Malas noticias para el rock and roll: el legendario Little Richard, uno de los pioneros del género, ha fallecido este sábado a los 87 años. Lo ha confirmado su hijo, Danny Jones Pennman, en declaraciones a la revista Rolling Stone, donde afirman que ha muerto víctima del cáncer.
Little Richard, de nombre real Richard Wayne Penniman, fue cantante, pianista y compositor de rock and roll, también de góspel y soul. Aunque se le recuerda principalmente por sus primeros años, en el nacimiento del rock and roll y por piezas incendiarias como «Tutti frutti», “Long tall Sally”, «Lucille» o “Good golly, miss Molly”, que interpretaba con un entrega extraordinaria. Fue una influencia decisiva para otros muchos músicos, entre los que destacan David Bowie o Paul McCartney. A este último, le enseñó, en aquellos primeros conciertos de los Beatles en Hamburgo, a subir el tono agudo hasta lo imposible y no morir en el intento en los gritos de las piezas más rockeras.
Crecido en el cinturón biblíco de Estados Unidos, su infancia estuvo muy influenciada por la religión y los temas góspel. A los 14 años se fugó de casa y con rapidez entró en el mundo del vodevil. Instalado en Atlanta, en 1951 grabó un primer single de blues sin la menor repercusión. Tras registrar algunos discos pequeños más, formó su propio grupo, siempre en el blues.
Finalmente, en 1955 grabó una maqueta para el sello Specialty donde improvisó “Tutti frutti”, un tema propio. El productor Bumps Blackewll quedó maravillado y ahí comenzó la carrera de Little Richard en el rock and roll. Una pieza salvaje que fue un éxito inmediato, a la que siguieron “Long tall Sally”, “Ready teddy”, “Slippin’ and slidin”, “Rit it up”, “Lucille”, “Keep a knockin”, “Good golly Miss Molly”, “Jenny Jenny” o “Miss Ann”.
Inesperadamente, en 1957, estando de gira por Australia, tuvo una visión y cambió la música por la religión, transformándose en predicador evangelista. Volvió a la música en 1960, como cantante de góspel con producción de Quincy Jones, pero ya nada fue igual. Sin embargo, en 1962, en Inglaterra, de gira con Sam Cooke, regresó al rock and roll, género en el que brillaba en escena como poseído. De regreso a Estados Unidos, en su banda llegó a militar un joven Jimi Hendrix.
En los siguientes años, y tras algún regreso a la religión, combinó los discos de rock con los de soul, género donde también brilló con luz propia. Adicto a todo tipo de sustancias, su vida fue un caos y él un superviviente. En 2013 se retiró de los escenarios y las últimas imágenes lo mostraban en silla de ruedas.
Para saber más de Little Richard, te recomendamos este artículo: «Little Richard, la bestia del rock and roll», de Juan Puchades.