Clare Fischer, pianista, compositor y arreglista de jazz, murió el 26 de enero en Los Ángeles. Tenía 83 años. El 8 de enero, tras una pequeña intervención quirúrgica, sufrió un paro cardíaco que lo mantuvo en la UVI hasta el día de su muerte.
Clare Fischer, nacido en Durand, Michigan, formó su primera banda, The Hi-Lo’s, tras graduarse en la Universidad. Sus primeros trabajos como arreglista fueron para Dizzy Gillespie y Donald Byrd. Ya en solitario, su primer álbum apareció en 1962. En la década de los sesenta, sus discos contienen una fuerte influencia de la bossa nova y el mambo, con armonías enraizadas en Bach, Shostakovich y Stravinsky. En esos años, también trabajó con Cal Tjiader, Joe Pass, Bud Shank, Sérgio Mendes y otros.
En contacto con Tito Puente, Machito y Tito Rodríguez, a partir de mediados de los setenta, Fischer dio un giro en su música, orientándola hacia la salsa y el jazz latino, además de ser uno de los primeros en adoptar el piano eléctrico. Su nueva banda se denominó Salsa Picante, consiguiendo sendos Grammy por los álbumes “2+2” y “Free Fall”. Clare Fischer deja un legado de más de cincuenta discos. En su faceta de compositor y arreglista, más allá del jazz y la salsa, trabajó con músicos como Michael Jackson, Prince, Chaka-Khan, Paul McCartney, Celine Dion y Robert Palmer, entre otros muchos.