Músicos en la sombra: Joserra Senperena, más de veinte años y cien discos al piano

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“Siempre he trabajado con gente con la que he tenido afinidad musical y personal, si no no es posible trabajar. Aunque sean proyectos diferentes, estoy encantado de grabar con Fito, Duncan Dhu o hacer las orquestas de La Buena Vida”

Joserra Senperena tiene tras de sí un largo currículo: miembro de 21 Japonesas, ha grabado o girado con Duncan Dhu, Piratas, Quique González, La Buena Vida… además graba en solitario. Arancha Moreno nos lo acerca.

 

 

 

Una sección de ARANCHA MORENO.
Foto: THOMAS CANET.

 

 
Arrancó su carrera en el año 1990 con el grupo 21 Japonesas, y tres años después se convirtió en inseparable de Duncan Dhu. Con Mikel Erentxun y Diego Vasallo sigue trabajando desde entonces, entre otros muchos capítulos de su carrera: el pianista donostiarra ha colaborado en un centenar de discos (Piratas, Coque Malla, Quique González, La Buena Vida….), ha grabado y girado con Fito y Fitipaldis, ha publicado media docena de trabajos en solitario y se ha adentrado en bandas sonoras de películas y cortos. Joserra Senperena lleva más de veinte años al piano, tiempo en el que ha logrado un sonido propio y característico. Ahora, el músico prepara un proyecto ambicioso: un disco para orquesta de cámara que espera poder grabar este 2012. Nos vamos, telefónicamente, hasta Donosti, donde sigue residiendo.

¿Cómo y cuándo decidiste ser músico?
Fue con veinte años, estaba en la Universidad, en tercer curso, y estaba terminando la carrera de piano a la vez. Fui a Barcelona, al Taller de Músics, en el 86 o el 87, vi de qué iba el asunto del jazz, que entonces estaba un poco enfebrecido con él, y volví pensando en terminar el curso en la Universidad, pero no lo terminé. Estaba tocando con un grupo, terminé la carrera de piano y ahí empezó todo. Tampoco decidí ser profesional, estaba ganando dinero y pensé que ya veríamos por dónde irían los tiros.

Así que formación clásica, terminaste la carrera y te pusiste a tocar.
Terminé la carrera y estuve cuatro o cinco años con la fiebre del jazz encima, hasta que se me pasó. Fui profesor, también… Tocaba en un grupo de verbenas, tocábamos folk y rock euskaldun, y cuando cerré esta etapa empecé a tocar con 21 Japonesas, en el año 90, a tocar en bares. Ahí fue cuando ya empecé a ser profesional.

Fue el inicio de muchas colaboraciones en grabaciones y giras, y de una carrera de más de veinte años…
A lo largo de mi carrera he trabajado con mucha gente, creo que he hecho cien discos ya, he publicado seis u ocho míos, cuatro películas, muchos cortometrajes, una obra de teatro… Muchas cosas.

Has trabajado mucho con Duncan Dhu, ¿empezar con ellos fue el paso definitivo para dedicarte a esto?
Sí, 21 Japonesas era un grupo con menos repercusión. Fuimos a grabar a Londres, grabamos con el que luego fue productor de Jamiroquai, fichamos con Warner y parecía que aquello iba a crecer, pero no creció. A los tres años me llamaron Duncan Dhu, y cuando Duncan Dhu se acabó, seguí grabando con Mikel y Diego. Desde entonces sigo con ellos.

¿Qué discos grabaste con Duncan Dhu?
El primero fue “Piedras”, luego el directo del “Teatro Victoria Eugenia”, para el recopilatorio del 99 también grabamos algunas canciones, y el último, “Crepúsculo”.

El directo es uno de los discos más señalados de su carrera, ¿no?
Yo diría que no, los discos más señalados de su carrera fueron los anteriores a mi llegada. “Canciones” y “El grito del tiempo” fueron los que más vendieron y los que tienen las canciones de Duncan Dhu que todo el mundo conoce.

