«Antes había tanto trabajo que no te daba tiempo a nada más, es directamente proporcional al tiempo que tienes. Antes las giras eran mínimo de 60 conciertos, ahora no hay giras»
Tocando el bajo o haciendo coros, así es como se gana la vida Luismi Baladrón, que ha tocado con Antonio Vega, Estopa, Carlos Cano, Carmen París o Alejandro Sanz. Ahora mantiene su propio proyecto, en el que interpreta música a capela.
Una sección de ARANCHA MORENO.
Dio sus primeros pasos profesionales en La Década Prodigiosa, y de esa cantera salió bien curtido para todo lo que vino después: giras con Lolita, Alejandro Sanz, Estopa, Carlos Cano, Carmen París… Y cinco años como bajista de Antonio Vega. Luismi Baladrón siempre se ha movido entre bajos y coros, y en los últimos años se ha centrado en Primital Bros, un cuarteto a capela de corte cómico. Quedamos una mañana de junio en el madrileño barrio de Malasaña, y me lleva rápidamente a ser testigo de uno de los ensayos del grupo, que está en su casa preparando el próximo concierto. En un pequeño salón cuadrado, con grandes ventanales, apuran sus cigarros y charlan Santi Ibarretxe, ideólogo del cuarteto, Íñigo García y Daniel Llull. Están sentados en círculo, muy próximos, y pronto entenderé por qué: cantan mirándose directamente a los ojos, concentrándose en escuchar las otras voces. Por el ensayo desfilan temas originales, divertidos y realmente complejos: ritmos africanos con lenguajes inventados, temas de influencia Bollywood… Y ‘Superman’, un “estreno mundial”, apuntan, ya que aún no lo han probado en directo. Por la habitación desfilan trompetas, bajos, voces de niñas, percusiones, cantos hindúes, coros africanos, ecos que van del rap o el hip hop hasta Queen… Y todo, absolutamente todo, aflora de sus gargantas. Un original viaje que termina con una charla, ya a solas, con Luismi.
¿Dónde empieza tu historia musical?
En el colegio en los Salesianos de Atocha, por un profesor que le dijo a mi madre que tenía aptitudes para la música. Allí se fomentaba mucho la música, con doce años ya tocaba el bajo en la iglesia. Eran modernos, tenían material, y me enganché al bajo. Había un grupo allí, Aleluya, y se hacían muchos conciertos, ese fue el comienzo. Estuve con grupitos underground de Madrid, hasta compaginarlo con orquestas a los 17 o 18 años. Lo siguiente fue hacer un casting para La Década Prodigiosa, y estuve seis años. Grabé cinco discos con ellos, fue un buen «training» para aprender. Eran músicos profesionales y yo todavía no estaba hecho, me formé ahí bastante.
De hecho, en aquella época despuntaban bastante.
Hacíamos 140 bolos al año, era un grupo muy absorbente. Y se hacía promoción a saco, muchas más teles que ahora, salías en todos lados con los famosos playbacks. Era un curro más serio, que ya daba para vivir holgadamente. Entre medias, tenía la inquietud de hacer cosas diferentes con muchos músicos. A capela siempre he tenido grupos, he cantando en coros varios años.
¿Así que siempre has combinado coros y bajo? No es un perfil muy habitual.
Siempre, seguramente muchos de los trabajos que me salían era por eso: un bajista que puede cantar. No es muy habitual, pero los hay. Paco Bastante lo hace muy bien.
Paco Bastante, bajista que ha pasado por esta sección, y amigo tuyo desde chavales.
Mi amigo del alma. Escuchábamos música juntos de pequeños, eso te marca mucho, escuchar música sin saber que vas a dedicarte a ello.
Lo único malo de que tengas un amigo bajista, es que nunca podrás trabajar con él.
Claro. En mi caso, he tenido suerte, como he hecho dos giras de corista he podido trabajar con bajistas. Pero lo que solemos hacer es ir a vernos mutuamente. Paco y yo tenemos una amistad muy grande, desde que teníamos catorce o quince años.
Caminos paralelos, y supongo que muchas llamadas posteriores para ofreceros mutuamente trabajos.
Sí, eso ayuda mucho. Paco me ha ayudado mucho en ese aspecto, cuando yo estaba en La Década, él ya estaba con Sabina. Como esto es muy pequeño, nos hemos intercambiado cosas.
