«Volumen perfecto para el aficionado al cine que desea que le sugieran, que le inciten, que le enamoren»
Javier Tolentino
«El cine que me importa»
LAROUSSE
Texto: CÉSAR PRIETO.
Libros que recopilen, listen, fichen y comenten películas los tendrán a buenos puñados en su librería o galería comercial favorita, pero ninguno va a ser como este, se lo aseguro. Ni por mejor ni por peor, pero ninguno como este. Desde el principio ya evita la odiosa clasificación de “el cine que usted ha de ver” o “Los 100 filmes perfectos”; no, no se trata de eso. De hecho Javier Tolentino, conductor del programa de Radio 3 “El séptimo vicio” deja muy claro que está hablando de la película que le viene a la mente y a las vísceras en ese momento; podría haber sido perfectamente otra, pero él escribe implicándose en esa.
Por ello, el libro tiene una atrayente estructura de batiburrillo, de conversación informal y fructífera en la que se va pasando de un tema a otro sin marcos, sin más norma que el dejarse fluir. Y así, el autor va encadenando en las tres o cuatro páginas que ocupa cada crónica el asombro ante ciertas escenas, la perfecta definición de un personaje, los problemas de realización o la traza maestra del director, vivencias absolutamente personales que se completan casi siempre en una coda final con la estampa de una conversación con algún gestor de la obra cinematográfica. A casi todos los conoce.
¿Y cuáles son? Pues básicamente lecturas en clave humana, todo lo que tiene el cine de sudor del alma, de sacrificio y pasión, de vida y de arrebato social. Fuera efectos especiales y fuera desarrollos industriales. Dentro emoción y, muchas veces, alma de documental. En sus más de sesenta crónicas despuntan personajes y calle más que acción y sorpresa. También es estricta la horquilla en los años y las zonas, gran parte de la obra la dominan obras de origen oriental e hispanoamericano, con una presencia también abundante del cine español –que puede hacer películas tan dignas como cualquier otro país– y sobre todo de los jóvenes directores del siglo XXI. Porque nuestro milenio es el que está representado con mayor profusión, incluso estrenos de 2014.
Así podrán encontrarse ustedes con “Viridiana” o con Tarantino, con mucho Berlanga y con una fijación por el neorrealismo italiano –que Tolentino considera germen del cine actual–, pero también con obras de difícil acceso que devendrán en ansia por verlas, incitados por el pulido, seductor texto. A mí me ha ocurrido con “Los viajes del viento” –plagada de música colombiana– o la portuguesa “Aquele querido mes de agosto”, llena de ese aroma de vacaciones de infancia. Y estoy seguro que cualquier lector se va a dejar seducir por una frase, por una evocación. Y si añadimos la constante alusión a pintores, a novelistas, como conformadores de una identidad unitaria con el arte cinematográfico tendremos el libro perfecto para quien no desee esas fichas descriptivas que aparecen en los manuales al uso; este será, pues, el volumen perfecto para el aficionado al cine que desea que le sugieran, que le inciten, que le enamoren.
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