PUNTO DE PARTIDA
«Stephen Malkmus, Ira Kaplan y Thurston Moore son las referencias guitarrísticas más presentes en toda mi carrera»
Año y medio después de editar Clamor, su último y aplaudido trabajo, Maria Arnal i Marcel Bagés cierran su gira en Madrid dentro del festival Tomavistas Ciudad. Antes de subirse a ese escenario, el 23 de octubre en La Riviera, Marcel nos habla del disco que le cambió la vida: Brighten the corners.
Texto: MARCEL BAGÉS / EFE EME.
Antes, mucho antes de empezar su andadura con Maria Arnal con el epé Remescles, acoples y melismas (2015), y antes de que el dúo catalán se convirtiese en la banda revelación del año con 45 cerebros y 1 corazón (2017), Marcel Bagés cayó en las garras de un disco que le cambió la vida. Fue Brighten the corners, el cuarto trabajo de la banda californiana Pavement, que Marcel adquirió el mismo año que vio la luz: «Lo compré en 1997 en un El Corte Inglés de Madrid. Crecí en Flix, un pequeño pueblo de Tarragona. No tenía acceso a tiendas de discos si no era de viaje con mis padres y tampoco podía ir a conciertos de los grupos que me gustaban. Ese año fui de viaje con el instituto a Madrid. No sé cómo, me enteré de que Mercromina tocaba en el Hard Rock Café. Me escapé de la excursión para ir al concierto, pero antes fui a un Corte Inglés a ver qué discos había. Tampoco tenía mucha información sobre tiendas y tal, pero estaba este discazo… Fue un día increíble. Pillé un disco que me ha acompañado toda mi vida y Joaquín Pascual me dedicó su setlist a nombre de mi primer grupo, Aldea del Arce».
Aquel disco tan revelador marcó un punto de inflexión en su vida, aunque no fue el primero que adquirió el guitarrista. «Ya llevaba unos cuantos, aunque no los podía pagar yo. Iba con mi padre a las tiendas y me los pillaba él. Los primeros que recuerdo son el Violator de Depeche Mode, los Use your Illution de Guns ‘n’ Roses y el In utero de Nirvana. De mi propio bolsillo creo que fue And justice for all de Metallica en K7 en una excursión escolar a Mallorca. Fuimos cuatro colegas a la tienda y compramos discos distintos de Metallica para intercambiarlos luego y regrabarlos en cintas. En el viaje de vuelta decidimos que nos compraríamos instrumentos para montar una banda. Nunca llegamos a hacer ningún concierto porque con el tiempo nos fuimos distanciando estilísticamente, pero fue cuando empezó todo esto».
Para un chaval criado en el pequeño Flix, cada pequeño descubrimiento musical era una revolución. «Mi hermano mayor tocaba la batería en un grupo de pop del pueblo, Vitamina 6. Eran mis ídolos. Gracias a ellos descubrí a Pavement, Sebadoh, Yo La Tengo, Planetas… Tenía una cinta de K7 con el Crooked rain, crooked rain y Wowee zowee, uno por cara. Estaba enamorado de “Gold soundz”, “Cut your hair”, “Grounded”… Los intentaba tocar muy patosamente con la guitarra. El Brighten the corners no lo conocía. La información de estas bandas llegaba al pueblo con cuentagotas, solo sabía de ellas cuando los colegas de grupo de mi hermano bajaban de la uni al pueblo los fines de semana», recuerda Marcel. Por eso aquella escapada a Madrid fue también su puerta de acceso al universo de Pavement. «En ese viaje a Madrid, en el Corte Inglés había preescucha de los discos. Estaba el nuevo de Pavement. Me lo puse y sonó “Stereo!”. Me reventó el cráneo. Las disonancias de la guitarra, el riff tan original del bajo en las estrofas, cómo parece que se desmonta todo y entra ese estribillo demoledor. Luego sonó «Shaddy lane» y no me podía creer lo que tenía entre manos. No me acuerdo del precio, pero no podía ser demasiado caro si pude pagarlo».
Lo que aprendió de ese disco aún resuena entre las huellas de su guitarra y en su forma de encarar sus propias canciones, cuenta Marcel: «En este disco Pavement da un salto importante en su sonido. Un poco menos lo-fi, pero manteniendo su esencia. Más definido todo. En su momento intenté tocar muchas de las canciones sin mucha fortuna. Me fascinaba (y continúa haciéndolo) la forma de tocar de Stephen Malkmus. Por aquel entonces yo empezaba con la guitarra. Tocaba acordes abiertos, quintas, punteos con la pentatónica… y las guitarras de Pavement me parecían un misterio. A menudo montan los acordes con pocas notas en disposiciones nada obvias para alguien que empieza, y me costó entenderlo. Me flipan sus líneas melódicas en las partes instrumentales de “Type slowly”, “Blue hawaian” y “Date with Ikea”, o el puente de “Embassy row”. Las disonancias, armónicos y vibratos del solo en “Stereo” es un material que tengo en mente siempre que toco la guitarra. Son mi biblia». Y los líderes de Pavement, Yo La Tengo y Sonic Youth, algo así como sus apóstoles: «Stephen Malkmus, Ira Kaplan y Thurston Moore son las referencias guitarrísticas más presentes en toda mi carrera».
A partir de ahí, Marcel ha seguido muy de cerca a la banda, discográficamente y en sus giras: «Cuando vienen los voy a ver, igual que a Stephen Malkmus. Le pude ver en Bikini, en Barcelona, presentando su disco homónimo. Estuve en primera fila y fue un sueño hecho realidad». Con los ojos y oídos de 2022, no tiene claro cuál es el mejor disco de Pavement: «No sabría contestar. Todos sus discos me parecen una maravilla y me han acompañado con más o menos intensidad en distintas épocas de mi vida, aunque este tiene un valor especial para mí por cómo y cuándo lo compré». Porque el inolvidable Brighten the corners, además, fue el principio de un camino hacia grupos que le ayudaron a crecer musicalmente: «Pavement fue la puerta de entrada a grupos como Luna, Sebadoh… y sobre todo Sonic Youth, una de las bandas que más me han marcado guitarrísticamente».
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Anterior Punto de partida: Alfonso Cardenal y Bruce Springsteen.