Recién publicado su segundo trabajo, Nick Cave habla de Grinderman –la banda formada junto a Warren Ellis, Martyn Casey y Jim Sclavunos– y de sus diferencias con Bad Seeds. “Ha habido una especie de efecto cataclismo, ¿sabes? Lo ha puesto todo patas arriba. Para mí, musicalmente, no estaban pasando demasiadas cosas en The Bad Seeds. Tienen un sonido realmente único, es ese tipo de sonido monstruoso, y no hay nada que me guste más que salir a un escenario con ellos y tener conmigo este tipo de cosas monstruosas. Pero estaba ocurriendo algo cuando sentía muy difícil hacer de nuevo un disco como ‘The Boatman’s Call’, donde podías ir y decir, bueno, esto es básicamente piano y batería y bajo, todo el mundo a sentarse. Sentía que cada vez que cogía una canción a The Bad Seeds, todo estaba metido a empujones. En The Bad Seeds, tocas una canción y todo el mundo agarra las jodidas maracas, ¿sabes? Hay una comodidad en los Bad Seeds y Grinderman me perturba. Eso es lo caótico de Grinderman. Puedo obtener muy diferentes respuestas de mis más cercanos amigos, de mis compañeros, de gente con la que trabajo. Algo de amor algo de desconcierto. Ir a toda máquina, ‘¿qué coño estás haciendo?’, me resulta emocionante. Hay una presión con los Bad Seeds que no siento en Grinderman. Dentro de los Bad Seeds, para mí, hay un sentido del deber por el legado de la banda”.
