«Cuanto más mayor soy, más compongo. No sé si es pánico al paso del tiempo, no estoy seguro. Disfruto del proceso más que nunca, escribiendo, grabando y tocando en directo, disfruto con todo. Casi tropiezo con las canciones»
Por primera vez en su carrera, Mark Knopfler se ha enfrentado a un disco doble de estudio: «Privateering», un trabajo en el que, como en los últimos tiempos, une tradiciones musicales transatlánticas bajo su propia y exquisita mirada. Habla el propio Knopfler.
Texto: EFE EME.
EL CORSARIO
‘Privateering’ [la canción que titula el álbum] es una invitación para unirse a la tripulación de un barco si quieres, pero siento que se identifica conmigo. En lo que se refiere a la carretera, disfruto de verdad con este pequeño grupo de gente que llega y hace lo suyo: me gusta estar al mando, disfruto muchísimo de la banda y del equipo que nos acompaña, viajando a través de este paisaje siempre cambiante y tocando en sitios tan diferentes. Llegas a donde vayas sin asistencia de ningún tipo, encontrando tu propio camino por el mundo. No hay licencia para tocar esta música. Eres un corsario. Y así es como me gusta que sea. Aunque ‘Privateering’ sea de algún modo un retrato histórico del corsario, de su vida y del tipo de persona que es, hay paralelismos con estar de gira aunque no es gran cosa: es más irónico que otra cosa.
LA GRABACIÓN
Cuando grabamos una canción, salgo y toco el tema de principio a fin a la banda en el estudio, tenemos un sofá o dos allí, lo usual es que haya un silencio y alguien me pregunte: «¿Tienes algo más?» No, en realidad lo que suele pasar es que alguien coja algo y empecemos… Solemos discutirlo y normalmente todo el mundo está en la misma longitud de onda y nos metemos a ello. Lo que de verdad me gusta es el proceso que comienza entonces porque con estos increíbles músicos pasa como con los grandes actores con un guion escrito. El resultado puede tomar forma de un modo antes nunca visto y eso resulta apasionante.
EL DISCO DOBLE
Cuanto más mayor soy, más compongo. No sé si es pánico al paso del tiempo, no estoy seguro. Disfruto del proceso más que nunca, escribiendo, grabando y tocando en directo, disfruto con todo. Casi tropiezo con las canciones. Elegí hacer un disco doble esta vez debido a la gran cantidad de material. No quise separar las canciones en blues, folk y country ni dejar canciones aparcadas. Quise que fuese un fiel reflejo de las fantásticas sesiones que realizamos. Con un grupo de grandes intérpretes es igual que con un genial grupo de actores leyendo un guión escrito, el asunto toma vida de un modo que nunca se ha dado antes. Esta es la banda con la que llevo trabajando toda mi vida.
LA COMPOSICIÓN
Componer es muy diferente de ser músico. Yo no me considero músico: la guitarra es algo que uso para componer canciones. El modo en que toco y la manera en que abordo el todo, no es lo que se llamaría ortodoxia de ninguna manera, hago muchas cosas mal a la guitarra, de hecho. Rompo bastantes normas, creo. ¿Qué viene antes la música o el texto? Es difícil contestar pero creo que probablemente será la letra: me pongo a jugar con ella y mientras trabajo en ella me pueden venir a la cabeza las melodías, mientras te afeitas, estás filtrando algo más y pensando, a lo largo del día estás filtrando de forma inconsciente muchas cosas, así sucede, no hay una fórmula. Si la hubiese prometo que la diría: no hay tal.
