Tras ver el documental de la BBC “The richest songs in the world”, en el que se explica “para decirlo crudamente, dónde está el dinero serio en el negocio de las canciones y quién se lo lleva”, Diego A. Manrique saca algunas conclusiones y da algunos consejos para ganar dinero escribiendo canciones.
“Una de las principales fuentes de ingresos para la canción más rica del mundo son -mira qué tontería- las tarjetas de felicitación, que incluyen un chip que permite que, cuando se abren, suene el tema en cuestión”.
“Cuando vean una sarta de nombres debajo de una canción, pónganse en alerta. Cierto que abundan los fabricantes de hits que trabajan en comité pero, muchas veces, se amplía la autoría para pagar favores o chantajes”, avisa Manrique.
El documental de la BBC incluía una lista (que publicamos en EFE EME) con las diez canciones más vendidas, y Manrique, tras repasarla, concluye: “Las baladas duran eternamente (y más si las cantan los Righteous Brothers con producciones colosales)”. Y otra conclusión obvia, “Tampoco es mala idea componer canciones navideñas: cada año, reviven automáticamente”.
Hoy lo mejor para que una canción “se mantenga viva” es que reciba “el abrazo de Hollywood. La moderna industria del cine adora los títulos que previamente tienen resonancia universal”. Y una vez que esto sucede, “la belleza del negocio es que, una vez lanzada la canción, literalmente no tienes que hacer nada, aparte de cobrar”.
Don McLean, preguntado por el significado de ‘American pie’, respondió: “significa que nunca más tendré que trabajar”. Y Manrique añade: “Ahí está lo que necesitas saber sobre el negocio de la música. Que los compositores nunca dejan de cobrar. Que un megaéxito es el mejor plan de pensiones”.
