Los Ronaldos: Cerrando la segunda etapa

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Entrevista:Los Ronaldos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los Ronaldos cierran una nueva etapa con el DVD y CD La bola extra, un contundente álbum en directo que muestra la vigencia del repertorio de una banda de rock a la que los años de ausencia –y los de regreso– le han sentado francamente bien. De nuevo se despiden del respetable, pero avisando que, quizás, cualquier día vuelvan. Para hablar de ello, aquí está Coque Malla.

 

Texto: JUAN PUCHADES.
Fotos: JUAN LUIS VELA.

 

Asegura Coque Malla que el destino le dio a Los Ronaldos una bola extra, la posibilidad de jugar una nueva partida. Una partida que ha durado tres años en los que el cuarteto madrileño se ha reencontrado con el directo y con un repertorio que sigue tan bien de salud como hace dos décadas. Pero felices de disfrutar de un inesperado momento dulce, en un gesto que les honra, y contraviniendo las reglas del negocio musical, prefieren echar el telón. Sin nostalgias. O Coque Malla no muestra ninguna, más bien parece estar contento y con las pilas bien recargadas para enfrentarse al futuro.

El título del disco, La bola extra, me recuerda a Herminio Bolaextra, el personaje de Mauro Entrialgo.
No lo conozco.

Es el periodista con más huevos, porque tiene tres…
Pues igual este es nuestro tercer huevo. El título es producto de un cúmulo de casualidades y de acierto, que hay que reconocérselo a Ricardo [Moreno, batería de Los Ronaldos], porque la idea de titularlo así es suya, y es una idea genial, la verdad. Desde hace mucho tiempo yo le decía a Ricardo qué buena canción es “La bola extra”, de La Marabunta, el grupo en el que tocaban Ricardo, Pablo Novoa y Nicolás Pastoriza. Luego, cuando empezamos a tocar de nuevo Los Ronaldos comenzamos a ver la posibilidad de hacer una versión, el primer año no la hicimos, pero en la última gira, la del EP 4 canciones, ya nos lo planteamos en serio y la hicimos y estuvimos toda la gira haciendo la versión de “La bola extra”. Cuando pensamos en sacar el disco, empezamos a ver qué sacábamos de single y yo propuse “La bola extra” porque era una rareza y porque era la mejor sonaba en el disco, la más reposadita. Además, tiene una anécdota graciosa y es que cuando grabamos el DVD, que el fue primer día del Joy, en mitad de “La bola extra” se fue la luz, saltaron los plomos y lejos de estropear el concierto lo relajó porque estábamos muy nerviosos; era el primer concierto en Madrid, estaba lleno, había mucha excitación, estábamos un poco nerviosos y el apagón hizo que todos nos relajásemos y, de repente, volvió la luz y empezamos otra vez “La bola extra” desde el principio y estábamos como mucho más relajados y, joder, se nota. Se nota en la grabación, tú oyes el disco y está de puta madre, pero “La bola extra” está como muy relajadita. Y propuse esa de single, pero al final dijo Ricardo que de single no, pero el título del disco sí podía ser, y la verdad es que es una idea estupenda porque es exactamente eso, todo esto que hemos ido haciendo durante estos años ha sido eso, han sido como bolas extra. Estábamos jugando la última partida, se había acabado el dinero, la máquina sonaba y nos daba una bola extra. Y este directo sí que es como la bola extra total, porque es lo último que vamos a hacer, por lo menos en un tiempo y vamos a parar.

¿Te das cuenta de que regresasteis en 2004, tres años antes de que regresara todo el mundo?
Bueno, hay reconocerle a los Hombres G que ellos fueron los primeros. Los G hicieron el concierto en Las Ventas y luego sí, fuimos nosotros. Pero hay que reconocer que fueron los G los primeros a los que se les ocurrió revivir “los ochentas”.

En vuestro caso, la vuelta tampoco fue algo muy premeditado, ¿no?
Fue saliendo de una manera como muy natural. Lo primero fue el homenaje al grupo en el Sirocco, que lo hemos contado mil veces. Y fue el hecho de tocar juntos lo que lo propició, una carambola hizo que tocáramos juntos y, joder, disfrutamos tanto físicamente tocando juntos que hemos estado tres años.

¿Y porqué se produjo la primera disolución del grupo, en el 96 o 97?
Sí, fue por ahí…. Ya ni me acuerdo, pero no hubo nada concreto de aquello de “es que pillamos a este tío con…” No, fue como desgaste. Es que cuando un grupo empieza tan joven…

Y tocando el cielo, que fue vuestro caso.

