Natalia Lafourcade: «Un canto por México es la culminación de todo lo que ha ocurrido a partir de Mujer divina»

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«Al estar encerrados, sin vernos, parece como una llamada de atención del universo»

 

El próximo 12 de junio ve la luz el nuevo disco de Natalia Lafourcade, Un canto por México vol. 1, cuyo punto de partida fue un concierto benéfico celebrado en Ciudad de México a finales de 2019. De momento ya ha estrenado su primer single, “Religión”. De sus nuevas canciones habla, mediante videollamada en pleno confinamiento, con Carlos H. Vázquez.

 

Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos cedidas por SONY MUSIC.

 

De la destrucción nace otra vida. El 19 de septiembre de 2017, México sufría uno de los peores sismos que se recuerdan en el país desde 1985. A miles de kilómetros de allí, la mexicana Natalia Lafourcade se encontraba en Madrid, haciendo entrevistas, para hablar de Mujer divina (Sony, 2012), un álbum con el que rendía tributo a Agustín Lara.

Además de la tierra, ese día hubo algo más que tembló en el corazón de Natalia Lafourcade. Por lo pronto, su primera intención fue la de ayudar a su gente y, en concreto, a reconstruir el Centro de Documentación del Son Jarocho, en Jáltipan de Morelos, Veracruz, fundado por Ricardo Perry y Los Cojolites hace casi dos décadas. De alguna manera, y sin que Natalia pudiera saberlo en ese instante, la música de raíz que estaba conociendo entonces iba a desembocar en una «parranda» final el 4 de noviembre de 2019, en el Auditorio Nacional, con el concierto benéfico Un canto por México, que celebraba la vuelta a la vida del Centro de Documentación del Son Jarocho con artistas que, junto a su voz, interpretarían nuevas canciones pero también himnos clásicos del folclore. A esas alturas, la artista mexicana ya había publicado Hasta la raíz (Sony, 2015) y Musas. Un homenaje al folclore latinoamericano en manos de Los Macorinos (Sony, 2017), un álbum doble que recorría las arterias de la música de su tierra. Pero hoy, como punto final, cierra esta etapa con la publicación del primer volumen de Un canto por México (Sony, 2020). Será que todo pasa por algo.

 

¿Cómo te encuentras en estos momentos de encierro? ¿Dónde estás ahora?
Me encuentro muy bien y soy muy afortunada, porque estoy en medio del campo. Percibo todo lo que me llega de las noticias, pero en lo personal estoy muy bien, en familia, con mis mascotas, encerraditos… El campo es el campo y me da esta cosa de sentirme bien por estar rodeada de verde. También es verdad que, aunque estemos en este contexto tan hermoso, hay días en los que me siento encerrada y otros en los que me siento bien, ocupándolo en hacer cosas que hacía mucho tiempo que no hacía, como estar en mi casa, principalmente.

 

¿En qué crees que vamos a cambiar como sociedad después de esta crisis sanitaria?
Quiero pensar que vamos a salir mejor de lo que estamos ahora —como humanidad—, porque esto ha venido a remover nuestra comodidad, nuestra cotidianidad y nuestra forma de vivir. Siento que es como atravesar un puente muy extraño, difícil e incómodo, porque al estar encerrados, sin vernos, parece como una llamada de atención del universo: «Deténgase, humanidad». Vamos a darnos ese chance para viajar un poco más al interior y meditar acerca de cómo estamos comportándonos como humanidad para con nosotros, para nuestro entorno… También la tierra se está limpiando, pero es una locura, porque implica mucho dolor, aunque del dolor siempre se pueden sacar buenas cosas. Mucha gente está partiendo, hay mucha gente que está afectada con esto, pero pienso que bien podemos ocuparlo para salir mejor y voltear la situación a nuestro favor, como seres humanos, y trabajarnos en un nivel más espiritual y más profundo.

 

En la entrevista que te hizo mi compañera Arancha Moreno hace dos años, contabas que lo que realmente te desgastaba era viajar, no el escenario, y que en unos meses querías establecerte en tu casa. ¿Cómo escuchas el latido de tu tierra cuando estás lejos del hogar?
Cuando estoy lejos de casa, la música que toco se ha convertido en algo que me ayuda muchísimo a volver. Cada vez que estoy en el escenario cantando canciones como “Hasta la raíz” o “Mi tierra veracruzana”, cierro los ojos y de alguna manera vuelvo a ver ciertos aspectos de mi tierra, el verde que me rodea en la casa, la gente, la comida y los olores… Todo lo que estando aquí puedo ver y tanto me gusta. El escenario es mi casa, pero tengo esta otra cosa, desde donde te hablo, que es una casa que amo.

