“Mientras los asistentes disfrutaban de un lunch en una sala contigua, Mikel les sorprendió al volverse a subir a otro escenario, esta vez en compañía de Fernando Macaya al bajo y Carlos Aranzegui a la batería, para ofrecer otra actuación improvisada”
El músico donostiarra grabó en directo el repertorio de su próximo álbum, en un acústico que realizó el pasado 1 de octubre en los estudios Moon River de Santander, bajo la producción de Fernando Macaya. Allí estuvo Javier Escorzo.
Texto y fotos: JAVIER ESCORZO.
La música ya estaba en crisis antes de la crisis. Bueno, más que a la música me refiero a la industria de la música, y no es un simple juego de palabras. Allá por el cambio de siglo, ¿se acuerdan? Primero fue el top manta y después las descargas de Internet. El negocio fue decayendo progresivamente hasta llegar al incremento del IVA, que sólo fue el último clavo en un ataúd que ya albergaba demasiados cadáveres.
Ciertamente, el panorama no es muy alentador: presupuestos famélicos y promociones prácticamente inexistentes. La mayoría de los conciertos, que en teoría iban a ser la bicoca para los grupos, están semivacíos. Al final resultó ser falsa la teoría del “ya no compro discos porque prefiero gastarme el dinero en conciertos”. Muchos artistas se limitan a esperar a que suene el teléfono mientras añoran los viejos tiempos de cachés millonarios en las fiestas de los pueblos. Otros se remangan y bajan al barro; si no pueden girar con banda, salen a actuar en solitario. Es el caso de Ariel Rot o Coque Malla.
Mikel Erentxun empezó a utilizar formatos reducidos allá por 2003. Tenía un disco que estaba funcionando bien, (“Ciudades de paso”, 2002). Su primer single, ‘Mañana’, sonaba sin cesar en las radios. Las contrataciones de conciertos con banda se mantenían a un ritmo más que satisfactorio, pero Mikel, que siempre ha sido un yonki del escenario, quería tocar más, y para ello comenzó a compaginar conciertos masivos con actuaciones más pequeñas en salas y bares. En los años siguientes la crisis se fue agudizando y lo que en principio iba a ser una mera anécdota se convirtió en una posibilidad de seguir trabajando. Y además de supervivencia económica, estos conciertos acústicos constituyeron un hallazgo artístico. Dos de sus últimos discos no hubiesen existido tal y como los conocemos si no llevase años ofreciendo conciertos en solitario: “Eléctrica PKWY” y “Corazones”.
El jueves pasado Mikel quiso registrar una de esas actuaciones. Lo hizo en los estudios Moon River de Santander, bajo la producción de Fernando Macaya (miembro de Los Deltonos y mano derecha de Quique González, además de guitarrista en la gira de reunión de Duncan Dhu y actualmente bajista de Mikel). En esos mismos estudios acaba de grabar Diego Vasallo el que será su próximo disco. Por las dimensiones del recinto, sólo cincuenta afortunados seguidores pudieron presenciar la grabación, cuyo título provisional es “A corazón abierto”.
Tras dar la bienvenida a los asistentes (“Bienvenidos a los estudios Moon River, bienvenidos a este quirófano”), Mikel interpretó dieciséis canciones. No contó con la ayuda de ningún otro músico ni de ningún instrumento que no fuese su guitarra acústica. En ocasiones también recurrió a la armónica. “Que yo toque la armónica es una osadía, y más en un disco”, bromeó. Todos los temas pertenecieron a sus tres últimos discos en solitario (“Detalle del miedo”, “24 golpes” y “Corazones”). Hubo también alguna rareza, como un descarte de las grabaciones de “El corredor de la suerte” (‘El oficio más viejo del mundo’), o un par de canciones que aparecieron en singles (‘Versus rock’n’roll’, en el de “Ángela”, y ‘Corazón salvaje’, que pertenece al EP que se publicará en las próximas semanas). Para terminar, Mikel se sentó al piano y cantó sin micrófono ‘Final’, la coda que cierra también su disco “Corazones”.
El resultado podrá escucharse en los próximos meses, se habla probablemente de diciembre. Este trabajo completará el círculo del álbum “Corazones” (que constará así de disco, EP y disco en directo), y servirá de resumen de esta última etapa de la carrera de Mikel Erentxun. Llegará también en un momento dulce para el donostiarra, que acaba de ser nominado a los premios Grammy por su último disco, veinticinco años después de haberlo sido con «Autobiografía», entonces como Duncan Dhu.
Tras el concierto, ya fuera del estudio, mientras los asistentes disfrutaban de un lunch en una sala contigua, Mikel les sorprendió al volverse a subir a otro escenario, esta vez en compañía de Fernando Macaya al bajo y Carlos Aranzegui a la batería, para ofrecer otra actuación improvisada en la que, entonces sí, estuvieron los grandes éxitos, como ‘Mañana’, ‘Cartas de amor’ y ‘Cien gaviotas’.
Repertorio del acústico:
01.- Estampida
02.- Éramos dos hielos
03.- Penumbra
04.- Desfile
05.- El corazón del dragón
06.- Veneno
07.- Corazón salvaje
08.- Con el tiempo a favor
09.- El último vals
10.- El oficio más viejo del mundo
11.- Ojos de miel
12.- Si te vas
13.- Versus rock’n’roll
14.- El mejor de mis días
15.- Corazones
16.- El hombre que hay en mí
17.- Final