«Esta amarga compilación de realidades propias, no desentonaría como trama en uno de sus libros de ficción, de familias desestructuradas por las mentiras y personajes rumbo al corazón de las tinieblas»
A. M. Homes
“La hija del amante”
ANAGRAMA
Texto: IGNACIO REYO.
A cualquier autor que haga gala de ese estilo literario que entronca con Bukowski, Nabokov y termina muerto en la orilla a través de las ficciones de Palahniuk, se le pide de vez en cuando un gesto de veracidad, de experiencia que revele que sus sórdidas historias no son sólo ejercicios epatantes para vender. A.M. Homes es un ejemplo perfecto. Una escritora polémica, que se inclina para escavar en los recovecos de Occidente, escudriñando, analizando y exponiendo la podredumbre de las barriadas, de la clase media, de todo lo que esté al alcance de sus ojos. Así lo muestra en sus novelas y libros de relatos. Parecía no ir de farol, pero cualquiera sabe en estos últimos treinta años, donde nos han vendido una y otra vez al nuevo Hemingway, al nuevo Salinger y al nuevo Celine. Todo bajo el común denominador de la dureza.
Ahora llega, en edición de bolsillo, el libro más personal de Homes, sin subterfugio ni trampa. “La hija del amante” plantea el descubrimiento de ser adoptada y el rastreo de sus orígenes, con las consabidas decepciones y zonas grises, cuando no en plena sumersión en los abisales del alma. La verdad no sólo no nos hace libres en muchas ocasiones, sino que nos obliga a arrastrar un peso que humilla, que entorpece nuestro camino. Unicamente los fuertes de espíritu o los irrazonables kamikazes saben cómo enfrentarse a ella, regurgitarla, convertirla en algo válido. Homes parece estar en uno de los dos bandos, y nos permite acceder a esta truculenta parte de su biografía, a seguir los tristes acontecimientos ante el desenlace.
Esta amarga compilación de realidades propias, no desentonaría como trama en uno de sus libros de ficción, de familias desestructuradas por las mentiras y personajes rumbo al corazón de las tinieblas. Esto demuestra que aún tenebrosa, la imaginación de Homes no se sustenta en lo pirotécnico, sino en algo más propio e interior, en su intransferible marco vital.
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Anterior entrega de Rockola: “Sonido, música y espiritualidad”, de Jordi Jauset.