 

¿Dónde te encontrabas el 19 de septiembre de 2017, cuando sucedió el terremoto de México?
En Madrid, de promoción con el disco de Musas. Estábamos haciendo entrevistas y recuerdo que fue muy fuerte y muy frustrante para mí sentirme tan lejos de mi casa y no poder hacer nada. Me marcó mucho en ese aspecto. También fue muy bonito ver la solidaridad de todos los mexicanos, cómo todos reaccionaron ante tal suceso y cómo empezaron a ayudar. Creo que de ahí surgió la inspiración de ayudar y de hacer algo también. Después me enteré de que el Centro de Documentación del Son Jarocho, que es de donde viene en este proyecto, se vio muy afectado, y estando en España fue que decidimos ayudarlos.

 

«Este proyecto es un híbrido de mis éxitos, de canciones que la gente ya conoce, pero quisimos meter inéditas»

 

 

Se organizaron dos conciertos benéficos para tal fin bajo el título Un canto por México: el 14 de noviembre de 2017, en el House of Blues de Anaheim (Estados Unidos), y el 4 de noviembre de 2019, en el Auditorio Nacional de México. De hecho, en la comparecencia de prensa de presentación del show del 4 de noviembre dijiste que «era la parte final» de lo que necesitabais «para encaminar este proyecto». ¿Pero fueron suficientes estos dos conciertos para la reconstrucción del CDSJ?
Realmente no fueron solo dos fechas. Digamos que las dos fechas fueron un complemento, porque empezamos a tener muchos aliados. Se unió a nosotros la gente de Nido Social; después Fideicomiso Fuerza México, que donó una fuerte cantidad de dinero; luego Pienza Sostenible, que se ocuparon de toda la parte del diseño, de la arquitectura y de la infraestructura del proyecto. Nos vinieron a dar mucha luz y mucha base, porque estábamos un poco perdidas en mi oficina y queríamos ayudar, pero no sabíamos muy bien cómo, así que poco a poco fuimos teniendo más aliados, como la gente de Novaceramic, que nos dieron muchos materiales, y la gente de Sony Music. Entre todos logramos tener este fondo para poder arrancar la construcción y por fin logramos ver cómo se materializa en una construcción, pero la tuvimos que detener por todo lo que está pasando ahora.

 

¿Y en qué momento pensaste que de esto también podía salir un disco?
Pues de primera no lo pensé. Me di cuenta en el momento en el que empezamos a preparar el concierto de Un canto por México en el Auditorio Nacional. Al ver la música que estábamos haciendo, pensé que no podía hacerlo solamente una vez. El concepto de Un canto por México es una estructura que generamos para poder apoyar causas, como la reconstrucción del Centro de Documentación del Son Jarocho, y cruzo los dedos y espero que en mi camino y en mi carrera como artista pueda hacer muchas y diferentes cosas con Un canto por México. El concepto es música a cambio de que apoyemos y ayudemos en comunidad, muchas personas en pro de algo. Era una pena pensar que esto se fuera a quedar en un solo concierto. Sentí que teníamos que llevar este show a otros lugares desde donde nos escribían y nos pedían que fuéramos, como Colombia o Argentina, y como no podíamos dejarlo en un solo concierto, pensamos en hacer este disco, que no es precisamente un disco en vivo, porque eso nos complicaba más las cosas en ese momento, pero sí un disco que pudieran escuchar. Hicimos un concierto grande de casi tres horas, con casi treinta canciones en el repertorio, y terminamos con un disco doble. Este proyecto es un híbrido de mis éxitos, de canciones que la gente ya conoce, pero quisimos meter inéditas, de nuevos compositores que no habíamos tenido y darle un poco la vuelta con este formato tan mexicano, mezclando géneros rancheros, Son Jarocho, boleros… De repente era un poco world music, porque se mezclaba la bossa nova con el bolero. No sabemos ni qué hicimos, pero esto es como una olla, donde metes todo y se cocina algo delicioso, y de esto salió algo rico.

