«Ha buceado en su amplio archivo para fijar imágenes que van de la premovida al indie por medio de portadas de discos, fotografías, portadas y fragmentos de revistas y fanzines, carteles, chapas, flyers, entradas de concierto, hojas de promoción, cintas de casete maqueteras y los artilugios más diversos»
Jesús Ordovás
«Viva el pop. De la movida a la explosión indie, una historia gráfica del pop español»
LUNWERG
Texto: JUAN PUCHADES.
Se asegura que Jesús Ordovás lo conserva todo. Todo lo relacionado con el pop español, aclaremos, no es que sufra el síndrome de Diógenes, sino que esa ha sido su especialidad desde hace más de tres décadas y, con vocación de archivero, ha ido coleccionando todo tipo de objetos, discos y publicaciones. Así que pocos periodistas hay más capacitados que él para dar forma a un volumen como este «Viva el pop», libro gráfico que recorre en un viaje visual la historia del pop hispano de 1977 hacia aquí.
Por aquello de dejar claro desde el principio que él estuvo allí (al contrario que muchos otros, Jesús ha vivido esto en tiempo real y desde dentro), la primera foto que nos encontramos (en rigor, la segunda, que la primera es un banderín kitsch de Marisol que ejerce de puente histórico), es una instantánea disparada por el propio Ordovás en 1977 en el Rastro madrileño, con una jovencísima Alaska, vestida todo lo punk que se podía vestir en aquellos tiempos y en este país, despachando en un puesto ejemplares del fanzine de Kaka de Luxe. De ese modo, con solo una imagen, se subraya que el libro se decantará por la vertiente histórica de la movida, de la que Kaka de Luxe fueron precursores. Desde ahí arranca un texto que, en un rápido pero esencial recorrido, sitúa al lector en la historia y en los nombres básicos para dar paso a los grandes capítulos, ya totalmente visuales, que conforman el armazón central y que están divididos por décadas: 1977-1980, 1980-1990, 1990-2000 y 2000-… Sí, puntos suspensivos, que la historia no se detiene. Al final, un «Quién es quién» (que quizá resulte el capítulo más discutible, por aquello de por qué están unos y otros no) y unas encuestas manuscritas con músicos y gente próxima al pop, redondean el trabajo.
Jesús ha buceado en su descomunal archivo para fijar imágenes que van de la premovida al indie y de ahí a la actualidad (sin un movimiento definido) por medio de portadas de discos, fotografías, portadas y fragmentos de revistas (eh, ¡sale EFE EME!) y fanzines, carteles, chapas, flyers, entradas de concierto, hojas de promoción, cintas de casete maqueteras, camisetas y los artilugios más diversos (únicos y rarísimos en muchos casos). Un denso material (más de cuatrocientas imágenes) que hay que degustar con calma o la borrachera visual está garantizada. Pero es que la avalancha de imágenes es brutal, y sirve tanto para recordar la historia musical como para fijar la evolución del diseño gráfico pop (también la ilustración y la fotografía) de nuestro país a lo largo de más de tres décadas.
Absolutamente antológico (y muy atractivo en formato y diseño), es cierto que únicamente Jesús Ordovás, con su criterio abierto a tendencias y estilos (¡y con ese portentoso archivo personal!), podía dar forma a un volumen tan necesario. Tanto que nos hace suspirar solo de imaginar que en el futuro pueda pergeñar alguno más… Que iniciativas como esta se agradecen enormemente y, lo dicho, solo él puede hacerlo.
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Anterior entrega de libros: “El arte de mentir”, de Igor Paskual.