Así que para ti, la mejor etapa del grupo fue la anterior.
No, yo prefiero la que participé yo, pero la anterior fue la más exitosa, la que todo el mundo conoce.

¿Cuándo empiezas a combinar Duncan Dhu con otros proyectos?
Con Duncan Dhu fueron las giras del 94 y del 99, mientras íbamos grabando los discos de Mikel y Diego en solitario, y también iba grabando con otra gente: La Buena Vida, Jesús Cifuentes, Imanol…

En toda tu trayectoria has hecho proyectos muy diferentes… Y no siempre dentro del pop comercial.
No, pero siempre he trabajado con gente con la que he tenido afinidad musical y hasta personal, si no no es posible trabajar. Si existía posibilidad y había un terreno común, lo hacía. Aunque sean proyectos diferentes, estoy encantado de grabar con Fito, Duncan Dhu o hacer las orquestas de La Buena Vida.

¿Has trabajado en algún disco más experimental?
¿Disco experimental? No sabría decirte, supongo que lo habrá…

¿Y alguna grabación que te haya resultado difícil?
Nunca me han pedido algo que no supiera hacer. Los músicos cuentan conmigo porque saben cómo voy a tocar, quieren que toque como toco yo. A lo mejor se ha atascado alguna canción, pero no recuerdo ninguna grabación difícil.

¿Te llaman porque tienes un sonido propio?
No sé, eso no lo podría decir yo. Con el paso de los años uno tiene una forma de tocar. Yo nunca he empalmado giras, básicamente he trabajado con gente de casa: Duncan Dhu, La Buena Vida, Bide Ertzean, Fito, que es de Gernika… Otros músicos empalman giras y dan giros estilísticos mucho más amplios.

Así que lo tuyo ha sido transitar de un disco a otro, a excepción de Duncan Dhu, con los que has trabajado siempre.
Hay gente con la que voy colaborando siempre, y voy alternando en la manera de lo posible. Hace un par de años hice un proyecto colectivo con Diego Vasallo, Rafa Berrio… En el último disco de Mikel no he trabajado, pero sí en el anterior, “Detalle del miedo”, hice toda la orquesta, la intro de un minuto o dos de orquesta la hice yo.

¿En “24 golpes”, el nuevo disco de Mikel Erentxun, no has grabado nada?
No. Estuvimos viendo las maquetas en casa, pero al final optó por irse a Nueva York, ya sabes cómo están los presupuestos. Pero bueno, mantengo buena relación con él, puede que en el próximo sí toque.

¿La crisis también os llega a los pianistas?
La crisis ha llegado al negocio de los discos: se graban en otras condiciones, con menos dinero… En muchos discos se programa.

Uno de vuestros grandes peligros, entonces.
Sí, pero las baterías también se programan. Es un problema, pero las cosas hay que tomarlas como vienen. Esto está cambiando. No me gusta quejarme, no sirve de nada, hay que adaptarse y seguir haciendo música, la gente sigue consumiéndola, solo hay que organizar las cosas.

 

 

“Lo que más me gusta de la música es el proceso creativo, ya sea solo en casa o en el local con la gente, construir la canción hasta que la terminas y la grabas. El directo es otra fase que he hecho mucho, pero ahora me interesa menos”.

 

¿Haces más discos que giras, entonces?
Sí, giras son unas cuantas porque han pasado unos años, pero he hecho más discos. De hecho, con el paso de los años prefiero hacer más discos que girar. Lo que más me gusta de la música es el proceso creativo, ya sea solo en casa o en el local con la gente, construir la canción hasta que la terminas y la grabas. El directo es otra fase que he hecho mucho, pero ahora me interesa menos. Ahora lo que me apasiona es escribir, arreglar y grabar.

Has trabajado en varios discos en directo muy recomendables: “Fin de la segunda parte”, el último trabajo de Piratas, y el “Ajuste de cuentas” de Quique González.
Sí, lo de Piratas fue una propuesta de Suso Sáiz para apoyar la grabación. Hicimos un ensayo y los dos directos. El “Ajuste de cuentas” fue un disco muy bonito, nos metimos veinte días en los estudios Brasil, de Rivas, a grabarlo, con una banda muy potente, y fue un trabajo muy bonito, encerrarte a grabar y montar un disco.