Tocando el cielo, o no. Porque el hecho de no haber tocado con otra gente es como un instinto de decir me quiero ir de casa. Es como irte de casa de los padres, es lo único que has conocido y tienes el instinto de salir fuera a ver qué pasa. Es como los gatos cuando los metes en casa y cuando se abre una venta allá que va el gato. Fue un poco eso, ganas de probar otras cosas. Así de sencillo, ¡y así de primario!

Durante el tiempo que habéis estado fuera de Los Ronaldos los cuatro habéis ejercido de músicos inquietos, habéis estado haciendo cosas no convencionales.
Sí, no entro a juzgar si ha sido bueno o malo lo que hemos hecho, pero desde luego hemos buscado otras cosas y nos hemos dedicado a tocar. Y eso se ha notado a la hora de juntarnos, que sonábamos mejor y que sonábamos más frescos. El no haber dejado de tocar, el no haber dejado de ser músicos, de haber estado con otra gente y haber tocado otro tipo de música, nos ha hecho mejorar.

En estos tres años, sólo habéis sacado cuatro canciones nuevas, en el disco que se llamaba así, 4 canciones. ¿No han salido más canciones durante este tiempo?

Hay una, pero es que no hemos querido forzar nada. Como todo era ver qué iba saliendo, no nos hemos querido sentar y “venga, vamos a currar y a ver si hacemos un disco entero”. Y bueno, cuando nos planteamos lo de las 4 canciones, yo tenía dos por ahí, Luis [Martín] otras dos. Yo tenía una, “No puedo vivir sin ti”, que está escrita hace mucho tiempo, estaba en un cajón y de pronto vi que podía sonar con Los Ronaldos. Y con el subidón del grupo hice otra, “El león”. No hemos querido forzar nada, es lo que ha salido.

¿Ni cuando habéis estado todos juntos rodando en la carretera han surgido canciones?
No, la verdad es que no. Hay una pero, vamos, está en pañales, igual algún día, dentro de cinco años o no sé cuándo, toma forma y la hacemos.

Vuestras canciones, que quizás puedan parecer muy inmediatas, me parece que surgen de mucho trabajo previo.
Sí, hemos sido muy currantes. Ensayábamos un montón. Ahora ya no, pero recuerdo que hubo un tiempo que teníamos un local alquilado al que íbamos todos los días. Muchos grupos hacían eso, ahora están las salas que alquilas para unos días, para ensayar la gira o para ensayar el disco, pero antes, macho, en Tablada teníamos todos un local. E íbamos encantados, era como nuestro curro.

¿Te parece mejor La bola extra que Quiero que estemos cerca, que fue vuestro primer disco en directo y con el que cerrasteis el primer ciclo del grupo?
Distinto. A mí me gusta más La bola extra. Es más directo, es más brutal, es lo que hay y no hemos hecho ni un solo recording, la verdad es que en Quiero que estemos cerca tampoco hicimos ni un solo recording, pero lo ensayamos muchísimo e íbamos a por ese disco, era “vamos a hacer un disco en directo”, y estuvimos un mes ensayando el orden y coristas y saxos, y… Esto ha sido, poco antes del concierto decidimos grabarlo por si acaso, y hemos dejado lo que había, y es más sincero. Está grabado en un momento muy feliz de Los Ronaldos, estos tres años han sido muy felices y muy de estar muy relajados y muy a gusto los cuatro y de pasarlo muy bien.

Hace unos meses le regalasteis a los fans un directo, grabado en la sala Aqualung de Madrid, desde vuestra web.
Sí, estuvimos pensando en sacarlo como disco y esa idea fue la que propició hacer canciones nuevas. Pensamos en sacar ese directo del Aqualung y meter cuatro canciones nuevas porque sino nos parecía la maniobra de siempre. Entonces pensamos en sacar las cuatro canciones solitas grabadas en estudio y a un precio barato, porque sólo son cuatro y al fan que ya tiene un directo y un recopilatorio no le obligamos a comprar otra vez “Adios, papá” y se lo regalamos. Ésa fue la idea.

Para La bola extra habéis contado como invitados con Iván Ferreiro y Dani Martín, ¿el no llamar a alguien de vuestra generación ha sido porque os parecía algo demasiado previsible, tal vez?
No, es que no somos muy de hacer conciertos con invitados, lo que pasa es que, macho, Iván y Dani se lo han ganado a pulso, son como superfans declarados, lo dicen con toda la generosidad del mundo en cuanto pueden, y se lo han ganado. Y como este era un concierto especial, los invitamos, que han dado mucho la tralla con nosotros y hacen versiones nuestras. Dani e Iván tenían que estar ahí.

