2012 ha sido un año de cincuentenarios: Rolling Stone, Beatles, Beach Boys. Pero Diego A. Manrique, en su blog de “El País”, dice que “No he leído, no he visto nada sobre el principal grupo femenino del siglo XX, con doce números 1 durante los años sesenta”. Las Supremes.
Manrique repasa algunos aspectos de la trayectoria de las Supremes, en la que “hubo todo el drama que un guionista podría desear. Humillantes encuentros con racistas durante las giras, peleas con otras figuras femeninas del sello, la cruda desaparición de Florente. Y mucho sexo, incluyendo la irresistible ascensión de Diana, atraída por los hombres casados de Hitsville USA.”
Berry Gordy Jr. patrón de Motown, tenía por costumbre explotar a sus músicos y en el apartado artístico “quería que sus principales artistas desarrollaran una doble carrera: proveedores de éxitos para los jóvenes y entretenedores aptos para los adultos que acudían a almidonados locales nocturnos”. Diana Ross y sus compañeras “aceptaban el papel de marionetas de los delirios universalistas de Gordy. Eso explica que grabaran elepés dedicados a la música country & western, a los standards de Rodgers-Hart, al pop británico (A bit of Liverpool), que en nada ayudaron a su trayectoria”.
Cuando Gordy se trasladó a Los Ángeles, “despreció la fórmula mágica con funestas consecuencias: la perdida de identidad, la disminución de la fama de infalibilidad”. Y al final las Supremes “quedan como extrañas criaturas, prodigios de sofisticación que escondieron sus conflictos y se lo pasaban maravillosamente bien. Cara al exterior, y si no coincidías con aquellas ocasiones en que había bronca en el escenario, eran FABULOSAS”.
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego a.Manrique “Los tacones de aguja pueden matar”.