A mí sí me da la sensación de que tienes ese sonido propio, muy reconocible precisamente en ese disco.
Bueno, te lo agradezco. Eso está bien.

¿Cómo te definirías trabajando?
Soy trabajador, ordenado también. Exigente, no sé… Es muy difícil hablar de uno mismo, yo intento ser generoso en el estudio, me gusta implicarme, sugerir cosas. Me parece que es bueno el trabajo colectivo.

¿Con Coque Malla has trabajado también?
Sí, solo trabajé una vez con él, en el disco “Sueños”, fui a grabar un par de canciones. Es un disco que me encanta, Coque Malla es uno de los artistas españoles que más me gustan. Ese disco me gusta mucho también, tiene algo especial.

Has grabado pianos también en los discos de Gastelo y Rebeca Jiménez…
Sí, grabé “En el fondo de los mares”. Nos juntamos a grabarlo en el estudio de Bori Alarcón, lo producía Carlos Raya y nos juntamos a grabarlo en directo Carlos, Toni Jurado [batería] Jacob [Reguilón, bajista] y yo, y lo hicimos en directo. Fue un disco muy bonito. Con Rebeca grabé el primero, “Todo llegará”.

A todo esto, también tienes una larga trayectoria con tu propio proyecto, como Joserra Senperena. ¿Desde cuándo?
El primer disco lo saqué en el 99, una autoproducción, y hasta ahora he sacado seis o siete, ya no llevo la cuenta.

¿Todos son instrumentales?
En los dos primeros había una participación de Diego Vasallo, en el primero cantaba dos canciones y en el tercero tres, pero sí, básicamente son todos instrumentales. Al margen de mis discos, también he colaborado en un libro de Patxi Zubizarreta, con cinco canciones solo a piano, y también hice un trabajo que se llama “Cuentos para adultos”, en el que grabé un disco a piano solo, en el edificio Tabacalera de Donosti. Esos discos no son tan oficiales, pero son míos. Ahora estoy preparando el próximo.

¿Lo vas a grabar dentro de poco?
Espero grabarlo, estamos viendo la posibilidad de cómo hacerlo. Es un proyecto de música de cámara, diez tríos para piano, violín y acordeón.

Parece ambicioso, el proyecto.

Diferente a lo que he hecho hasta ahora, tengo ganas de hacerlo.

Has trabajado ámbitos muy diferentes: circuitos de música pop rock, teatro, cine… ¿El cine da más posibilidades creativas?
El cine te da la excusa. Cuando haces un disco tuyo, tiene que haber un motivo, y a veces no sabes identificarlo. En el caso del cine tienes la historia, la escena. A mí me encanta hacer cosas para cine y teatro, es un trabajo colectivo en el que la música subraya un aspecto de la historia. He hecho cuatro películas: dos de dibujos animados, un documental y otra que se titulaba “Simplemente”, y doce o trece cortometrajes.

¿Qué has hecho el último año?
Ha sido más tranquilo, habíamos acabado ya la gira de Fito y he estado tocando con mi grupo, Bide Ertzean, con los que llevo diez años más o menos. También he hecho la música de una obra de teatro, que se titula «Contra el viento del norte», he grabado un disco para varios grupos de aquí (Ken Zazpi, Governors…) y escribiendo la obra que voy a grabar este año.

¿Cuál es tu teclista de referencia?
Mi favorito siempre fue Billy Preston, y Chuck Leavell, el pianista de los Stones desde hace veinte años, pero básicamente me gusta en los Allman Brothers. También Richard Tee, pianista que estuvo muchos años con Paul Simon, y también con Joe Cocker. Son mis tres favoritos dentro del rock, del blues…

Ya que me has dicho tres, dame otros tres discos básicos de tu discografía…
Qué difícil. El puente sobre aguas turbulentas, de Simon and Garfunkel; el «Magical mistery tour» de los Beatles y “Bat-Hiru” de Mikel Laboa.

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