Lobes, de We Are Scientists

DISCOS

«Continúan jugando limpio y despachando perlas con facilidad, ya sea en su versión más sintética o en la más intimista y serena»

We Are Scientists
Lobes
UNI DIST CORP, 2023

Texto: SARA MORALES.

El listón estaba alto. Huffy, el disco que los de Berkeley publicaron en 2021 tirando de su baúl post punk, puso la sonrisa en la cara a los que desde hace veinte años siguen de cerca a Keith Murray, Chris Cain y Keith Carne. Sin embargo, este Lobes de 2023 ni decepciona ni desencanta. Mantiene el mismo nivel en el rigor de sus formas, esas que han dejado ya muy asentadas a lo largo de sus siete trabajos anteriores, en base a un rock alternativo que se oscurece o se aclara, se electrifica o se amansa, según el momento con bastante atino.

Ahora, el volatanzo remember tira más de los ochenta que de los setenta, más de New Order que de Joy Division, por poner un ejemplo. Quizá porque tras la pandemia, tiempo en que fue concebida esta octava entrega, lo que el cuerpo y la mente pedían era liberarse y explosionar, relacionarse, volver a conversar, a compartir, a bailar. Por eso, Lobes luce más luminoso que su predecesor, por eso también hay cierto influjo en él de la cultura clubbing y el synthpop de siglo veinte, que nos lleva de la mano hasta la pista de baile a pesar de sus matices oscurantistas, que también los hay.

Cortes como “Human resources”, “Turn it up” o “Less from you” sobre todo, y venga, también “Operator error”, son un claro ejemplo de que We Are Scientists continúan jugando limpio y despachando perlas con facilidad. Y ya sea en su versión más sintética (“Settled accounts”) o en la más intimista y serena (“Lucky just to be here”), terminan convenciendo y enganchando. Sí, como aquella vez hace dieciocho años cuando asaltaron la actualidad con su álbum de debut y aquella bomba pegajosa llamada “Cash cow”. Exactamente igual, solo que, ahora, mucho más diestros en el arte de experimentar y tomando la noche en la ciudad como musa y lugar de encuentro.