«Sus últimas obras son como un fresco de los males que dominan la sociedad moderna, ahora con el dinero y la crisis económica en el centro de mira. El dinero que todo lo domina y, por tanto, al que hay que rendirle pleitesía»
John Le Carré
«Un traidor como los nuestros»
PLAZA & JANÉS
Texto: JUAN PUCHADES.
Una pareja de treintañeros, Perry Makespiece y Gail Perkins –profesor de literatura él, abogada ella–, realiza el viaje de su vida a la isla de Antigua, donde tropiezan con Dima, un extravagante ruso aficionado al tenís y especializado en blanquear fortunas multimillonarias de dudoso origen. La vida de Dima está en peligro y pide a Perry y Gail que contacten con los servicios secretos británicos para que él y su familia puedan refugiarse en Inglaterra a cambio de toda la información que Dima puede ofrecerles, y que afecta, entre muchos otros, a bancos y políticos ingleses. Entonces entran en juego Hector Meredith y Luke Weaver, perros viejos de los servicios de inteligencia. Ambos creen en el material que Dima les promete y, con Perry y Gail embarcados en la misión, se ponen en marcha para dar asilo al mafioso ruso
Así arranca la más reciente novela de John Le Carré, el último grande de la literatura de espías –el notable Alan Furst se dedica más bien a la reconstrucción histórica, y ese es otro asunto–, todavía en inmejorable forma, y con una envidiable capacidad para analizar la realidad e hilvanar sólidos argumentos. Aquí nos plantea la parábola del clásico cambio de bando pero una vez el Muro y la Guerra Fría están olvidados. Hoy con distintos intereses, sabedor que el centro del poder es el dinero, y que este no conoce de patrias.
Sus últimas obras son como un fresco de los males que dominan la sociedad moderna, ahora con el dinero y la crisis económica en el centro de mira. El dinero que todo lo domina y, por tanto, al que hay que rendirle pleitesía. Le Carrré, como siempre, como lleva haciendo desde hace cincuenta años, se maneja con su pluma incisiva, sin recurrir a trucos –sus libros se venden a cientos de miles, pero jamás ha caído en la tentación de echar mano del manual del best seller perfecto–, todo al servicio del argumento y la narrativa. Así, al poco de comenzar la lectura de «Un traidor como los nuestros», el lector ya está metido en la trama y le cuesta abandonar el libro, pues uno quiere saber cómo evolucionan los personajes, qué les deparará la aventura en la que se han visto envueltos, cuál será el final de la misma.
Es, una vez más, el mejor Le Carré –y eso es mucho decir–, simplemente perfecto, magistral.
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