 

«Siento que Un canto por México es como la parranda, la fiesta de culminación de una etapa de mi andar en la música»

 

Fueron muchos los invitados que se subieron al escenario, pero también los que aparecen en el disco. ¿Cómo se coordinaron las grabaciones con los ensayos?
Pues estuvo muy interesante la forma en la que lo hicimos. Por supuesto, me apoyé en Kiko Campos, que es el productor del disco, porque tiene mucha experiencia en este tipo de música y también porque trajo un equipo de gente increíble. Era como estar en el cielo. Todo lo hicimos en el estudio de Sony. Teníamos dos estudios, el A y el B. Primero empezamos grabando el disco, pero como el tiempo empezó a apretar y ya venía el día del concierto, se nos juntó la grabación del disco junto con los ensayos para el concierto. Teníamos un estudio lleno de músicos ensayando para el concierto y otro con los ingenieros preparando todo para que los músicos fueran pasando de una cabina a otra. Los invitados grababan su parte, luego volvían y seguían ensayando para el concierto… Y así hasta muy altas horas de la noche. Fue muy emocionante, con mucha adrenalina todo el tiempo, porque llegaba un invitado y se iba, luego llegaba otro invitado, la sección de cuerdas, el percusionista, el acordeonista… Para mí era como una fiesta, mi fiesta favorita de la vida.

 

¿Cómo se eligió el repertorio?
El repertorio es un híbrido basado en el concierto, todas estas canciones que sabíamos que la gente iba a disfrutar mucho cantándolas con nosotros y que iba a reconocer inmediatamente. También estaba la parte del repertorio inédito, composiciones que agregamos como “Una vida” o “Mi religión”… O “Balajú”, “Serenata huasteca” o “Veracruz”, temas de compositores que admiro, temas muy tradicionales y conocidos, como “Cien años”. Canciones que la gente ya conocía pero que yo nunca había cantado.

 

 

Llevas desde 2012 adentrándote en la raíz, en el folclore, publicando discos que son tributos, homenajes, recuerdos… Ahí están Mujer divina y Musas, y en el medio Hasta la raíz, que no es un homenaje en sí, pero su título nos hace viajar en ese sentido. ¿A qué responde esto, qué te ha movido por dentro para que te encuentres en una etapa tan introspectiva?
Creo que responde a una inquietud que tengo acerca de seguir conectando con el pasado y con extraer aspectos de entonces, una añoranza que tanto siento que me trae a mi presente, una conexión constante con este tipo de música y de canciones que tienen un espíritu y un alma muy especial. Todavía me siento ávida de aprender de toda esta música, quiero conectar con estos géneros musicales y explorarlos porque tienen mucha riqueza. En algún punto, cuando hice el disco de Musas, era una inquietud personal, pero no sabía que la gente se sorprendiera y dijera que «estaba padre». Llegamos a decir que queríamos hacer un disco que nos hiciera felices a nosotros, pero no sabíamos si a la gente le iba a gustar, si lo iban a querer oír o si la disquera iba a querer sacarlo. Hacer Musas para mí era como un regalo personal, porque era la música que pondría en mi casa. Y poco a poco eso fue evolucionando. Siento que Un canto por México es la culminación de este momento y de esta constante inquietud que he tenido por conectar con toda esta música. Siento que Un canto por México es como la parranda, la fiesta de culminación de una etapa de mi andar en la música. No sé qué música podría hacer después, pero seguramente siga acercándome al folclore, porque nunca me he cansado de él. Ahora empecé a tomar clases de Son Jarocho y me quedo pensando: «¿Cómo es esta música? ¿Cómo yo, que soy músico y llevo un recorrido, voy a entrar en estos ritmos y en estos fraseos?». No termino de sorprenderme. Me parece infinito. No sé qué va a venir después, pero siento que Un canto por México es la culminación de todo lo que ha ocurrido a partir de Mujer divina.

 

