DISCOS
«La constatación de que Brighton 64 ha desarrollado una visión personal e intransferible del pop, hecha a presión de años»
Brighton 64
Más de lo mismo
BCore Disc, 2022
Texto: CÉSAR PRIETO.
Tiempos aquellos, inicios de los 80, en que Barcelona estalló en una onda pop como desde hacía quince años no pasaba y que no tenía nada que envidiar a lo que estaba sucediendo en Madrid. Cierto es que, en la capital, la transgresión había seguido también otros caminos, había llegado más lejos y había jugado a los experimentos; todo eso, en Barcelona, existió bajo mínimos. Por el contrario, si nos fijamos en la agrupación clásica –guitarras, bajo y batería-, y en resoluciones llenas de melodías energéticas, las dos ciudades iban, por lo menos, a la par. En Los Flequillos o Los Elegantes de Madrid no refulgía mayor prestancia que en Kamenbert o Brighton 64 en Barcelona. Tiempos aquellos, sí; de locales como el Boira, Metro New Wave o Transformadors que, al fin y al cabo, supusieron los únicos reductos de nueva ola en Barcelona.
De todo ello han pasado cuarenta años, y los componentes de Brighton 64, que han seguido en la brecha, aunque fuera con otros nombres, han decidido celebrarlo grabando de nuevo una buena selección de sus canciones –algunas éxitos, otras más escondidas-, junto a algunas nuevas. Estas últimas apuntan cierto tono político que ha emergido en su producción de los últimos años: “Al final del huracán”, sostenida por un riff de guitarra y teclado bastante oscuros, habla de la recuperación de un pasado en el que podamos movernos y expresarnos sin restricciones, y “La guitarra es mi fusil” recoge una de las líneas de la música popular, aquella en la que Woody Guthrie escribía en su guitarra “Esta máquina mata fascistas”. Y lo cita junto a The Clash o Housemartins, para ligarlo todo en la tendencia de las canciones de lucha. Es el mismo espíritu que anima a la más reciente de las canciones recogidas, “El país de Mortadelo y Filemón”, donde se reúnen políticos sobornados, corrupción, inversiones que malversan fondos, mientras lo que reclama el grupo barcelonés es más sanidad y educación.
Si vamos a sus primeros tiempos, nos encontramos también con una inédita. Lo cierto es que “En mi ciudad” es uno de sus iconos, y en sus conciertos la interpretan una y otra vez, pero nunca la habían grabado en estudio. Se trata de un retrato adolescente de su Barcelona que ya podemos disfrutar sin añorar esa grabación que no gustó a una multinacional y acabó acumulando polvo. También de su primera época es “Barcelona blues”, que aquí traspasan al catalán; quizá la lengua que estaba pidiendo desde que se compuso, porque le sienta como anillo al dedo con su energía sudorosa y su repaso minucioso de las calles.
En general, excepto en el caso que acabamos de mencionar, las canciones no son tan enérgicas, pero sí más atentas a los detalles. Sobre todo las de su etapa intermedia, como “Conflicto con tu ayer” o uno de sus mejores temas, “Igual nos da igual”. Pero donde este aspecto resulta más relevante es en “La casa de la bomba”, a la que dotan de una revisión total en el tempo y, con ello, se limpia de todo su nerviosismo acelerado para ganar en intensidad. Las canciones absorben, así, amplitud melódica y pulcritud. Se ofrece, en esta tesitura, un “Caminos por recorrer” –el original es de 2014- que se recrea en su propia belleza.
Y en este camino que recorre su historia, Brighton 64 han tenido la buenísima idea de pensar que un músico no solamente tiene como esencia las canciones que ha compuesto y ha interpretado, sino que también –como cualquier persona- está compuesto de las canciones que le han marcado. Escoger más de una versión quizás hubiera sido reiterativo, así que se trataba de precisar muy bien un tema con el que se sintieran muy afines. Y, aunque en principio no parecía un grupo muy cercano a su estética, el “Metadona” de Los Pistones parece hecho en exclusiva para ellos.
Con todo ello, no solamente tenemos una pequeña selección del cancionero de Brighton 64, sino también la constatación de que Brighton 64 ha desarrollado una visión personal e intransferible del pop, hecha a presión de años. Es lo que permite, junto a que el disco está grabado en sesiones rápidas, en directo prácticamente, que su música suene completamente actual.
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Anterior crítica de discos: Las canciones del agua, de Los Planetas.