“Mariposas”, de Lichis

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DISCOS


“Está dispuesto a dejarse las tripas en las canciones, como en el pop crudo de ‘Bicha’, sentimentalmente contundente”

 

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Lichis
“Mariposas”
FELICIDAD PRODUCCIONES

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Lichis continúa exactamente donde lo dejó con “Modo avión” (2014), su primer disco solista tras La Cabra Mecánica. Tiene muy claro cómo quiere seguir desarrollándose. La pena es que “Mariposas” es un epé de cuatro canciones nuevas más una versión, y se hace corto. Bien por Lichis, que se muestra muy inspirado, pero deja con ganas de escuchar el resto de los temas que ha grabado en Felicidad Producciones, que publicará próximamente. Lo bueno de “Mariposas” es que apetece volverlo a poner según termina, sus canciones son muy buenas y Lichis se encuentra muy cómodo. Se nota que ya está muy cerca de lo que quería conseguir en esta etapa en solitario, aunque bien mirado, ya dio en el blanco con “Modo avión”. Y ahora, repite.

‘No soy París’ ya convence solamente con su línea vocal. Sinceramente, Lichis interpreta que da gusto escucharle. Se muestra real y vulnerable. Se desenvuelve a la perfección entre aires country, suena auténtico y el trabajo de Alex Olmedo como productor y arreglista le hace sonar como un verdadero clásico. Está dispuesto a dejarse las tripas en las canciones, como en el pop crudo de ‘Bicha’, sentimentalmente contundente (“De la noche a la mañana te volviste más puta, más vale y más fuerte que yo”), con unos brillantes arreglos finales que le siguen donde haga falta, aportando color, mucho color. La versión de ‘No soy un extraño’, de Charly García, es meritoria, muy bien asimilada, encaja en la secuencia y el tratamiento de guitarras y el tono de voz es áspero, muy expresivo, concluyendo de forma tempestuosa. ‘Teloneros de lujo’ es un rock clásico setentero que anima la fiesta, con despliegue de guitarras, solos y un piano trotón de esos que dan la vida y el final nos lleva de vuelta al principio con la acústica solitaria que inicia ‘Febrero’, de nuevo con una letra sincera (“Desconfío de la primavera y de aquellos que alardean con decir siempre lo que piensan”) y preciosos arreglos clásicos de cuerda. Y ahora, a hacerlo sonar otra vez.

Anterior crítica de discos: “Triplicate”, de Bob Dylan.

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