LAS RAÍCES
Siempre he pensado en la cualidad transatlántica de la música. Mi idea del paraíso es un lugar donde el delta del Mississippi se encuentre con el río Tyne. Lo que siempre he pretendido desde el primer disco de los Dire Straits, con canciones como ‘Sultans of swing’, era escribir mi propia geografía dentro de la música americana que me ha dado forma, identificar los puntos de referencia ingleses, irlandeses y escoceses dentro del camino de Chuck Berry. Creo que lo que hago ahora es sintetizar esas influencias y separarlas. Tengo una banda con un enorme talento y gran flexibilidad, me aportan el tipo de paleta que me permite ir adonde quiera, así que puedo saltar de una granja sobre una colina del norte de Inglaterra y pasar directamente a las calles de Nueva York o irme al delta para hacer un blues de ley.
«A todo el mundo le gusta defender lo que hace, a cualquier artista le gusta, pero llegas a un punto en el que te das cuenta de que lo importante es complacerte a ti mismo»
SATISFACCIONES PERSONALES
Me siento obligado a hacer esto: es lo que hago. No podría parar. Me gusta el proceso y lo disfruto, así que no me da pereza levantarme pronto para empezar si tengo a la banda aquí. A todo el mundo le gusta defender lo que hace, a cualquier artista le gusta, pero llegas a un punto en el que te das cuenta de que lo importante es complacerte a ti mismo. Si no te satisfaces entonces, ¿qué estás haciendo? Eso es lo que intento hacer, complacerme.
EL TRABAJO
Cuando era joven trabajé mucho en una granja: tuve un corto matrimonio con la hija de un granjero en Northumberland, trabajé mucho en la granja y te das cuenta de que en todo lo que haces que no aportas nada salvo… Hay una frase de la canción ‘Yon two crows’ [incluida en el nuevo disco] que dice: «todo lo que aportas es músculo y agallas, y persistencia, de eso trata». De lo que me di cuenta cuando trabajaba en la granja es que la guitarra estaba en el asiento de atrás, en segundo plano. Trabajaba todo el día y mis manos estaban agarrotadas y doloridas: estabas levantando un pajar y lo estabas alquitranando todo el día y terminabas con las manos irritadas y no tocaba, solo trabajaba, te levantabas pronto por la mañana, comías muchísimo y salías a trabajar duro y al final del día no tenías ganas de tocar, creo que siempre he sido comprensivo con la vida del trabajador, sin importar la actividad. Comienzas a admirar un tipo de rudeza, sin importar en qué sector, da igual que seas granjero o lo que seas. Admiro la fortaleza y la resistencia.
LA FORTUNA EN EL CAMINO
‘Haul away’ [canción del disco] viene probablemente de conocer algo más de las supersticiones que hay sobre el mar y los marineros, de hecho hay una escena en una de las historias de Patrick O’Brian: un joven guardia marina trae mala suerte, está convencido de ello y la tripulación también lo cree así, el hombre salta del barco en una bala de cañón. Están con la moral por el suelo y el barco no se mueve y en cuanto sucede este terrible evento el tiempo cambia y continúan rumbo de nuevo. Creo que a veces –y no soy en absoluto supersticioso– cuando estás de gira, o si quieres durante un largo viaje, te das cuenta de lo afortunado que has sido; la cantidad de ocasiones que te salvas por los pelos, las muchas situaciones de este tipo que surgen y empiezas a plantearte «¿Cómo salimos de esa? ¿Cómo es posible que no sucediese eso otro? ¿Cómo evitamos ese desastre aquí y allí y en todas partes?» Eso te hace pensar, porque es algo muy frágil: eres tan fuerte como el eslabón más débil.
LA PORTADA
Recuerdo que en los comienzos si tenías una furgoneta podías tener un grupo, así que las furgos de grupos siempre han tenido un lugar muy especial en mi corazón. Era importante usar algo como eso, para sacarlo del contexto marinero. Para mí un hombre en una furgoneta tiene mucho que ver con ser corsario, tanto como una fragata o un cañonero o cualquier cosa del estilo. Está en la carretera, labrando su propio camino, haciendo lo suyo, dando lo mejor de sí mismo. Eso es a lo que me refiero, lo que todos intentamos.