Paul McCartney quiso dejar los Beatles en los inicios del grupo a causa del miedo que le producía salir al escenario. Según explica, esta situación duró un par de años: “Recuerdo estar en el Wembley Town Hall, literalmente enfermo por los nervios, y pensando, ‘Tengo que dejar este negocio, esto no es bueno’. Estaba sacudido por los nervios”.
Finalmente logró superar su miedo, y hoy “Sé que tengo una banda realmente buena, que ayuda. Es agradable, al final de la noche, salir a agradecer los aplausos, y solo somos cinco en el escenario. Solía compadecer a Elvis en Las Vegas porque solía tener a cincuenta personas en el escenario con él y nunca sonó mejor que en sus primeros discos, donde solo había tres personas”.