En marzo de este año publicaste el tema de “La malquerida” en honor a todas las mujeres maltratadas, malqueridas… ¿Pero podía pertenecer a Un canto por México? Veo que el arte es también de Rocca Luis César, como en este disco que publicas en junio.
Sí. “La malquerida” forma parte del segundo volumen de Un canto por México, que en algún momento va a aparecer. Un canto por México es un reflejo de México; en todas las canciones vemos aspectos del país, que tiene de todo, como en cualquier parte del mundo, con su luz y su oscuridad, pero también con sus dolores, sus alegrías y sus cosas increíbles, y para mí “La malquerida” es el reflejo de un dolor enorme que habita en muchas mujeres y en muchos hombres, un dolor que tiene que ver con aspectos de la educación que hemos tenido, de cómo integramos el aspecto femenino y masculino en nuestra sociedad. Para mí era muy importante hacer una canción que pudiera reflejar este dolor de las mujeres por no poder ser miradas, porque no nos miran a los ojos. Por eso esas frases que hay en “La malquerida” son tan poderosas. Tenía una gran amiga que se llamaba Rocío Sagaón, una artista y bailarina increíble, a la que compuse “Rocío de todos los campos” poco tiempo después de su muerte. Era una mujer impresionante. Muchos de nuestros vídeos los hicimos en su rancho, que es el campo de “Rocío de todos los campos”. Además, era escultora, trabajaba con barro e hizo toda una colección de las malqueridas cuando yo estaba trabajando el disco de Agustín Lara (Mujer divina) en su casa. Me tocó verla hacer todas estas piezas preciosas pero muy poderosas también, con una energía muy potente que remiten a las mujeres de todo el mundo que han sido maltratadas, tapadas, silenciadas, violadas… Y siento que ella fue la que me dictó esta canción junto con el espíritu de las malqueridas, porque la letra salió como en quince minutos y llevaba meses tratando de imaginar cómo podría expresar ese dolor de la mujer.

 

Otro tema importante, en este caso interpretado con Carlos Rivera en el concierto del 4 de noviembre, fue “Recuérdame”, perteneciente a la banda sonora de Coco. Supongo que aparecerá en ese segundo volumen, pero quería preguntarte por qué es tan especial esta canción para ti.
Sí, estará en el segundo volumen. Y es muy especial porque llegó a mi vida como si el universo me estuviera diciendo que la hiciera. Cuando nos contactaron de Disney estaba de gira, con muchos viajes… y era imposible grabar la canción; no coincidían los tiempos a menos que grabáramos a las tres de la mañana entre un concierto y otro viaje. Era una locura. Dijimos que no varias veces y varias veces volvieron a pedírnoslo por favor, porque querían que la hiciera yo, así que buscamos la manera, se arreglaron los tiempos… Total, que acabamos grabando la canción, pero ni me acuerdo de cómo lo hicimos, porque todo fue de la manera más rara, ahora no sé si se hizo en un hotel. Después empezaron a venir ciertas cosas hasta que terminé cantándola en la gala de los Oscar de 2018 [con Gael García Bernal y Miguel]. Y más allá de verme cantando en los Oscar, fue encontrarme interpretando un tema que tenía que ver con mi país, con mi gente, con mi cultura, con una película que habla de una tradición que amo, aparte que es una de mis favoritas… Me sentía muy orgullosa de estar ahí. La gente me preguntaba por qué no estaba nerviosa, pero no me sentía así porque pasaron tantas cosas para llegar hasta ese momento que me quedó claro que aquello tenía que suceder. Estaba cantándole a mi gente con mucho orgullo de ser quien soy, de donde vengo, con lo que somos y lo que no somos también. Fue una canción que me ayudó a enraizarme como artista. Esa soy yo y esto es todo lo que le puedo dar a mi gente, porque lo voy a hacer con mucho cariño. Es de estas canciones que son como caballos que van abriendo puertas, y esto no pasa todo el tiempo ni con todos los temas. Las canciones tienen su propio espíritu y su propia onda, y siento que “Recuérdame” fue una canción que me ha ido abriendo camino.

 

 

Dice su letra: «Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás / a solas yo te cantaré soñando en regresar». Ya que hablamos de religiones y muerte, ¿crees en la reencarnación?
Creo en la vida, como extendida, pero en realidad creo en muchas cosas. Creo que vamos habitando una vida, otra vida… y vamos aprendiendo cosas hasta que hasta que se termina. O no, no lo sé. Pero siento que no solamente estamos en este momento, en este espacio, sino que no estamos solos y que hay algo muy enorme y muy grande arriba de nosotros. Y, por supuesto, siento que hemos venido para entregar y también para aprender.

 

¿Se es de donde se quiere ser y se pertenece a quienes se desea pertenecer, como diría Ana María Matute?
Quiero pensar que hay que estar presentes, abrazar nuestro presente, nuestros momentos, nuestro entorno, donde estamos… Hay que ser. El verbo ser implica mucha valentía, y cuando nos permitimos ser y estar, entonces estamos bien, también con nuestro entorno. Pertenecemos a donde debemos y merecemos pertenecer.

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