“Los Increíbles 2”, de Brad Bird

Autor:

CINE

 

los-increibles-2-09-08-18-a 

Una película emocionante y divertida a partes iguales, donde la risa y la sorpresa priman sobre la búsqueda de la lágrima fácil”

los-increibles-2-09-08-18-b

“Los Increíbles 2”
Brad Bird, 2018

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

Al inicio de “Los Increíbles 2” nos rencontramos con la familia Parr exactamente donde los habíamos dejado al final de la primera parte de sus aventuras: enfrentándose al supervillano el Socavador. Aunque en el universo narrativo no haya pasado ni un solo minuto entre un filme y el siguiente, los casi quince años transcurridos desde el estreno de “Los Increíbles” (Brad Bird, 2004) parecen haber tenido un enorme peso a la hora de crear esta secuela. Por una parte, el cine de superhéroes domina la taquilla internacional desde hace años, haciendo que el subgénero corra un riesgo de agotamiento cada vez mayor. Por otra, se enfrenta ahora a un público doble, compuesto tanto por los ahora adultos que entonces vieron “Los Increíbles” con admiración infantil como por las nuevas generaciones de niños y niñas que se acercan a descubrir estos personajes por primera vez.

“Los Increíbles 2” se defiende bastante bien de ambos retos y ofrece entretenimiento a numerosos niveles, desde escenas de acción diseñadas con mimo y cuidado para sobrepasar con creces otros ejemplos del género (evitando el desorden o errores de montaje de, por ejemplo, “Batman vs. Superman”) hasta atraverse a pronunciarse sobre diversos y complejos temas de actualidad. Lo primero crea una película emocionante y divertida a partes iguales, donde la risa y la sorpresa priman sobre la búsqueda de la lágrima fácil, en lo que es un (muy de agradecer) desplazamiento de la tendencia a “tocar la patata” que lleva años dominando el cine de Pixar. Lo segundo choca con el que es en última instancia el principal fin de la producción: la obtención de beneficios a través de ser lo menos molesta e incómoda posible.

 

 

El resultado es un malgastado potencial crítico a través del planteamiento de cuestiones acuciantes que no son expresadas como problemáticas sino como meras referencias para los adultos sentados en la sala. Quizás el caso más obvio sea la imagen que se ofrece del padre como héroe cuando se encarga de su familia a tiempo completo, acompañado de su negatividad y de la supuesta amenaza a la masculinidad tradicional que sería la liberación femenina (y esa rabia de los hombres blancos que se consideran ahora “desplazados”), pero la poco sutil alusión a la campaña presidencial de Donald Trump en un personaje que resulta ser inocente y bienintencionado o el argumento de la villana de la película en torno al (posiblemente negativo) rol conciliador de las figuras tipo superhéroes en el imaginario colectivo sufren el mismo emborronamiento.

Como película de superhéroes “Los Increíbles 2” hace honor a su nombre y ofrece un espectáculo de emoción y acción entretenido e impactante. Como filme representativo de los problemas de la sociedad de nuestro tiempo, sin embargo, resulta decepcionante por hacer uso de dichas cuestiones como mero recurso humorístico y narrativo, arriesgándose a normalizarlas y dejándonos en la siempre incómoda posición de tener que recurrir a preguntarnos “qué otra cosa se puede esperar de una película de Disney”.

Anterior crítica de cine: “Happy end”, de Michael Haneke.

 

 

Artículos relacionados