Neil Young lanzó a finales de 2014 un reproductor portátil de música en formato digital de alta resolución denominado Pono. El aparato ha sido un fracaso comercial debido, entre otras cosas, a su alto precio, unos 400 dólares, la poca capacidad de almacenamiento, un pantalla táctil muy pequeña y la escasa cantidad de música disponible. Pero Young, en declaraciones a “Los Angeles Times”, asegura que ha sido la política comercial de las discográficas la causa de la defunción del Pono.
“Las compañías discográficas lo han matado. Lo han matado por insistir en cobrar dos o tres veces más por los archivos de la alta resolución que por los de MP3. ¿Por qué alguien pagaría tres veces más?”, dice Young.
“Creo que toda la música debería costar lo mismo. Un archivo de alta resolución no cuesta más transferirlo. Y hoy con el streaming no tienes el problema de archivos compartidos sin autorización. ¿Quién querría copiar algo que puede tener en streaming?
Las compañías discográficas, al cobrar tres veces más por la música de alta resolución de lo que cobran por la música regular, han matado la música de alta resolución. Es la cosa más estúpida que he visto nunca”.