Maïa Vidal: Ciudadana del mundo

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«Nací en California, me he criado en Nueva York, pasaba los veranos en el sur de Francia,  cursé estudios en Montreal. Añade a eso que vivíamos con mi abuela materna, que es japonesa, que mi padre es aficionado a la world music y me hacía escuchar flamenco, música balcánica, africana y árabe»

Escuchando las frágiles melodías de su debut, nadie diría que tiene pasado punk. Maïa Vidal ha recorrido medio mundo hasta encontrar el rumbo que quería dar a su música, plasmada en un disco sensible y personal. Eduardo Guillot la entrevista.

 

 

Texto: EDUARDO GUILLOT.

 

 

«God is my bike» es el debut de Maïa Vidal, una inclasificable songwriter francoamericana que igual se mira en Edith Piaf (‘Le tango de la femme abandonnée’) que versionea a Rancid (sorprendente su lectura intimista de ‘It’s quite alright’). Folk de juguete, canción de autor, conexiones con CocoRosie o Joanna Newsom, sensibilidad extrema, instrumentación original y la guitarra de Marc Ribot en una carta de presentación sonora que obliga a seguir sus pasos con atención.

Empezaste como Your Kid Sister. ¿Por qué decidiste cambiar y usar tu nombre?
Your Kid Sister era, sobre todo, un alter ego, un personaje que inventé para poner en prática una contradicción punk. Empecé haciendo versiones de Rancid en clave dulce. Me imaginaba que era la hermana pequeña de un tipo punk que convertía esas canciones en música de su agrado. Pero en el momento en que pensé en componer mis propias canciones, ese personaje dejaba de tener sentido, porque lo que estaba haciendo en ese momento ya era una expresión de Maïa Vidal. Your Kid Sister me ayudaba a protegerme del mundo exterior, ocultando mi verdadera personalidad, pero llegó un momento en que ya no lo necesitaba.

Como comentas, entonces hacías versiones de Rancid. ¿Cómo surgió la idea?
Cuando era adolecente tenía un grupo punk, escribía canciones punk y todo mi mundo giraba en torno al punk. Pero pasaron los años y dejé de escuchar grupos del género, con la excepción de Rancid. Un día estaba con un amigo escuchando ‘Poison’, uno de sus temas, y me puse a cantarlo con voz dulce. Nos entró la risa al imaginar que se pudiera hacer una versión así. En ese periodo estaba estudiando arte conceptual y postmoderno, y me pareció que podía ser un desafío artístico hacer esas versiones de Rancid. Al principio tenía una vertiente irónica, era casi una broma, pero luego se fue convirtiendo en algo más honesto.

«God is my bike» es un título curioso. ¿Qué significa?
Es una metáfora sobre la perdida de la fe. En la canción describo el sentimiento que experimentaba cuando, por la noche, pedaleaba por las calles de Barcelona y me sentía tan bien y tan serena como llena de una luz, digamos, divina. Me sentía unida con el universo, parecía como si en esos momentos todo el cosmos estuviera conmigo. Si fuera una persona religiosa, diría que en esos momentos me sentía cerca de Dios, pero como no lo soy, hablo del universo. Un tiempo después, me robaron la bici, y desde entonces nunca he podido volver a experimentar esa sensación. Me di cuenta de que era como una metáfora sobre la desilusión con la religión, porque sin el medio que era la bici no lograba ese diálogo con el infinito, y entonces parecía que, de alguna manera, nunca había existido.

Grabaste en Barcelona. ¿Por qué?
Barcelona no solo es el sitio donde encontré mi lado creativo y compuse la mayoría de mis canciones, sino que también tuve la suerte de encontrar allí músicos muy abiertos y motivados. Desde el principio, lo que pretendía en Barcelona era establecer conexiones, buscar colaboraciones, y rápidamente encontré músicos que me ofrecían tocar juntos, grabar en sus estudios y ayudarme en lo que pudieran. Grabé el disco entre Sol De Sants, el estudio de mi buen amigo Alberto Pérez, que también me acompañaba al contrabajo en los conciertos de Your Kid Sister y lo ha tocado en el disco, y mi propia casa, con Giuliano Cobelli, que en el grupo toca batería, xilófono y trompeta, y además se ocupó también de la mezcla.

La instrumentación es muy curiosa. ¿Cómo la eliges? ¿Te interesa lo que hace Pascal Comelade?
Parece ser que, cuando era un bebé, en mi casa sonaba la música de Pascal Comelade, aunque eso es algo que no descubrí hasta los veinte años. Además, uno de mis primeros amigos en Barcelona fue Pepino Pascual, el multiinstrumentista que toca con Comelade. Fue él quien me prestó su acordeón, bombo y pandereta para mis primeros conciertos en Europa. Aparte de esto, la elección de la instrumentación viene sugerida, principalmente, por lo que tenía alrededor y lo que podía aprender a tocar sola. Creo que la evolución de este proyecto está muy influenciada por el deseo de poder hacer todo sola y poder tocar más de un instrumento a la vez.

¿Te sientes cerca de la escena weird folk?
No especialmente. La verdad es que no tengo una idea precisa de lo que es esa escena o de qué artistas entran en el género. Siempre he tenido problemas para describir o clasificar lo que hago.

Marc Ribot toca en dos temas. ¿Cómo conseguiste su participación?
Antes de que yo naciera mi padre ya había conocido a Marc Ribot en Francia y se habían hecho amigos. Marc invitó a mi padre a visitarle en Nueva York y fue allí donde mi padre conoció a mi madre. Unos veinte anos después, Marc escuchó las maquetas de Your Kid Sister y me dijo que le gustaba mi proyecto, así que le preguntamos si quería colaborar. Aceptó, y trabajamos a distancia.

Naciste en Estados Unidos, pero te criaste en Francia. ¿Cómo ha afectado eso a tu educación musical?
La verdad es que nací en California, me he criado en Nueva York, pasaba los veranos con la familia de mi padre en el sur de Francia, y cursé estudios universitarios en Montreal (Canadá). Añade a eso que vivíamos con mi abuela materna, que es japonesa, que mi padre es aficionado a la world music y me hacía escuchar flamenco, música balcánica, africana y árabe, y que estudié violín clásico durante diez años, y tendrás una idea de cuales pueden ser mis influencias musicales.

Lo preguntaba porque en temas como ‘Le tango de la femme abandonnée’ parece haber influencia de la chanson.
La verdad es que inicialmente intenté escribir esa canción en inglés, pero no me salía. Entonces probé con el francés y fue mucho mejor. Cuando era joven, mi padre cantaba en un grupo de chanson y yo crecí escuchando a Edith Piaf, así que creo que eso ha influido en mi manera de expresarme en francés.

Grabas con Crammed, un sello de prestigio. ¿Es el mejor sitio donde podrías estar?
Están tan motivados con el proyecto como yo, así que diría que sí. Cuando vi los artistas que trabajan con Crammed me enamoré, porque había entre ellos muchos de los que constituyen mis fundamentos musicales, como Taraf De Haidouks, Balkan Beat Box, John Lurie, Chicha Libre, etc.

¿Qué planes tienes para 2012?
Espero tocar mucho, conocer mucha gente, visitar países que todavía no conozco y tomar toda la inspiración que pueda para crecer como persona y como artista.

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