“Lucky”, de John Carroll Lynch

Autor:

CINE

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“Debajo de la pátina de hastío, sequedad y humor negro, hay miedo, carisma y un enorme aunque silencioso cariño por todos aquellos que le rodean día a día”

 

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“Lucky”
John Carroll Lynch, 2017

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

Tras su fallecimiento el pasado septiembre, “Lucky” se presenta como la última posibilidad que tendremos de disfrutar de Harry Dean Stanton en pantalla grande. Escrita con el nonagenario actor en mente y concebida como homenaje a la par que oportunidad para demostrar todo su talento, este filme es el mejor testamento audiovisual que nos podría dejar como recuerdo.

Nos presenta un par de días de la vida de su protagonista, Lucky, un independiente anciano con una rutina muy marcada, desde los ejercicios de yoga matinales hasta el visionado de concursos de televisión, pasando por el café con mucha leche y azúcar, los crucigramas y un paquete de cigarrillos al día. Sin embargo, la semana que se nos narra en la película tiene algo de especial, algo que resulta muy difícil señalar de manera específica, pero que pasa en última instancia por el proceso de enfrentamiento a la propia mortalidad. Lejos de grandes ideas espirituales, revelaciones sorprendentes o espontáneas epifanías, lo que vemos en pantalla son una serie de momentos y conversaciones, en ocasiones reiteraciones de la misma inercia diaria, en otras nuevas e inesperadas, a veces enormemente pertinentes, en otras banalmente casuales.

Al fin y al cabo, son todos los personajes y espacios a los que Lucky lleva años enfrentándose día tras día los que de repente pasan a resultar extraños y mucho más significativos de lo que él mismo creía. Nuestro protagonista observa de manera atenta, mira a su alrededor con nuevos ojos, ojos muy similares a los nuestros, quizás, que se encuentran en este curioso pequeño pueblo del desierto norteamericano por primera vez y para los que la cotidianeidad de lo narrado en pantalla resulta excitante, provocadora e incluso divertida. Debajo de la pátina de hastío, sequedad y humor negro (tanto el personaje como la película), hay miedo, carisma y un enorme aunque silencioso cariño por todos aquellos que le rodean día a día. Lucky escucha con calma, asimila y reacciona como si, en el fondo, la cinta no fuera sobre él sino sobre todo lo demás, siendo el protagonista el mero catalizador que lleva a la audiencia a entrar en el universo creado en pantalla.

Con su participación en grandes clásicos como “Alien” (Ridley Scott, 1979), “Paris, Texas” (Wim Wenders, 1984) o “Inland Empire” (David Lynch, 2006), Harry Dean Stanton ya se había ganado un lugar en la historia del cine. “Lucky” es el rol que lleva mereciendo desde hace décadas y nos recuerda lo mucho que le echaremos de menos.

Anterior crítica de cine: “Vengadores: Infinity war”, de Anthony y Joe Russo.

 

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