“Liam Gallagher fue expulsado del Bernabeu porque, al parecer, se había comportado de forma indecente durante el encuentro”
Las lágrimas de Rod Stewart por el Celtic, la expulsión de Liam Gallagher del Santiago Bernabéu y los himnos de New Order o Manic Street Preachers para animar a los jugadores forman parte de este reportaje de Fernando Ballesteros sobre la pasión de los músicos británicos por el deporte del balompié.
Texto: FERNANDO BALLESTEROS.
Es un hecho que a muchos músicos británicos les apasiona el fútbol. En realidad, supongo que les vuelve locos, más o menos en la misma medida que al resto de los habitantes de aquellas islas. Ya saben: allí nació este deporte y aunque hoy por hoy no son los que mejor lo juegan, siguen viviéndolo con intensidad.
No solo hay músicos en las gradas de los estadios: hay grandes aficionados en el gremio, incluso muchos a los que les encanta vestirse de corto para practicar el balompié. Otros han dejado que la influencia futbolera se cuele de una u otra forma en su música, o han cantado para sus colores. Incluso los hay que se han lanzado a los despachos para dirigir un club o participar en su accionariado. Aquí recogemos algunos de los casos más llamativos.
Rod Stewart y sus lágrimas por el Celtic
Es habitual ver al exvocalista de los Faces siguiendo a la selección escocesa en grandes campeonatos. Cuentan que en alguna ocasión ha acomodado las fechas de una gira para que sus compromisos en los escenarios no le impidieran ver en vivo y en directo a los suyos.
El bueno de Rod es un habitual en el estadio del Celtic, y lo cierto es que los católicos, aunque están muy lejos de ser aquel mítico que llegó a reinar en Europa, aún le dan alguna que otra gran alegría. Por ejemplo, aquella noche de noviembre de 2012 cuando el todopoderoso F.C. Barcelona visitaba Celtic Park. Ni los más optimistas podían esperar que, tras ser dominados de principio a fin, los escoceses terminarían ganando por dos a uno. Tanta fue la tensión y tanto se desbordó la emoción con el pitido final del partido que Stewart no pudo contener las lágrimas, protagonizando unas imágenes que en las horas siguientes dieron la vuelta al mundo.
Pero Rod, al que hace unos años le gustaba vestirse de corto para jugar al fútbol, no está solo en su amor a los verdiblancos: los imprescindibles Teenage Fanclub también son incondicionales de unos colores a los que se mantiene igualmente fiel el jefe de Primal Scream, Bobby Gillespie.
A Stuart Murdoch, otro escocés futbolero, lo que le encanta es jugar a este deporte. Tan atípico es el líder de Belle and Sebastian que en «El café celestial», el libro en el que se recopilan sus diarios entre 2002 y 2006, nos deja clarísimo que situarse en el centro del campo repartiendo juego a derecha e izquierda es de las cosas que más feliz le hacen en la vida y, sin embargo, no dice ni pío de sus preferencias en lo que a colores se refiere.
Ah, en la banda sonora de «Storytelling», Stuart cantaba ‘I don’t want to play football’: decía que no quiere jugar al fútbol… a veces los títulos de las canciones no dicen la verdad.
Bob Marley, un jugón con mala suerte
Bob Marley también era de los que aprovechaba cualquier rato libre para juntar a unos cuantos amigos o a parte del equipo que le acompañaba en las giras y dar unas patadas al balón improvisando un partidillo. Era auténtica devoción lo que sentía Bob por este deporte, le encantaba jugarlo y disfrutaba de las habilidades de los grandes como Pelé, que era su gran ídolo. Pero como estamos hablando de Inglaterra, hemos de decir que sus preferencias en este país, se decantaban por el Tottenham Hotspur.
En cierta ocasión le preguntaron a Marley lo que significaba para el fútbol para él y, ni corto ni perezoso, respondió: «¡Libertad! el fútbol es libertad».
Y lo que son las cosas… al final, su gran pasión iba a estar también en el origen de los problemas que le causaron la muerte a los 36 años. Fue en 1978, cuando al llegar a Inglaterra organizó un partido entre periodistas y su equipo de gira. En el transcurso del juego reicibó un pisotón en el pie derecho y con el paso de los días los dolores en el dedo gordo iban a más hasta que fue al médico, que le detectó un melanoma maligno. Por sus creencias religiosas, decidió seguir adelante sin que le amputaran el dedo, que es lo que le habían aconsejado los médicos. Además, continuó con su vida como si nada, dando conciertos y sin recibir tratamiento y el cáncer se extendió por todo su cuerpo hasta acabar con su vida en 1981.
