«Repasa el género en Galicia, los realizadores pioneros, los corazones lanzados a la aventura y los soportes hoy «vintage». Todo perfectamente documentado»
Fernando Fernández Rego y Pablo Portero
«Galicia en clips»
VOLTA
Texto: CÉSAR PRIETO.
El videoclip forma hoy en día parte fundamental del negocio musical. Cadenas televisivas especializadas, aspecto básico de la promoción, perfecto subrayado de la canción; sería impensable una música que no se tradujera en imágenes. Pero a veces nos olvidamos lo que ha costado –en este país, poco dado siempre a innovaciones– que se considere esa herramienta esencial y se haga normal que cualquier canción tenga su vuelco en imágenes. El libro de Fernando Fernández Rego y Pablo Portero vienen a contar esa historia, pero reducida al ámbito de Galicia.
Así y todo, se inicia con una visión general en la que repasa la historia del género y responde a la pregunta clave: ¿Cuál fue el primer videoclip? Deciden que el cortometraje que presentó el ‘Stramberry fields forever’ porque en él los Beatles hacen más cosas aparte de tocar. Faltaba aún el apoyo de la televisión, pero es una respuesta tan buena como cualquier otra. Tras ello repasan el género en Galicia, los realizadores pioneros, los corazones lanzados a la aventura y los soportes hoy «vintage». Todo perfectamente documentado. El primero, en Galicia, deciden que es ‘O tren’ de Andrés do Barro, que se incluye en la película «En la red de mi canción». Sigue siendo una respuesta tan buena como cualquier otra.
Pasa a hablar tras este marco, de la televisión en España –»La bola de cristal», desde luego– y de la televisión en Galicia –»Xabarín Club»–. También de los primeros realizadores gallegos, Xavier Villaverde y Anton Reixa y de sus obras, aún no definido el papel de la música, de la narración y de la vanguardia en esos años. Pasa por las ayudas de la administración, por la explosión bravú, por la música celta. Incluso hay un jugoso catálogo de documentales que presentan diversos estilos en su contexto. No solo en el ámbito del pop, Los Tamara y Pucho Boedo tienen presencia fundamental.
Y también entrevistas a grupos o productores de diversas épocas. Se extiende un recorrido amplio, quizás poco riguroso en la estructura –las repeticiones son sobradas– pero documentado y personal. Los autores tienden a sus gustos y sus querencias, aparecen constantemente Roger de Flor, Novedades Carminha, Óscar Quant o Triángulo de Amor Bizarro. Lo merecen como otros, pero tampoco molesta, coincide con mis gustos, también personales.
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Anterior entrega de libros: “Las niñas perdidas”, de Cristina Fallarás.
