorne), está Nick Waterhouse. Tras tres discos aclamados, el californiano publica ahora un cuarto de título homónimo. Ponerle su nombre se debe a que recoge como nunca sus filias culturales y emocionales (la música de Irma Thomas y Chico Hamilton o las películas de Robert Siodmak y Adam Curtis) y por contar historias más personales que antes.
Más rasposo que nunca, en sintonía también con el más reciente James Hunter, Waterhouse presenta una colección de cortes urgentes, pegadizos y crudos, en los que habla de fantasmas, dinámicas de poder, noticias e identidades falsas, la ausencia de ideología y la política podrida, que se desata en “Man leaves town”, se muestra atemporal en “Thought and act” y se luce en “Wreck the rod”.
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Anterior crítica de discos: Joterías bobas, de Hidrogenesse.