Si la intención de Benigno Moreno (el tristemente conocido director de Radio Nacional), al cesar a Diego A. Manrique y eliminar «El Ambigú» en pleno periodo estival era que la noticia pasara lo más desapercibida posible, no parece que lo esté logrando. Los oyentes del programa agrupados en la Coordinadora DAM (en Defensa del Ambigú de Manrique) parecen dispuestos a presentar batalla y están animando este final de agosto con diferentes comunicados, previos a las acciones que llevarán a cabo desde el mes de septiembre, cuando la vida laboral y social haya vuelto a la normalidad.
En su nuevo mensaje, la Coordinadora DAM ha recabado información del propio Manrique (quien asegura que se manifestará personalmente el próximo lunes 30 de agosto, a las 16:00 h., en un chat con los lectores de ElPaís.com) y acaba de lanzar este nuevo comunicado, titulado «Manrique Responde a Benigno Moreno. El director de RNE intenta salvar la cara ante la respuesta de las redes sociales»:
Benigno Moreno, director de Radio Nacional de España, está respondiendo a los correos de los oyentes indignados con una carta-tipo, que también envía a los nombres conocidos que se han implicado en la defensa de EL AMBIGÚ y a los trabajadores de Radio 3.
Por la información que manejamos, y tras hablar con el damnificado, lamentamos tener que decir que su misiva está repleta de lugares comunes, medias verdades y falsedades enteras. Habla de que Diego A. Manrique trabajaba como asesor de la dirección de RNE (es decir, que incluso fue asesor ¡del propio Benigno!) durante dos años, cuando la realidad es que su función fue ejercer de Director Adjunto de R3 durante TRES AÑOS, como bien saben los oyentes. En ese tiempo, bajo la dirección de Lara López, se reconstruyó una emisora que se había quedado en cuadro por el ERE y se desarrolló una programación que ha sido reconocida en el EGM. Vista la hostilidad de Benigno, Manrique aceptaba el final de dicho cargo; lo que no podía imaginar es que eso llevara implícito el final de El Ambigú.
Asombra que la explicación de Moreno se sostenga sobre una supuesta codicia de Diego A. Manrique y en la necesidad de recortar gastos, cuando RNE mantiene contratos mucho más cuantiosos en la misma Radio 3. Se trata de abrir brechas entre unos colaboradores y otros, entre empleados fijos y eventuales, una táctica particularmente peligrosa para una empresa que no sabe cómo cuidar a sus trabajadores (y de ahí ese constante desgaste que supone la marcha o la desmotivación de gente talentosa). Curiosamente, el director de RNE no da ejemplo de frugalidad en otros rincones de la programación. Tememos que sigue confundiendo “coste” y “valor”: los programas más caros son los que gozan de sus bendiciones.
UNA IGNORANCIA ¿INVOLUNTARIA?
Más allá de las incoherencias, algunos trabajadores de RNE sugieren que deberíamos conceder el beneficio de la duda a Benigno Moreno: cabe la posibilidad de que, ocupado en los asuntos de la alta dirección, realmente ignore lo que hace su equipo a sus espaldas.
Por ejemplo, no menciona que en junio, Marta Bretos –responsable de Recursos Humanos– le negó a Diego A. Manrique su finiquito y liquidación, que podía exigir como cualquier otro trabajador. O que su jefa de programas, Pilar Martín, aconsejara al locutor que se acogiera a la jubilación anticipada de la S.S., implicando que no tenía futuro en RNE. Sin olvidar que el contrato que se le ofrecía tenía fecha de septiembre, lo que suponía mes y medio de ausencia, para que perdiera sus derechos de 18 años haciendo El Ambigú.
Si no tenía intención de despedirle, lo disimuló muy bien. Los hechos son testarudos: Benigno Moreno se largó dejando el asunto en el aire y sin instrucciones para arreglarlo. No estaba en RNE el 22 de julio, cuando Manrique fue cesado como Director Adjunto, lo que suponía –iba unido en el contrato– que se interrumpía el compromiso para realizar El Ambigú (por una cantidad de 500 euros al mes). Gravina 13, el bufete que aconsejaba a Manrique sobre el futuro contrato, nos confirma que el departamento de Recursos Humanos de RTVE nunca llamó ni se interesó por su propuesta. Qué más les daba: ni sabían lo que representaba El Ambigú ni les importaba nada su locutor.
UNA METEDURA DE PATA QUE DAÑA A RNE
Desde nuestro punto de vista, y siendo bondadosos, Benigno Moreno se esforzó más bien poco en evitar que El Ambigú desapareciera de la parrilla. Por el contrario, astutamente esperó a que media España estuviera de vacaciones para lanzar su jaque mate. Desde luego, su «timing» no parece una muestra de buena voluntad. Para arreglar una supuesta anomalía en el organigrama, no le importó defenestrar uno de los programas más queridos de la radiodifusión musical. Tampoco se nota deseo de enmendarlo cuando RNE no comparece en el acto de conciliación del pasado 16 de agosto, al que sí asistió Manrique. Esa fue una nueva oportunidad desaprovechada por Moreno para alcanzar un acuerdo. En realidad, desde mediados de julio, nadie de la dirección de RNE ha intentado ni siquiera telefonear al afectado.
Ahora, asombrado por la movilización de los oyentes, intenta reescribir los hechos para aparecer como un jefe prudente en lo económico y admirador de la trayectoria profesional de Manrique. Demasiado tarde: tecleen su nombre en Google y verán que está encaminado a pasar a la historia como el director de RNE que se cargó El Ambigú. Y si ha hecho eso con un buque insignia de la emisora (y el único miembro del equipo fundador que seguía allí en activo), nos aterra pensar el estropicio que podría causar en Radio 3 en los próximos meses. Eso sí, siempre con “las mejores intenciones”.
Coordinadora DAM.
Por último, la Coordinadora solicita ayuda para difundir este comunicado, mediante correo electrónico, blogs y redes sociales.
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Te recordamos que desde aquí puedes adherirte al manifiesto contra el final de «El Ambigú». Tu firma es importante.