«Nunca nos encontramos tan cómodos tocando en directo como creando canciones en el local o grabándolas. Además, cada ensayo era como un concierto para nosotros»
Llevan casi dos décadas en funcionamiento, pero la banda coruñesa se prodiga más en disco que en directo, quizá por ello no sean tan conocidos como debieran. Xavier Valiño conversa con este grupo de rock próximo a la psicodelia.
Texto: XAVIER VALIÑO.
Los Huéspedes Felices, grupo de Coruña, llevan unos veinte años grabando y editando discos de forma dispersa, sin recibir la atención que su música de orfebres artesanos de desatada imaginación merece, a medio camino entre el pop, el folk, el rock y la psicodelia. Tras el epé «Gigantes del pop» con Animal Records en 1996 llegaron otros discos autoeditados como el álbum «Aventuras en Felicia» (1998), el single ‘Cada día’ (2000), el epé «Penny Royal Park» (2001), el elepé «Luz artificial» (2003), el mini-álbum «Las vacaciones del capitán» (2005), el elepé «Sol de invierno» (2007) o el mini-elepé «Cambios» (2011), además de numerosas participaciones en distintos discos colectivos. Ahora inauguran nueva etapa con Clifford Records con su nuevo epé «Mi reflejo».
Son muchos años editando discos en distintas compañías y por distintas vías. ¿Cómo se ha vivido desde dentro del grupo?
La emoción de sacar canciones es la misma, sea en un disco o en una casete, sea llegándole a diez personas o a cien; lo importante para nosotros ha sido sacarlas a la luz.
Es difícil seguir toda vuestra producción, casi toda en singles, epés, mini-elepés, discos colectivos… ¿Fue todo haciéndose de forma improvisada cuando os surgían propuestas para editar canciones?
Hasta «Mi reflejo», con la excepción de «Gigantes del pop», cualquier planificación resultaba un fracaso, así que podemos decir que todo se improvisaba sobre la marcha.
Tenéis más de 100 canciones en vuestro repertorio. ¿Hay intención de poner orden en todo lo que tenéis editándolo en algún tipo de recopilatorio con versiones, lo más destacado, una integral…?
En este caso la sintonía con Clifford Records es total, y una vez que ambas partes tenemos claro que lo importante es lo nuevo, también hay intención de ir recuperando el material anterior con algún recopilatorio y editando alguno de nuestros antiguos trabajos. Esperamos anunciar algo pronto.
¿Algún punto de inflexión crucial en todo este tiempo, algo que haya marcado la evolución de la banda?
Cada cambio de personal ha sido crucial. Eso ha marcado la evolución de la banda.
¿En algún momento sentisteis que era tiempo de dejarlo? ¿Cundió el desánimo algunas veces? ¿Fue el final de la pasada década el momento más complicado?
Claro, hay momentos más complicados que otros, pero eso es inevitable. Después de tantos años, no se le puede pedir a todos que tengan la misma ilusión que al principio.
Parece que, a pesar de los cambios de formación, habéis mantenido un sonido bastante homogéneo. ¿Quién entra al grupo se deja llevar por los demás, ya sabe donde se mete o cómo lo lográis?
Algo de eso hay, pero lo más importante es dejar el margen suficiente a quien se incorpora para que pueda explayarse a gusto, tanto como instrumentista como aportando ideas. Eso es lo que hace crecer a un grupo.
Y a nivel de composición, ¿todos contribuís? ¿Tienen que tener las canciones que aportáis un sonido, unos referentes comunes, o en principio cualquier idea es bienvenida y habéis sido permeables a lo que habéis escuchado?
Cualquier idea es susceptible de convertirse en una canción de Los Huéspedes. Y todos contribuimos, por supuesto. Además, todo lo que escuchamos acaba influyendo, consciente o inconscientemente, y acaba apareciendo por algún sitio.
No es fácil veros en directo. ¿Por qué ha sido así hasta ahora? Todo ello ha complicado un poco que más gente os haya conocido en estos veinte años. ¿Lo entendéis así?
Nunca nos encontramos tan cómodos tocando en directo como creando canciones en el local o grabándolas. Además, cada ensayo era como un concierto para nosotros. No obstante, tenemos que reconocer que en estos momentos le estamos cogiendo el gusto al directo. Probablemente eso ha hecho complicado que nos conociera más gente; en cualquier caso ha sido algo que ha estado en nuestras manos, así que no podemos culpar a nadie más.
¿Fue la edición del epé con Animal Records cuando más cerca estuvisteis de acceder a más público?
En aquellos años, sí. Hoy es más fácil llegar a la gente, pero entonces era muy importante estar en un sello que, como en el caso de Animal, era una garantía para llegar a sitios que de otra forma no sería posible.
Acabáis de editar un nuevo epé. ¿Cuál sería la mayor novedad respecto a trabajos anteriores? ¿Seguís la línea emprendida en «Cambios»?
Hay dos nuevos miembros que han tenido la absoluta libertad para aportar lo que creían necesario a las canciones y a Los Huéspedes Felices. Por otro lado, la única línea que seguimos desde siempre es la de intentar mejorar nuestro último resultado.
¿Qué recuerdos quedan hoy de la primera maqueta, «Sus grandes éxitos», en 1993?
¡El mejor recuerdo es la prisa que teníamos por acabar de grabar para poder escucharla!
Algunos de vosotros habéis estado o estáis involucrados en otros proyectos. ¿Nos los podéis recordar
Hoy por hoy, Los Huéspedes Felices consumen todas nuestras energías, ya que este mes comenzamos a grabar el nuevo elepé. Con algún concierto que tenemos por ahí, no nos queda demasiado tiempo para dedicarnos a otras cosas, pero en cuanto cumplamos el objetivo, le echaremos una mano a Alberto con las nuevas canciones de Todo El Largo Verano.
¿Alguna desventaja por vivir y grabar en el Noroeste peninsular?
No lo cambiaríamos por nada.
¿Por qué tienen este tipo de sonidos tanto predicamento en la comarca
de Ferrolterra? ¿Qué tiene que ver en todo esto el Felipop?
En realidad, en Ferrolterra cualquier sonido tiene predicamento. Desde siempre ha habido grupos de toda afiliación, lo cual a nosotros nos parece que está muy bien. En cuanto al Felipop, seguro que ha ayudado.