Esto demuestra que Los Ronaldos ha dejado poso entre los aficionados y los músicos.
Eso parece… Fíjate, yo noté eso en el homenaje del Sirocco, fue la primera vez que fui consciente de eso y me impresionó muchísimo, la verdad. De repente me sentí mayor, pero en el mejor de los sentidos. Esa noche fue muy especial, como un antes y un después, fue como decir, joder, hemos dejado ahí algo importante y yo no lo sabía. Yo era un músico que hacía música, que había tenido un cierto éxito y, de repente, esa noche fue darse cuenta que uno había dejado un repertorio que para algunas personas significaba algo.

Tengo la sensación de que tanto tú como tus compañeros erais unos descreídos con Los Ronaldos, como que no le dabais mucha importancia.
Es que no creo que sea buen negocio dársela.

¡Pues algunos otros hacen grandes negocios dándosela!
[Risas] No negocio económico, mental. Para eso, lo mejor es no darle demasiada importancia a casi nada, excepto a cosas así como muy íntimas y muy privadas. Bueno, tampoco es tan importante lo que hacemos y este país es lo que es.

Es un país muy duro para el rock.
Sí, mucho. Yo creo que ahora empieza a haber una cultura musical y la gente empieza a tener criterio. Pero es normal, llevábamos retraso y este es un país muy pequeño.

Y muy marcado por la dictadura.
Sí, son muchas cosas, pero ya es irnos a la historia. Pero es lo que es y tampoco hay que volverse loco. Yo sí tomé conciencia esa noche, aquello de pues sí parece que hemos hecho algo.

Los últimos bolos de Los Ronaldos los suspendisteis, porque creo que te tuviste que operar, ¿qué pasó?
Sí, me han operado del oído. Pero por gilipollas, tenía una perforación del tímpano desde hacía tiempo y me dejaba vivir perfectamente y meterte en un quirófano terrible y lo fui dejando y este verano me despisté y me entró agua. La cosa se complicó y me tuve que operar y he tenido que estar todo este tiempo sin meterle caña al oído. Ha quedado perfecto, pero hay que probarlo, a ver qué pasa cuando ponga el Marshall al 10.

Esta nueva separación de Los Ronaldos es temporal y deja la puerta abierta a un posible retorno, de alguna manera es la fórmula de Roxy Music: Siempre están ahí, aunque pasen unos años en los que se dedican a proyectos personales y luego regresan al grupo.
Algo así. Los Stones también hacen un poco eso.

¿Tú quieres preparar disco en solitario, el tercero?
Así es, estoy en ello.

No se trataron muy bien tus dos primeros discos.
Bueno… No. Eran discos raros también, lo entiendo y no me quejo. Eran cosas muy personales, los hice en un momento muy especial de mi vida, pasaban muchas cosas y está todo ahí. Era una cosa difícil de compartir. Lo entiendo, y con el paso del tiempo más, cuando estaba ahí metido los sacaba con toda la ilusión y pensando que podía arrasar. Pero luego, con el paso del tiempo, los oyes y son discos muy buenos, que me gustan mucho, pero son muy personales y todas las letras giran entorno a lo mismo y alrededor de dolores que había en ese momento de mi vida. Especialmente Sueños, que era una cosa muy rara, un libro-disco con poemas y unos textos muy míos.

Era un disco muy bueno. Pero quizás esos no eran los discos que se esperaba de ti.
No lo sé. Claro, viniendo de Los Ronaldos era un cambio muy grande y escritos en un momento muy especial.

Pero esos discos te permitieron reencontrarte con ese otro personaje que podía tocar en los garitos con tu guitarra.
Sí, fueron años de un aprendizaje de la hostia, fue conectar con el instrumento y la voz. Hicimos muchos conciertos acústicos porque había que llevar una producción más reducida e hicimos muchos conciertos Álex Olmedo, de La Naranja China, y yo. Íbamos los dos solos con las guitarritas, y aprendimos muchísimo.

Y sin road manager…
Sin road manager y sin nada. En un BMW destartalado que tenía yo, y a hacer garitos.

¿Se disfruta del garito?
Se disfruta muchísimo, te lo pasas como un enano. Es como ser adolescente otra vez.

Tú no tuviste esa parcela en Los Ronaldos.
Sí, pero fue una adolescencia de puta madre.

Me refiero a que no hacíais garitos.
No, sí que nos comimos garitos Los Ronaldos. Lo que pasa es que fue un éxito muy rápido y a la gente le llega como la luz, pero fue un periodo corto porque enseguida empezamos a tocar a lo bestia, pero sí que hicimos unos cuantos garitos y bolos cargando amplis nosotros mismos. Afortunadamente, porque como empieces así de superstar vas perdido.

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