Libros: «Esta boca es mía», de Joaquín Sabina

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«A ratos se cuela el genio de la palabra con esa agudeza y lírica que son tan suyas. De hecho, si algún espabilado se pusiera manos a la obra, entre estos poemas encontraría más de una excelente letra de canción a musicar, más de un estribillo puramente sabiniano esperando una melodía que lo acompañe»

Joaquín Sabina
«Esta boca es mía. Edición completa de los versos satíricos»
EDICIONES B


Texto: JUAN PUCHADES.


Este volumen recoge de forma íntegra los poemas que semanalmente Joaquín Sabina fue publicando, entre 2005 y 2009, en la revista «Interviú», unos versos, subtitulados como satíricos (aunque no necesariamente lo son), con los que, principalmente, le tomaba el pulso a la actualidad, pero no solo, pues también los hubo dedicados a homenajear a amigos, conocidos y admirados. Unas piezas poéticas que le valieron a Sabina más de una colleja crítica y un comentario mordaz a cuenta de su escasa calidad literaria, de su facilidad para el ripio (treinta años llevamos con el mismo cuento), el trazo burdo, sus ínfulas de gran literato y no se sabe cuántas cosas horribles más. Y aunque es verdad que la mayor parte de lo publicado está por debajo de los sonetos pergeñados para el celebrado «Ciento volando de catorce», también lo es que las pretensiones de Sabina en «Esta boca es mía» –que así se llamaba su espacio en «Interviú»; «la revista de tetas», que decía el propio Joaquín– fueron distintas. Aquí se trataba, intuye uno, de hacer de columnista de opinión a su manera, en verso, que es más original que en prosa, tratando de lanzar dardos o besos según la ocasión, con un poco de humor, otro tanto de mala leche y un mucho de divertimento. No creo que Sabina estuviera pensando en hacer gran literatura sino en ejercitar cerebro y mano de forma metódica mientras se lo pasaba bien. Poco más. Por ello, no hay que pensar que estamos ante una obra mayor, sino, pese a lo grueso del tomo (casi seiscientas páginas), menor.

Menor, pero, mire usted por donde, a ratos, aquí y allá, se cuela el genio de la palabra con esa agudeza y lírica que son tan suyas. De hecho, si algún espabilado se pusiera manos a la obra (¡¿el propio Sabina?!), entre estos poemas encontraría más de una excelente letra de canción a musicar, más de un estribillo puramente sabiniano esperando una melodía que lo acompañe.

Para el estudioso de la vida y obra del de Úbeda, queda expuesta una gran colección de filias y fobias, de pensamientos y muchos versos ampliamente disfrutables acompañados de las excelentes ilustraciones de Gustavo Otero. Eso sí, se recomienda su lectura a tragos cortos, que de tirón puede resultar un tanto indigesto.

Anterior entrega de libros: «The Beatles. Su historia en anécdotas» y «Keith & Mick. Simpatía por el diablo», de William Blair

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