DISCOS
«Aunque sea otro trabajo robado a la desesperación, a la enfermedad, a la muerte, no se trata de un disco oscuro, ni mucho menos»
Edwyn Collins
Nation shall speak unto nation
AED, 2025
Texto: XAVIER VALIÑO.
Aunque el hecho es de sobra conocido por sus seguidores, conviene recordar que Edwyn Collins sufrió, hace ahora veinte años, dos infartos cerebrales que le dejaron sin poder caminar, hablar ni leer. Por supuesto, nada de tocar la guitarra o cantar, lo que había constituido su vida hasta entonces en Orange Juice o en su bastante exitosa carrera en solitario. Tuvo que reconstruir casi todo desde cero y, aunque sigue sufriendo parálisis en buena parte de su cuerpo, ha conseguido poco a poco volver a componer y grabar, gracias, sobre todo, al apoyo y constancia de su esposa Grace Maxwell.
El décimo disco a su nombre lo ha grabado en su estudio casero en las Tierras Altas de Escocia, acompañado por músicos como su hijo William, los guitarristas James Walbourne y Carwyn Ellis (con proyectos tan estimulantes como Rio 18) y las coristas Lena Wright y Bianca White. En él se habla de la vuelta a casa (“Sound as a pound”) y de su pueblo Helmsdale (“The Bridge hotel”). Incluso parece querer reflejar un cierto ajuste de cuentas al mencionar los problemas de habla derivados de los derrames en el tema titular («Cuando las palabras fluían con facilidad / Tenía la respuesta a todo») o en el single “Knowledge” («El conocimiento es amigo mío / Pero es difícil de precisar / Primero se perdió y ahora lo he recobrado / En mi juventud era tímido y torpe / Pero al menos lo había logrado»). El mismo título, tomado de un lema añejo de la BBC («La nación le hablará a la nación»), parece aludir a los problemas de comunicación y las lecciones que la vida te puede dar en un momento dado.
Aunque sea otro trabajo robado a la desesperación, a la enfermedad, a la muerte, no se trata de un disco oscuro, ni mucho menos, sino que a través de sus canciones revestidas con distintos ritmos expresa su ansia por vivir: “Knowledge” se acompaña con unas trompetas de tintes góspel, “Sound as a pound” vuelve al sonido soul con el que triunfó en “A girl like you”, “Rhythm is my own world” tiene ecos de bossa nova, “Strange old world” recupera el estilo a la guitarra de Duane Eddy, “The mountains are my home” (coescrita por Ellis) se acerca al country y “The Bridge hotel” es lo más cercano al mundo celta que ha grabado, con esos cantos de pájaros y las gaitas que resuenan tan acogedores como el calor del hogar.
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Anterior crítica de discos: Can’t lose my (soul), de Annie & The Caldwells.