Le insisten, pero Morrissey se niega a echar la vista atrás y reunir a los Smiths por mucho dinero que le ofrezcan. La última cifra, hecha pública por Billboard, era de 75 millones de dólares por tocar con su antiguo grupo en una gira mundial que les llevaría durante 2008 y 2009 a lo largo de 50 conciertos. Pero por mucho que la nostalgia cotice al alza, Morrissey dice no. En esta ocasión la idea es que bajo el nombre de los Smiths estuvieran él y Johnny Marr, la invitación, para ponérselo más «a huevo», no incluía al batería Mike Joyce ni al bajista Andy Rourke, con los que Mossissey se vio en los tribunales por asuntos de royaltys. Pero ni por esas. Y no está mal que diga que no, porque el circuito del rock internacional cada vez se parece más a Kiss FM, demonios.
