«El logro es cómo, a pesar de estar trabajando con una materia prima tan refinada, tan culta, en la que corríamos el riesgo de hacer algo muy denso, la naturalidad, la fluidez y la cercanía están en primer lugar»
Un lujo. Un lujo que José María Vitier y Martirio se hayan unido para dar forma a «El aire que te rodea», donde la música se une con la poesía. Y un lujo contar en EFE EME con los dos, con Vitier y Martirio. Chema Domínguez los entrevista.
Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.
Foto: RODRIGO HARO.
Sala Julio Cortázar, Feria del Libro Antiguo y de Ocasión en el Paseo del Prado, al lado de la Casa de América. Casualidad o no, estos son los espacios que rodean el encuentro con Martirio y José María Vitier para conversar a propósito de «El aire que te rodea», un disco de encuentro para la poesía y la música de dos orillas tan separadas como unidas por un mismo océano de idas y venidas, de despedidas y encuentros. Vitier posee un extenso currículum y un sentimiento envidiable al piano, adquirido y aprendido al calor de la poesía de sus padres. Fina García-Marruz, su madre, ha obtenido este año el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
Martirio… Cuando saludas a Martirio, compartes palabras y tiempo con ella, tomas conciencia de estar ante una artista irrepetible, única. Cada paso suyo agranda su historia y la historia de la música a la vez. Es así. Que Vitier me perdone, pero sin la emoción que Martirio pone en cada verso no sería lo mismo. Alguien que ha cantado por Kiko Veneno, por copla, por jazz, por bolero, por flamenco y ahora por poesía, como lo hace ella, sin diluirse, sin perderse, manteniendo una identidad propia, merece más de un ministerio.
En cualquier caso, ambos son responsables de uno de los discos más interesantes en lo que va de año. Rematado con brillo en los textos que acompañan el libreto de Marta Valdés, figura fundamental en la cultura cubana, o Santiago Auserón, artista igualmente imprescindible para la española. Músicos participantes, portada, fotos… Todo se une para que la poesía cante y, una vez más, cambie el mundo.
¿Cómo se origina «El aire que te rodea»?
Martirio: Es una bendita llamada en la que me proponen colaborar con José María en un disco de poesía de escritores de ambas orillas llamado «Canciones del buen amor». Antes le conocía de oídas por alguna banda sonora que había realizado. Digo sí, y aprendo mi canción de Lorca ‘Tengo miedo a perder la maravilla’, que ahora volvemos a hacer para este disco. En el estudio me encanta interpretar esa música, expresándome con naturalidad y aprendiendo. Desde ahí empezamos a tener contacto cada vez que él viene aquí y yo voy a Cuba. Hicimos la promo de ese disco juntos, en directo canté más temas aparte del que grabé y me quedé con todas las ganas de continuar. Así que cada vez que nos encontrábamos íbamos dándole forma a los textos, avanzando en el disco.
Vitier: En el casting de aquel proyecto tenía una referencia de Martirio y nos conocimos directamente en el estudio. En seguida me di cuenta de que había para más. Por un lado, trabajé en la música pensando en su voz, y por otro la búsqueda de los textos fue tan laboriosa como apasionante y creativa. Una vez tuvimos el núcleo duro empezaron la música y los arreglos. Es un maridaje gozoso. Hemos hecho el disco con el gusto de hacerlo, como deberían hacerse todos los discos.
¿Cuánto habéis dejado en las manos del equipo técnico y artistico del disco? Se percibe como un trabajo en familia.
Vitier: En mi caso, es literal, he estado en familia, lo cual me ha ayudado muchísimo. Me ha dado tranquilidad y buena crítica, pudiendo compartir momentos fundamentales para la buena marcha del trabajo. Y la familia sigue con Raúl [Rodríguez, hijo de Martirio], fundamental en el aspecto artistico.
Martirio: Es el que tiende el puente en los temas que se acercan al flamenco. Es un excelente conocedor de la música cubana y española, ha sido fundamental para definir esos ritmos que se acercan tanto al tango o la soleá por bulerias en muchos de los temas. Ha trabajado codo a codo con nosotros.
¿Cuál creéis que es el mayor logro de «El aire que te rodea»?
