Loquillo: Clásicos reeditados

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«Al escuchar una vez más estos cinco discos, queda claro hasta qué punto los temas clásicos en ellos contenidos han proyectado una enorme sombra sobre el resto de las canciones»

 

Estos días se ha puesto a la venta una serie de cinco álbumes clásicos de Loquillo (con y sin Trogloditas): del inicial «Los tiempos están cambiando» a «Cuero español». Juanjo Ordás los ha escuchado.

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Las reediciones de discos para coleccionistas no solo permiten que las nuevas generaciones de oyentes puedan acercarse a ellos atraídos por su leyenda (y una buena campaña de marketing), también suponen una nueva forma de acercarse a un álbum escuchado hasta la saciedad gracias a los extras que incorporan y que hacen del viejo disco algo nuevo. Las nuevas reediciones de álbumes clásicos de Loquillo cumplen ambos objetivos. El material adicional es lo suficientemente aceptable para lo que viejos fans pueden demandar, el sonido ha sido remasterizado bajo la batuta de Jaime Stinus y aunque no habría estado de más unos libretos más suculentos, lo más interesante es que su discurso sigue siendo absolutamente actual.

Salvo “Cuero español” (al que también hay que considerar un clásico, amigos), los otros cuatro lanzamientos se encuadran en la «era Sabino Méndez», cuando el autor y músico definió el universo de la primera etapa de Loquillo. Al escuchar una vez más estos cinco discos, queda claro hasta qué punto los temas clásicos en ellos contenidos han proyectado una enorme sombra sobre el resto de las canciones, quedando grandes temas eclipsados por aquellos que –muy merecidamente– alcanzaron esa categoría de clásicos. Siempre es agradable volver a hacer sonar todos esos hits, pero también lo es volver a hacer hueco a esas canciones perdidas en el minutaje de un viejo elepé.

 


LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO

El primer disco de Loquillo, “Los tiempos están cambiando” (1981) era un trabajo imperfecto, grabado con el tiempo justo pero con una inmediatez muy saludable. Se trata de una época interesante en la que aún no existen los Trogloditas y para la grabación del que será su debút Loquillo se hace acompañar de Intocables (su primera banda), los C-Pillos y ni más ni menos que Los Rebeldes. Así pues, se puede decir que su carrera como aglutinador de talentos y creador de equipos creativos comienza desde la primera vez que pone un pie en el estudio de grabación.

“Los tiempos están cambiando” no es juvenil, divertido y con actitud. La voz de Loquillo no está formada en absoluto y el disco dista mucho de ser una firme declaración de intenciones pero el cantante tiene las ideas claras y Sabino Méndez también, quien firma la clásica ‘Rock and roll star’ (cuya maqueta se incluye en la reedición que nos ocupa). A falta de tiempo para recolectar más originales, las versiones son una buena opción y lo cierto es que el ‘Brand new Cadillac’ de Vince Taylor suena potente e incluso su relectura de ‘Something else’ de Cochran avala una necesidad de triunfo, una sed de éxito clarísima, encarnándola en la figura de la mujer a conseguir.

La reedición cuenta con la inclusión de un single tan importante como es ‘Autopista’ (1982), de nuevo de la mano de Méndez, puro romanticismo rockero condensado con ingenuidad pero también con un sentimiento incontestable, siendo lógico que tras la separación de Intocables pasara a formar parte del repertorio de Trogloditas junto a ‘Rock and roll star’, abandonando ambas su forma original, siendo mejoradas pero perdiendo por el camino cierta inocencia a cambio de empaque y trascendencia. Sin embargo, volverlas a escuchar exentas de su leyenda consigue traer de vuelta su candor original, sin darse importancia. La reedición también incluye diez temas extras grabados en directo en 1981, de una calidad justa pero aceptable, más un deuvedé con otros tantos de calidad doméstica que únicamente satisfará a los fans más aguerridos.

 

LA MAFIA DEL BAILE

Para llegar a “La mafia del baile” (1985) hay que pasar por la antedicha disolución de Intocables, la formación de Trogloditas, la grabación del debút de esta nueva banda (“El ritmo del garaje”, 1983) y un maxi con el que amplían miras (“¿Dónde estabas tú en el 77?”, 1984). Por ello, cuando se confecciona “La mafia del baile” el grupo ya ha conseguido una identidad, viviendo una filosofía ácrata dictada por un Sabino que nutre a la banda con unas canciones que Loquillo asimila e interpreta de forma que el equipo funciona sin solución de continuidad.

El discurso es el del desencanto, conjugando de forma antagónica nihilismo y crítica con fluidez, todo sin dejar de lado la parte más lúdica y entretenida (no, la banda que toca ‘Carne para linda’ y ‘Chanel, cocaína y Dom Perignon’ no lo está pasando mal precisamente). El sonido de “La mafia del baile” es crudo, da igual que se toque rock and roll, western, rockabilly o se juegue con el jazz, la crudeza es parte de la ecuación, la banda graba a fuego las canciones. Más allá de los clásicos que amasa (‘Rock suave’ pasa por ser uno de los mejores momentos de la historia de Loquillo y Sabino), hay que prestar oídos una vez más a canciones fenomenales como la jubilosa ‘Himno de las prostitutas’, el surf vitaminado de ‘Faraón’ o la sorna de ‘El país te necesita’, inspirada en el ‘London calling’ de The Clash. La banda está dispuesta a romper esquemas y los rompe. Como extras, ahora encontramos tres demos y un deuvedé con un concierto de 1986 que es el mejor bonus de todas las reediciones, grabado profesionalmente y absolutamente disfrutable, con un repertorio de lujo.

