DISCOS
«La obra de Primal Scream puede resultar esquizofrénica, pero es que el rock and roll es esquizofrénico, porque es libertino»
Primal Scream
Maximum rock and roll – The singles
SONY, 2019
Texto: JUANJO ORDÁS.
Bobby Gillespie estaba llamado a la gloria. Batería en el Psychocandy de Jesus and Mary Chain y vocalista (y compositor) de Primal Scream, ni más ni menos. Sin él y Primal Scream el britpop nunca habría existido. Además, Bobby es un tipo único. Por eso uno se alegra de que se edite un recopilatorio como este Maximun rock and roll, porque a Primal Scream hay que reivindicarles siempre. Opino que son de las poquísimas bandas que tienen claro lo que es el rock and roll, que es un término que usamos todo el mundo sin parar (hasta aquellos que no lo escuchan), pero cuyo contenido a veces se nos olvida. La obra de Primal Scream puede resultar esquizofrénica, pero es que el rock and roll es esquizofrénico porque es libertino. Han hecho los discos que han querido, como han querido y cuando han querido, han utilizado géneros como les ha dado en gana, porque al final la actitud rockera es eso, libertinaje artístico, expresarte como creas conveniente sin miedo al qué dirán, a las ventas o al mercado.
Alguien que no sepa exactamente de qué van Primal Scream puede alucinar en colores al escuchar Maximum rock and roll. Se recogen sus singles de forma cronológica y los saltos de género a género pueden descolocar mucho, como si de una recopilación de Bowie se tratara. Estamos con un rollo indie rock ochentero, de pronto llegan canciones bailables, luego de rock setentero, después electrónica radical… Es un viaje con curvas, pero un viaje emocionante. Y si no escuchamos música para emocionaros, ¿para qué coño lo hacemos, si no? Escuchando estos singles uno detrás de otro uno se da cuenta de que es un milagro que la banda haya durado tanto, porque estos cambios de estilo (esta búsqueda) solo pueden provocar tantas alegrías como disgustos, tantas celebraciones como tensiones (a no ser que seas una sola persona —sí, Bowie otra vez— o U2). Y Primal Scream saben bastante de tensiones internas. ¿Ha merecido la pena el precio? No lo sé, pero que nos han dado muchas alegrías sí que es cierto. Los saltos de Screamadelica a Give out but don’t give up y Vanishing point casi se los cargan. A partir de ahí, cierta estabilidad, aunque siempre en el filo. Miembros que tristemente fallecen, otros que siguen, otros que se van, giras conmemorativas… Una historia muy rock and roll en el fondo y la forma pero siempre con la excitación en el guion, siempre con la necesidad de empujar el arte hasta las cotas más insostenibles en más de un sentido. Haciendo cuentas, ya han pasado dieciséis años desde la recopilación Dirty hits, por lo que la edición de Maximum rock and roll tiene bastante sentido. Gracias a eso nuevos clásicos como “Country girl” forman parte de la colección.
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Anterior crítica de discos: El salto, de Pauline en la Playa.