¿A ti te tiraba el rock, cuando empiezas?
Yo he sido muy rockero siempre. Con veintipocos me daba cuenta de que me gustaba el rock, el jazz, el pop… Me gusta la música en general, divido la música en buena y mala, música que transmite y música que se queda por el camino. Dentro de cada género hay cosas muy interesantes, en todos lados. En el folclore también hay muchas cosas que me encantan.
¿Qué estilo has trabajado más?
Muchos, porque he tocado con Lolita, que es un poco más rumba; con Carmen París, que es más jota; con Alejandro Sanz, Los Secretos, con Carlos Cano, que es más coplero… De todo se aprende, sobre todo de los músicos que te encuentras en las giras. Tocar con grandes músicos es de las mayores suertes para poder aprender. Es una manera de evolucionar, en la música es quizá lo más importante.
¿Aprendiste de alguien en especial?
De cada uno aprendes cosas diferentes. Quizá de Antonio [Vega], que fueron cinco años tocando con él. Esa manera de cantar que tenía, esos últimos años que estaba más malito y seguía teniendo esa voz tan bonita, tan aterciopelada, esa manera de cantar tan suya. Cuando canto sus temas me acuerdo de su manera de hacerlo. Fueron cinco años inolvidables, muy intensos. De Leo Minax, es un gran compositor, y compone en tiempos irregulares, y ha sido toda una escuela para mí estar con él. Y sobre todo de los músicos: Antonio Serrano, Bob Sands, Israel, Alfonso Pérez, que es también como mi hermanito. Son gente que tiene un don muy grande. Santi Ibarretxe, otro animal. No todos tenemos ese don, pero estar al lado te hace ser mejor día a día. La música es muy bonita, porque nunca acabas de aprender. Los parámetros de la música son infinitos.
Los músicos de Antonio seguís homenajeándole de cuando en cuando. ¿Estás participando en los homenajes?
Sí, hicimos el del Palacio de Deportes, hice varios, pero ahora está yendo Billy Villegas. Hay uno en Galicia que haré yo, pero como han pasado muchos músicos… Ahora lo lleva Basi [Basilio Martí], y las cosas las hace con Billy Villegas y Anye Bao.
¿Qué pasó después de tocar con Antonio?
Decidimos apostar por las producciones propias, por Primital Bros, y en esas seguimos. Sigo picoteando, he grabado con Andrés Suárez, hace poco he estado haciendo “Noche de verano en la Verbena de la Paloma”, con Marina Bollaín. Nunca había hecho una zarzuela, y hay cosas que me gustan mucho, era una orquesta y salíamos al final, tocando con un montaje muy grande. Seguimos sobreviviendo con la música, seguimos empeñados en vivir de esto.
«Yo he grabado muchos coros en discos, pero en directo es un lujo. Antes se lo podía permitir alguno, ahora ya nadie se lo permite. Ni Alejandro Sanz, ahora lleva dos chicas»
Pero ahora lo haces con más proyectos propios, y acompañando menos a otros artistas.
Sí, en 2004 yo estaba con Antonio, pero ya estaba con Primital. En 2010 se hizo un proyecto, una comedia a capela, “Tutto per Gina”, una historia alrededor de cuatro personajes que viven juntos y una diva, un cartel de Gina Lollobrigida. Fue una experiencia muy intensa, todos quedamos muy contentos y seguimos haciendo conciertos los cuatro. En 2011 nos metimos con The Hole, estuvimos ahí nueve meses, ellos siguieron y nosotros nos cansamos, queríamos hacer otras cosas. Nueve meses en un teatro, haciendo siete u ocho funciones a la semana te curte y hace que el grupo esté más constituido, que ahora mismo podamos estar montando cosas nuevas con una velocidad adecuada. Con lo difícil que es montar las capelas, ahora ya tenemos «training».
¿Así que vais montando espectáculos?
Estamos montando material nuevo de Santi Ibarretxe. Antes montábamos material de todo el mundo, era un poco locura, y ahora queremos que sea todo original, la música es toda de Santi, y tocamos muchos lenguajes diferentes, una paleta muy grande, y después lo vestimos en el escenario. Estamos en ese proceso.
O sea, que habéis abandonado los instrumentos, pero los tenéis interiorizados.