Bob pidió que le enterraran con su Les Paul, un cogollo de marihuana, el anillo que le regaló el principe Asfa Wossen de Etiopía, una Biblia y, por supuesto, un balón de fútbol.
Elton John y su gran amor: el Watford
A Elton John su amor por el Watford le viene de pequeñito. Era un crío cuando su padre le llevaba de la mano a Vicarage Road y allí en sus modestas gradas aprendió a querer a un equipo muy alejado del brillo de los grandes de la Liga inglesa.
El club militaba en la Cuarta División cuando el músico accedió a su presidencia. Corría 1976 y los resultados iban a ser espectaculares: ascenso tras ascenso se llegaron a plantar en la máxima categoría del fútbol inglés. Y no solo eso, sino que en su debut en primera el Watford consiguió el subcampeonato liguero que le llevó a pasearse por Europa disputando la Copa de la UEFA.
Pero una estrella de la talla de Elton John, con todos los compromisos que su status acarrea, tenía muy difícil compatibilizar la presidencia de un club con una carrera artísica como la suya, por eso terminó dimitiendo, aunque su corazón se quedó en aquellas oficinas. De hecho, hoy en día sigue siendo el presidente de honor vitalicio de la institución.
New Order, cantando a la selección inglesa
Todavía tenemos fresquita la interpretación de Sergio Ramos y compañía en la canción que sirvió para acompañar y animar a la selección española en la última Eurocopa. Pues bien, hagamos todo lo posible por olvidar y vayámonos a 1990.
El 21 de mayo, en concreto, se ponía a la venta ‘World in motion’, el tema de New Order para motivar al equipo inglés que unas semanas más tarde iba a competir en el mundial italiano. Se trataba de todo un hit de la factoría de los mancunianos. Por cierto, no se si tendrá mucho que ver, pero aquel año Inglaterra se plantó en las semifinales.
Lightning Seeds también lo bordaron para la cita del 98 con el emotivo ‘Three lions’ y su canto a la fidelidad a sus colores a pesar de los reveses. Y aunque haya que irse a Gales, no me quiero olvidar de ‘Together stronger (C’mon Wales)’, el himno que los Manic Street Preachers se curraron para su selección en la Euro del verano pasado. Definitivamente, en esto de las canciones de ánimo no podemos –o no queremos– competir con ellos.
Los Gallagher, dos hooligans más del City
Los hermanos Gallagher son aficionados del Manchester City, y a estas alturas todos sabemos cómo son estos señores. En fin, lo que quiero decir es que su forma de entender la adhesión a su equipo no ha sido siempre la más deportiva. Ellos son así, siempre han ido al choque.
Por eso no nos puede sorprender que el fútbol haya sido el telón de fondo de algunos de sus escándalos. Como aquella vez, en 2012, cuando el City jugaba en el Santiago Bernabeu un partido de la primera fase de la Liga de Campeones. Durante aquel partido Liam Gallagher fue expulsado de las instalaciones porque, al parecer, se había comportado de forma indecente durante el encuentro. Un guardia de seguridad tuvo que invitarle a abandonar el estadio y el exvocalista de Oasis se perdió la remontada de los blancos.
Desde su más tierna infancia, Liam tuvo claras sus preferencias. Cuentan que la criaturita, que ya apuntaba maneras, se iba de niño al entrenamiento del eterno rival, el United, y mientras sus jugadores se ejercitaban él, en más de una ocasión aprovechó para dejarles unos cuantos arañazos a modo de recuerdo en sus coches.
Noel también lo vive con intensidad, y como es tan dado a las declaraciones llamativas, hace poco más de un año declaró en la NBC Sports que Silva era uno de sus jugadores preferidos del City, tanto que llegó a decir que le permitiría acostarse con su mujer. Sí, cuando se pone garrulo con su «peculiar» humor, Noel tampoco tiene rival.
Y el pasado verano, cuando Pep Guardiola oficializó su fichaje por el City, Noel le hizo una entrevista en profundidad al ex del Barcelona en la que tuvo el honor de dar la bienvenida al técnico que el llevaba años pidiendo para los suyos.
Pero los Gallagher no están solos en su afición por el equipo con menos títulos de la ciudad: Johnny Marr, antes de formar los Smiths, llegó a probar en los juveniles del club, y en alguna ocasión he leído que el mismísimo Ian Curtis también era un citizen.
*Mañana, la segunda parte de este reportaje.