Martirio: Lo más importante es la belleza de los textos, indiscutible. Se ha hecho un trabajo muy unitario en el que no se despegan los temas, puede tener una configuración de suite. Y la música de José María está plena de poesía y romanticismo, los poemas caminan con mucha naturalidad. Por mi parte, he intentado seguir esa naturalidad que los textos pedían para llegar sin impostaciones y alharacas, para que se disfruten.
Vitier: Lo firmo. El logro es cómo, a pesar de estar trabajando con una materia prima tan refinada, tan culta, en la que corríamos el riesgo de hacer algo muy denso, la naturalidad, la fluidez y la cercanía están en primer lugar.
Alberto Cortez, Serrat, Paco Ibáñez (éste me lo recuerda Martirio con entusiasmo), iniciaron esta senda que renováis ahora. ¿Quién os ha influido más, con quién os quedáis?
Martirio: Me quedo con todos. Ahora, Paco Ibáñez es enorme. Tuve la suerte de estar hace un mes con él, está maravilloso y gracias a él conocí maravillas de Góngora, Quevedo o Blas de Otero.
Vitier: Serrat hizo una gira con el disco de Machado por Cuba, se hizo un documental. Me gustó mucho. A Ibáñez también lo disfruto mucho. Además de esos referentes, por la parte cubana tenemos un vínculo muy sólido con la poesía en nuestra música de raíz proveniente de la Vieja Trova como la llamamos ahora. Utilizaba textos de poetas muy notables, modernistas. Después hay un fenómeno musical-poético que cambió la vida del país que fue Nicolás Guillén, su poesía y su relación con el son. En la cultura musical cubana es muy natural el vínculo con el poeta. Y eso llegó a su climax con la Nueva Trova que ya era poesía, moderna, pero poesía. Sus canciones son pura poesía. En primer lugar Silvio [Rodríguez], por supuesto, Pablo [Milanés], Noel [Nicola], Pedro [Luis Ferrer]… Hay un grupo de cantautores que pusieron la poesía por delante porque son grandes lectores de poesía.
Además de las colaboraciones musicales, incluís un texto de Santiago Auserón.
Martirio: La nota de Santiago es una breve y clara guía que perfila perfectamente cual es la fusion que está implicada. Él tiene un conocimiento envidiable de la música de aquí y de allí.
Su «Semilla del son» es mucho más que un excelente trabajo de documentación sonora…
Vitier: Esa caja, la de «Semilla del son», la cuido mucho porque es muy codiciada. La tengo completa, con todos los discos. Está muy bien seleccionada.
Martirio: Y aquí abrió muchísimo las puertas a la musica cubana para todos los que amamos ese sonido.
Vitier: Y él se relacionó con mis padres…
Martirio: …Con tu madre mucho…
Vitier: …Y con papá también, por que él tiene varias aristas sorprendentes, entró en temas filosóficos con mi padre. Fueron largas conversaciones, yo las disfruté mucho.
¿Os quita el sueño la respuesta del público?
Martirio: Creo que es un momento muy bueno para la poesía. Está todo tan convulsionado que la música y la poesía hacen casa común para que la gente se sienta mejor, se sane, tenga introspección, conecte sus sentimientos, emociones… pueda buscar dentro de sí lo mejor de uno mismo. Veo que hay más interés en las lecturas poéticas, acude más gente. En internet la gente se atreve a escribir públicamente y se esmeran en muchos casos. Hay una costumbre, aunque sea sintética, de escribir. Si lees bien en algunas respuestas, hay versos. Cuanto más se lee, mejor se escribe.
Vitier: Creo que el público va a responder muy bien. Cuando uno brinda un concierto, sería bonito lograr que las personas salieran con una mente expandida, más abierta y que la suma de música y poesía se dimensione como lo que es, una parte de la cultura en general que te mejora. Creo que sí, que va a pasar.
Has citado internet, ¿cómo vivís esta revolución tecnológica?
Martirio: Es un cambio inevitable. Rico por un lado, y por otro hay que ponerse las pilas porque lo de antes ya no funciona. Hay que investigar la forma de que la gente cobre por su trabajo, quien lo crea también, y que el público lo pueda disfrutar bien. Tiene que haber una legislación clara, que la gente no piense que la música es gratis.
Vitier: Supera lo que fue la imprenta, pero no hay que confundir el cambio tecnológico con la forma de creer en algo y sentir. Todavía está muy como ha sido siempre la necesidad de sentir, de emocionar, de encontrar belleza… Quiero pensar que no va a cambiar.