FONDO DE CATÁLOGO
«El experimento dio como resultado una canción inmortal como «Love is a shield» y nueve cortes más que merece la pena poner en el punto de mira»
Sara Morales nos lleva hasta 1989 para recuperar Methods of silence, el tercer disco del trío alemán Camouflage. Un álbum que se hizo popular gracias a un inolvidable hit titulado “Love is a shield”.
Camouflage
Methods of silence
ATLANTIC, 1989
Texto: SARA MORALES.
Las canciones nacen con vocación de eternidad, lástima que nuestra memoria no tanto. Melodías y letras se hacen sitio en el recuerdo, resuenan en nuestra cabeza a veces inconscientes, se nos quedan grabadas en los páramos de la retentiva y nos sorprenden regresando al presente en un chispazo intacto, pero torpe al no ser capaces de ubicarlas y darles origen. Sin embargo, ahí están; golpeándonos con su insistente don de permanecer, combatientes de la atemporalidad y alegrándonos los minutos que rompen el silencio y el olvido cuando volvemos a dar con ellas.
Algo así ocurre con “Love is a shield” desde que cobró vida en 1989 a manos del trío alemán Camouflage. Un tema enraizado en las tierras del synth pop que aquel año alcanzó los primeros puestos de las listas del país, donde permaneció nada menos que seis meses y dio la vuelta al mundo rotando por las estaciones de radio más importantes del continente y Estados Unidos. Una canción que se proclamó reina de las noches electrónicas en los noventa, que viró hacia cotas tecno y houseras con los años y que ha sabido sobrevivir a estos con la elegancia de sentirse reconocida y querida entre los nostálgicos del sonido remember que, por mucho tiempo que pase, rescatan cuando se tercia. Composición de amor y desamor sencilla, sin parábolas, sin enredos y de estribillo infalible a base de sintes que todos hemos escuchado alguna vez e incluso acertamos a tararear aunque nos perdamos buscando sus raíces. Pues bien, estas se encuentran en el segundo disco de la banda germana, Methods of silence, publicado en los albores de la década de los ochenta de la mano de la discográfica Atlantic.
Camouflage, que habían comenzado su carrera en 1984 en un estudio propio en su ciudad natal, decidieron viajar hasta Bruselas para dar vida a este álbum. Allí contaron con la mano imperiosa e ingeniosa del productor Dan Lacksman, músico reputado por su papel en Telex (banda pionera del synth pop belga), que se afanó en fundir tecnología antigua y moderna con el fin de construir un sonido único para este disco. Y lo consiguió. El experimento dio como resultado una canción inmortal como “Love is a shield” y nueve cortes más que, aunque más desconocidos, merece la pena poner en el punto de mira por ser el principio (o el final) de muchas cosas. La utilización de violines, saxofones y guitarras, con los que levantaron un carácter prominentemente electrónico, llevó al trío a sentirse fuera de sitio sin merecerlo; como si hubieran llegado al synth pop demasiado tarde o se hubieran adelantado al rollo que iban a traer los noventa demasiado pronto; la brevísima instrumental “Rue de Moorslede” así lo demuestra.
Con “On islands” dejaron ver su cara más dulce, con “One fine day” la más pop; “Your skinhead is the dream” nos balancea en un columpio orgánico y evocador mientras que “Anyone” nos lleva hasta la pista de baile y “Les rues” se desata en delicadezas experimentales atestadas de detalles. Y mientras pululaban por el aire las armonías de un disco meritorio, que quedó en la victoria de un solo single, la banda se iba alejando cada vez más del IDM del momento (Intelligent Dance Music) marcando su propio territorio, pero frustrando su éxito.
Pese a todo, todavía hoy nos llegan las notas de “Love is a shield” y no solo acertamos a cantarlas, sino que también nos siguen gustando.
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Anterior entrega de Fondo de catálogo: Mescalero (2003), de ZZ Top.