Durante más de quince años, Carlos «Indio» Solari lideró a Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota, un grupo que siempre fue a la contra: se autoeditaban y autogestionaban, controlaban todos los procesos de su carrera, eran independientes hasta el extremo. Pero su actitud, el rock potente que facturaban y las letras (personales, plagadas de imágenes a descifrar) que escribía su líder y cantante hicieron de ellos uno de los fenómenos más grandes del rock argentino durante la década de los 90. Sin embargo, en 2001, y en la cresta de la popularidad, el grupo se separó «temporalmente».
En 2005, el Indio Solari debutó en solitario con El tesoro de los inocentes (bingo fuel), que rápidamente se transformó en un gran éxito de ventas. A este trabajó, le siguió, a finales de 2007, Porco Rex, el disco que ahora se distribuye en España. Porco Rex, como su antecesor, no incluye en ningún lugar visible, ni en los créditos, el nombre de su autor (aunque si uno se fija, en la portada se puede leer «Indio» con el lenguaje de signos), se publica en formato largo –es un libro-disco vertical–, con un importante despliegue gráfico y totalmente autoeditado. Entre los colaboradores, el «inefable Señor Gama Alta», o lo que es lo mismo, su amigo Andrés Calamaro cantando en uno de los temas.
Merece la pena acercarse a la obra de Indio Solari, un francotirador del rock argentino, bastante hermético, pero con un mundo poético y musical sorprendente en el rock en castellano. Próximamente regresaremos a él.
Porco Rex esá distribuido por Galileo.