DISCOS
“Estamos ante uno de los mejores homenajes que se han rendido al estilo y el cancionero de Sinatra”
Willie Nelson
“My way”
LEGACY, 2018
Texto: JAVIER MÁRQUEZ SÁNCHEZ.
Tan solo cinco meses han pasado desde que Willie Nelson celebrara sus 85 años con el excelente “Last man standing” cuando nos llega un nuevo trabajo de estudio del cantante y compositor tejano. “My way” es el título de esta selección de once canciones que tiene como objetivo rendir tributo a otra leyenda de la música estadounidense: Frank Sinatra. A pesar de que su nombre, sus trenzas y su guitarra estén inequívocamente ligados a la música country, hace ya décadas que Nelson sobrepasó cualquier barrera de género para convertirse, simplemente, en lo que podríamos definir como “un intérprete americano”. Hace justo 40 años, en 1978, se alejaba por primera vez de la tradición country con uno de los mejores discos de su carrera (y con el nuevo hacen ya 80), “Stardust”, una selección de standards del cancionero popular americano. Han sido varias las entregas de este tipo que ha ofrecido desde entonces, incluyendo todo un álbum dedicado al compositor George Gershwin, en 2016. Pero mientras que aquel disco adolecía de una instrumentación cansada, bastante anodina, el actual trabajo presenta a un Willie Nelson sacando lo mejor a su banda de acompañamiento, con unos deliciosos y refinados arreglos de medianoche, entre lo jazzie y lo blusero.
Producido junto a Buddy Cannon y Matt Rollings, cuenta también con la voz de Norah Jones en una de las canciones (‘What is this thing called love?’), pero sin duda el gran nombre propio del álbum junto al de Nelson es el de Mickey Raphael. Con su sempiterno pelo rizado y su carismática armónica, Raphael acompaña a Nelson en cada estudio y cada directo desde mediados de los setenta, y en esta grabación, más incluso que la guitarra del octogenario, es su armónica la que se convierte en el puente perfecto entre los dos Willies: el crooner y el “okie”. Es muy interesante escuchar cómo lo que habrían sido fraseos y solos de saxo o trompeta en grabaciones de Sinatra aquí toman la elegante voz de la armónica de Raphael en buena parte de los temas.
En cuanto al repertorio, no se han escogido éxitos a la ligera. Se advierte una cuidada selección tanto de temas populares identificados con Sinatra (‘A foogy day’, ‘Blue moon’, ‘Night and day’) con canciones que fueron creadas a la medida del “viejo ojos azules” (‘Fly me to the moon’, ‘Summer wind’, ‘It was a very good year’). Sin trampas ni malabares —basta escuchar el elegante cierre con ‘My way’, lejos de cualquier fuego de artificio instrumental al que tanto se presta esta composición—, respetando un estilo propio y dotando al conjunto de coherencia musical y un mismo sentido, estamos ante uno de los mejores homenajes que se han rendido al estilo y el cancionero de Sinatra, mano a mano con aquel “Perfectly Frank” que le dedicó Tony Bennett en 1992. A la espera quedamos, ansiosos, del siguiente trabajo —seguro que magistral— del venerable Willie.
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Anterior crítica de discos: “Ex” de Joaquín Pascual.
