“Loquillo. Bien en su papel. Sin aspavientos. Dando lo que se esperaba de él en todo momento. A gusto con el grupo y sabiendo cederles el protagonismo por momentos”
La gira del rockero catalán llegó a su Barcelona natal el pasado 14 de mayo, acompañado por la mitad de los Nu Niles. Allí estuvo Eduardo Izquierdo.
Loquillo
14 de mayo de 2015
Sala Razzmatazz, Barcelona.
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
El Loco debió pensar que con su “Código Rocker” estaba ajustando algunas cuentas pendientes con su carrera. Curiosamente, otros han aprovechado la edición del llamado disco de rockabilly de Loquillo para también apretarle las tuercas, pero en otro sentido. Que si ahora de qué va. Que si él renegó de nosotros. Que si vaya vendidos los Nu Niles. Que si ahora se aprovecha de ellos para sacar un disco. Esas y otras cuantas retahílas han corrido por la red desde que se anunció que Loquillo y Nu Niles unían sus fuerzas para regrabar algunos de los grandes éxitos del de El Clot. Al final, lo que ha prevalecido es el rock and roll y Loquillo se subía al escenario de la Sala Razzmatazz para demostrar que de eso sabe un rato. Pero ya que hemos empezado con cuentas, intentaré aprovecharlo para, cual contabilidad, resumir un concierto que daría para muchas líneas.
HABER. El lado derecho de una cuenta contable. Si nos dejamos de filigranas que no nos tocan, “disponer, estar en posesión de algo”. Aquí podríamos anotar:
- La asistencia de público. Los fieles nunca fallan y la sala presentaba un espléndido estado de gente con ganas de vivir una noche de rock and roll.
- El grupo de acompañamiento y, en especial, Mario Cobo. Espléndido el guitarrista, espléndidos el resto de músicos y también esos Velvet Candles que abrieron magistralmente la velada con sus excepcionales voces. Lo de Cobo es de otro mundo. Que este hombre no esté triunfando en todos lados es algo que no acabo de explicarme. En mi opinión, el verdadero protagonista de la noche.
- Loquillo. Bien en su papel. Sin aspavientos. Dando lo que se esperaba de él en todo momento. A gusto con el grupo y sabiendo cederles el protagonismo por momentos (destacable en él). Incluso permitió un fantástico solo-introducción de Blas Picón, parapetado toda la noche tras su batería.
- El repertorio. Este punto podría estar en los dos lados. Se cargaron entero el “Código Rocker”, con lo cual cumplieron con expectativas. Otra cosa es analizar si el contenido del disco era mejorable, aunque eso no toca.
DEBE. En términos contables es el lado izquierdo de una cuenta contable. La suma de las cantidades que se registran en el debe son los débitos:
- La presentación de los músicos. Lo siento pero ahí el Loco patinó. Presentó a los que estaban sobre el escenario como los Nu Niles pero allí solo había dos de los tres miembros de la banda, ya que Ivan Kovasevic tenía otros compromisos profesionales. No, aquellos no eran los barceloneses, era otra cosa. Que sonaba muy bien, pero otra cosa.
- El sonido. Injusto para la banda, la cosa no sonó como debía. La voz del Loco baja y en la apertura las de los Velvet Candles, su fuerte, desfiguradas. Y a pesar de eso recordaremos la noche. Mérito de los que estaban sobre las tablas.
- El repertorio. Ya he dicho que podía estar en ambos lados, y aquí añado a lo que antes apuntaba que dar en directo mayor protagonismo a canciones de los Nu Niles hubiera engrandecido el concierto y el proyecto.
Asiento descuadrado. Imposible en contabilidad. Aunque en este caso cae del lado del Haber y, por suerte, hablamos de música. Así que no hace falta arreglarlo. Conclusión: Loquillo gana. Cobo también. Si sabe lo que hace (y creo que eso pocos lo dudan en lo musical), el Loco no lo dejará escapar.
