«Un grupo normal tiene que pagar por todo para poder tocar. Antes, llegabas a acuerdos de reparto con las salas, había puntos de partida que ahora están cerrados o son mínimos. Cuando desaparecen los piratas grandes aparecen los pequeños»
El vocalista de Elbicho, Miguel Campello, debutó en solitario hace unas semanas con «Chatarrero». Un disco personal en el que apuesta por el reciclaje musical. Chema Domínguez lo entrevista.
Texto: Chema Domínguez.
Rebeldía, provocación y arte en cada detalle son puntos que describen rápido el retrato de Miguel Campello. La voz cantante de Elbicho estrenó hace unos meses «Chatarrero», sacando a flote las esencias más dadaístas, impresionistas e hiperrealistas de Campello. Porque este reciclador utiliza magistralmente, aunque no sea a propósito, recursos pictóricos de esos periodos en las imágenes que presenta, para combinarlos con sonidos más sugerentes y enérgicos, según el momento. El éxito de este disco será con el tiempo, sin duda. Afortunadamente el personal de su compañía lo sabe, y alegra ver cómo lo defienden con la que está cayendo. Hasta que vuelva a menearse Elbicho, aquí tienen material para disfrutar, reciclar, disfrutar, reciclar, disfrutar, reciclar…
¿Cuándo empezaste a preparar «Chatarrero»?
En cuanto dejamos dicho, más o menos, cuales eran nuestra expectativa con Elbicho para los siguientes años y planteamos un descanso. Durante ese fin de gira en la furgoneta voy un poco pensando con Víctor (guitarra) en canciones de un rollo más personal, más mío, con letras que estaban ahí, que se habían quedado estancadas por mil razones y circunstancias.
A Víctor se une Pepe Andreu quien también forma parte de Elbicho, ¿por qué, cuál ha sido el método elegido?
Por circunstancias naturales. Con Víctor desde que llegué a Madrid ha sido cómplice, me juntaba con él y después de más de diez años prefería que le diese una vuelta a las canciones a su manera. Lo más normal es componer con el que toca la guitarra porque con el de la batería te puede salir la cosa algo rumbosa, aunque también lo hemos hecho. También se ha dado la circunstancia de que la batería y las percusiones las ha grabado Tino (Di Geraldo). Luego se han ido añadiendo detalles como xilófono, vibráfono y más para enriquecer la canción.
El diseño es parte fundamental de «Chatarrero», es una obra visual con entidad propia en la que tu has participado decisivamente. Para la cubierta has jugado principalmente con la imagen y los elementos de una cocina de gas, luego electrodomésticos…
…Al igual que el primer disco de Elbicho era una lavadora como recicle de algo, de una música de nosotros mismos, a la vez que nos lavamos la cara nos damos una voltereta. En este caso era un poco eso también. Al meter tanta información por mi parte necesitaba un sitio donde se conservase bien, fresquita; y para mí, con mi ritmo particular no es un trabajo para este mes, ni para el siguiente, es un trabajo para mucho tiempo dando vueltas por ahí, así que si está bien cocinado y en una nevera, mejor.
Son muy provocativos los contrastes que propones musical y visualmente, por ejemplo, la descripción científica a las cuestiones poéticas que planteas.
Va por el lado visual, no hay influencias literarias. Es la huella de las cosas que veo, desde los cuadernillos que tenía cuando era pequeño, movidas que te marcan inconscientemente. Ves los cuadernos Rubio, no los ves, y décadas después los ves y todavía dices «hostia, qué guapo». Parto de esas impresiones. Nos olvidamos, pero nos han creado una imagen de símbolos. Lo del vacío era un poco esa curiosidad de que exista una palabra que se llame «vacío» y signifique «algo», hay varias explicaciones y, de repente, confluyen en lo mismo: el vacío es horroroso. Como el hecho de «cómo hacer una casa», es un vacile pero espérate que no tengamos que aprender a hacer un ladrillo.
¿Como las indicaciones para «cómo hacer una cámara obscura»?
Compré la cámara digital más avanzada y la tuve aparcada un mes por hacer una foto y revelarla, una foto y revelarla, una foto y revelarla, en plan hombre bucle. No solo es por que sea más romántico, es más real. La realidad supera muchas veces la ficcion y lo digital.
¿Entonces, pesará más en ti la parte crítica sobre las tecnología, internet incluido?
No hay ningún espacio para nadie. Solo hay espacio para los que pagan ese espacio. La musica independiente o no seguirá estando con internet, pero no da ni para que se paguen un local de ensayo. Entonces, al final, es muy corto el viaje que se puede hacer con eso. Tenemos muchos ejemplos de gente que ha empezado de forma independiente y luego ha tenido que acabar firmando con una compañía porque lo único que tenían eran deudas de discos que habían grabado y que no vendían, porque te van a respetar lo mismo siendo independiente o no, te van a piratear igual. Al final, siempre digo eso, por lo menos que te ayuden a grabar el disco porque si encima lo tengo que grabar de lo que gano de alguna forma… Vivimos un mundo que si no tienes cinco euros en el bolsillo no puedes ni aparcar.
De la política, la cultura y el movimiento de indignados ni hablamos…
Los políticos pasan del pueblo. Intereses igual o peores. Siempre estamos igual que con los castillos medievales, los intereses son iguales o peores. Menos en la época de los trogloditas, esos intereses siempre están ahí. Hablarles de cultura y música les supone algo raro.
La gama de colores musicales del «Chatarrero» es amplia, se mezclan recursos acústicos, electrónicos y un horno que no para de cocinar mil aderezos, ¿con cuál te has sentido mejor?
Al final, todos. Una vez grabados los temas, se los llevó Tino a Madrid y experimentó en su laboratorio, puso buena carga emocional y los llevó a Barcelona, por la sierra de Madrid y más. Los fue llevando donde pensaba él que iba a aparecer alguien que pudiera aportar algo interesante. He dejado mucho en sus manos porque se comprometió a hacer la gira conmigo y era lógico, hay temas aparentemente tranquilos que luego no lo son tanto en directo. En el disco suena más reposado.
¿Cómo llevas la agenda para los directos?
Está la cosa rara, muy poca contratación. Ahora, un grupo normal tiene que pagar por todo para poder tocar. Antes, llegabas a acuerdos de reparto con las salas, había puntos de partida que ahora están cerrados o son mínimos. Cuando desaparecen los piratas grandes aparecen los pequeños.