Al final la voz es el todo, los instrumentos derivan de los sonidos naturales, de la voz humana y de la de los animales. Es sanador. Todo el mundo debería cantar, hasta por la calle…
El próximo 27 de junio tocáis en el Café Berlín de Madrid, ¿ensayáis para ese concierto?
Sí, los conciertos son banco de pruebas para introducir las cosas nuevas que estamos montando y ver cómo reacciona la gente. Es un cuarteto a capela cómico, el concepto es hacer reír mientras cantas.
Os mirabais a los ojos constantemente, unos a otros, mientras cantabais.
Como estamos montándolo tiene que haber mucha concentración, y tienes que escuchar mucho a los demás. Realmente, cuando tocas con más gente lo difícil es escuchar a los demás. En este caso es el empaste, de repente está perfecto y vibra todo, es magia, pero hay que trabajar mucho escuchando de verdad. La dificultad deriva de que estás cantando y estás fijándote en lo que están haciendo los demás. Tienes que independizarte de tu parte y poner las orejas al servicio de la música, para que ocurra el milagro.
Primital Bros centra gran parte de tu tiempo, ¿con qué lo combinas?
Sobre todo con Andrés Suárez, y también con Primital, el sexteto, con el que hemos sacado dos discos. Es un proyecto que no creo que abandonemos nunca, hemos tenido etapas de trabajar más y ahora está un poco parado, pero todos los años vamos a Galicia, y este año vamos también a tocar al Náutico.
Has vivido etapas muy diferentes: has viajado mucho con la música de otros, y ahora estás más en España con vuestro proyecto.
Siempre hemos pensado en sacar este proyecto fuera, pero aquí es donde vivimos. Hay que darle forma y luego encontrar las oportunidades para dejarte ver fuera. También sería muy enriquecedor tener la oportunidad de irte al Radio City Music Hall, donde fui con Alejandro Sanz, eso es un lujo.
¿Fuiste allí acompañando a Alejandro Sanz como corista?
Sí, las giras de Alejandro siempre tienen la parte de América y la parte de España. En 2001 estuvimos allí. Girar con él fue una experiencia muy buena, me lo pasé muy bien, iba solo cantando, con Helen de Quiroga y Txell Sust, y es una gira que no olvidaré en la vida. Fue una experiencia muy grande. Aquí llenó el Estadio Vicente Calderón.
¿Y cómo se prepara una gira con ese despliegue?
Esa gira es de las que más personal había, tanto músicos, como técnicos, como montaje: pasarelas, pantallas… En el escenario éramos trece músicos, entre músicos y técnicos éramos unos cincuenta. Hubo ensayos aquí, y para la gira española ensayamos en Amberes, en Bélgica.
Qué curioso que girases tú solo como corista con dos chicas.
Sí, yo he grabado muchos coros en discos, pero en directo es un lujo. Antes se lo podía permitir alguno, ahora ya nadie se lo permite. Ni Alejandro, ahora lleva dos chicas. Es una cuestión de presupuestos, te lo puedes ahorrar y muchas veces los músicos que tocan el instrumento cantan, defienden un poco los coros.
Por cierto, también fuiste el bajista de la primera gira de Estopa. Te has fogueado mucho, y muchas noches.
Sí, hicimos 144 bolos. Estás ahí todo el día, mucha carretera. Ya pasé las mil noches hace mucho.
Y has trabajado con Ana Belén recientemente.
Sí, en el último disco hemos grabado los coros. Tocamos mucho con su hijo, porque es el teclista de Primital, David San José.
Se ve que últimamente afloran muchos proyectos propios, y antes era algo más puntual.
Antes había tanto trabajo que no te daba tiempo a nada más, es directamente proporcional al tiempo que tienes. Antes las giras eran mínimo de 60 conciertos, ahora no hay giras. Por una parte, es bueno tener tiempo para ti, porque no te das cuenta y te pasas la vida tocando para otros y a lo mejor no es lo que más te llena, va al bolsillo pero no te llena espiritualmente. A mí me pasa eso.
Así que prefieres volcarte con la creatividad.
Mucho más. En una gira te aprendes lo que hay, ensayas y lo haces, y está muy bien, pero un proyecto propio es lo que más me interesa.
¿Algún otro proyecto en mente?
Ahora estamos muy centrados en Primital Bros. También estoy haciendo cosas con mi compañero Íñigo, y Luis Carlos Esteban, que toca sintes originales. Estamos haciendo temas de King Crimson, me divierte bastante.
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