El músico y poeta Gil Scott-Heron murió ayer (27 de mayo), en Nueva York, por causas que se desconocen. Tenía 62 años. Scott-Heron, considerado como un precursor del rap y el hip hop por su uso del “spoken word”, a medio camino entre el recitado y el canto, es una de las figuras clave de la música negra de los años setenta.
Nacido en Chicago, en 1949, Scott-Heron creció en Tennessee. Al dejar la escuela se trasladó a Nueva York, donde comenzó como escritor. Su primera grabación, ‘Small Talk at 125th St. and Lennox’, llegó en 1970 de la mano del sello de jazz Flying Dutchman. Al año siguiente, publica uno de sus primeros éxitos, ‘The Revolution Will Not Be Televised’. Al que siguió, en 1974, ‘The Bottle’, donde trata del alcoholismo. Convertido en un referente de la música negra, sus canciones se caracterizaban por la denuncia social y política. A finales de la década de los setenta, mostró su rechazo a la energía nuclear participando en la película “No Nukes” junto a Bruce Springsteen, Crosby, Stills and Nash, Carly Simon y Jackson Browne.
Tras la aparición en 1983 del álbum “Moving Target”, comienza el declive de Scott-Heron, sumido en el consumo de drogas duras. En los noventa, casi cesa su activadad. En 1994 aparece “Spirits”, el único trabajo en estudio de la década. Los siguientes quince años Scott-Heron solo es noticia por entrar en la cárcel, sufrir la infección del VIH… Aunque se convirtió en una figura de culto. Inesperadamente, en 2010 regresó con el álbum “I’m New Here”, producido por Richard Russell.