 

MIS PROBLEMAS CON LAS MUJERES

Tras “La mafia del baile”, “Mis problemas con las mujeres” (1987) será un disco distinto. Si en el álbum precedente el grupo se había adentrado en atmósferas jazzies para una canción como ‘La calle donde vive ella’, ahora volverán a hacerlo pero ampliarán aún más los géneros a tocar, dando forma a un álbum muy variado, inconexo pero con encanto y calidad.

La melódica ‘Los mejores años de nuestra vida’ rompe el ritmo y los teclados la anclan en la época, pero el resto de nuevos frentes abiertos encajan en el imaginario Troglodita, mostrando la versatilidad del grupo y de Sabino como escritor de canciones que ya está haciendo historia en la música popular española, puesto que aunque los créditos se dividen mucho más entre los demás miembros a la banda, es Sabino quien firma las canciones más memorables. Entre ellas las rockeras ‘Siempre libre’ y ‘Ya no puedo bailar’, aunque el tema estrella sea la rumba rock ‘La mataré’.

Loquillo y el pianista Sergio Fecé dan con otro clásico con ‘Mis problemas con las mujeres’ y el guitarrista Ricard Puigdomenech acerca al grupo hacia la canción de autor con ‘Brisa de abril’ con buena mano, pero el reparto acoge demasiados puntos de vista que provocan la citada inconexión. A nivel de producción es un disco mucho más elegante que el anterior, incluso en los temas más rockeros, con Ricard Puigdomenech haciendo un fantástico trabajo a las seis cuerdas.

El material extra incluye la maqueta de ‘La mataré’ con Sabino a la voz (y muy similar a la original) y un deuvedé con actuaciones televisivas.

 

MORIR EN PRIMAVERA

Para “Morir en primavera” (1988) Sabino vuelve a hacerse con los créditos del grueso del álbum, lo que le dota de coherencia aunque en gran parte se traten de canciones sobrantes de trabajos anteriores. No obstante, es el mejor disco jamás grabado en esta primera etapa –con Sabino Méndez en el grupo y escribiendo– a la que también pone punto final.

Es un disco muy orientado al rock y a las guitarras que sabe hacer hueco para que se siga avanzando en el jazz de los crooners (‘En Dino’s a las diez’) y la canción de autor (con la versión rockera de ‘La mala reputación’). Pero con “Morir en primavera” algo se acaba, en sus versos, en sus notas, se aprecia la amarga victoria de un grupo que juega en la liga de los grandes mientras se destruye a sí mismo; hay una necesidad de cantar antes de que todo explote por los aires. El romanticismo de ‘El rompeolas’ y ‘Domingo en mi ciudad’ son la calma tras la tormenta de la irónica y emocional ‘Todo el mundo ama a Isabel’, la fugaz ‘Morir en primavera’ y de la testosterónica ‘Besos robados’, homenaje a ‘Honky tonk woman’ que, al igual que la canción de los Stones también conoce versión country en este mismo disco.

La reedición no se acompaña de material audiovisual aunque es la que trae extras más interesantes en audio, con cuatro versiones alternativas del material del álbum y las maquetas de sus dos canciones más clásicas: ‘El rompeolas’ y ‘Todo el mundo ama a Isabel’. Uniendo los extras, se pinta un fresco muy interesante con el que disfrutar del ejercicio que supone la construcción de un canción.

 

CUERO ESPAÑOL

La tanda finaliza con “Cuero español” (2000), el álbum con el que comenzó la segunda reconstrucción de la carrera de Loquillo y Trogloditas, ya en el cambio de siglo; es decir, mucho después del final de la época junto a Sabino. El cantante empieza a dar forma a un nuevo equipo creativo. Igor Paskual aún no ha llegado al entorno de Loquillo pero Jaime Stinus ya es fichado como productor de confianza y se mantiene a Gabriel Sopeña como compositor base al que se suman dos sensacionales canciones compuestas por el difunto Pepe Risi cuyas versiones originales se incluyen como extra. Es realmente emocionante escuchar a Pepe registrando las últimas canciones que grabó en vida y que cedió a Loquillo.

Al margen de ello, “Cuero español” es una obra colosal que mezcla la vertiente más rockera del cantante (‘Quiero acariciar el rock and roll’, esa mezcla entre Lou Reed y Brian Eno que es ‘La chica que fue’) con la más meditabunda y tranquila (‘Malo’, ‘Cuando fuimos los mejores’). El disco es un adiós a una época, una mirada al tiempo que jamás volverá, nostálgico pero también enérgico.

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