«Casi hasta los años ochenta y despliega una retahíla constante y enredada de personajes, un rico sistema hidrográfico de vidas desgastadas y dispersas»
Javier Pérez Andújar
«Catalanes todos»
TUSQUETS
Texto: CÉSAR PRIETO.
Empecemos por la cuestión textual. Hace bastantes años Javier Pérez Andújar no era novelista pero era espíritu inquieto que gestionaba un excelente fanzine, “Flandis Mandis”, de carácter pop y bizarro. Para él empezó un artículo punzante y ligero sobre las visitas que Franco hizo a Barcelona, quince en total, que se le fue de las manos hasta acabar convertido en un irreverente ensayo. Había conseguido la colección de la revista “Hola “en los Encantes y, sorprendido por la constante y alegre presencia de apellidos catalanes en las fiestas de sociedad, calibró que había algo en la historia de la posguerra que no se estaba contado: que familias de rancio abolengo layetano obtuvieron preciosas prebendas del régimen con una salerosa alegría que contrastó con la sacudida de esos lodos cuando ya no interesaban”. En este 2014 reescribe todo ello en forma de novela y transforma en crónica lo que originalmente era divertido artículo de agitprop heterodoxa.
Volvamos a 1939, las tropas de Franco esperan el Llobregat y allí el badalonés Juanito Oliva se lesiona él mismo en un pie que al pronto le han de amputar. Este es quizás el hilo conductor de una novela que llega casi hasta los años ochenta y que despliega una retahíla constante y enredada de personajes, un rico sistema hidrográfico de vidas desgastadas y dispersas. Desde el propio Juanito Oliva, que apenas logra algo más que la pata de palo con que sostiene sus múltiples oficios hasta la doña Ramona que olvida su franquismo de pro para abrazar la Catalunya democrática con la misma estupidez en ambos casos, si algo es Andújar es un estupendo creador de estampas, de figuras talladas con tres golpes y paisaje al fondo. Ahí está como ejemplo el estremecedor Jaime Casellas, en las fronteras de la locura, el vicio y la necesidad, que va dejando trozos de pan en todos los urinarios de Barcelona, una Barcelona retratada desde el magistral plano-secuencia de la entrada en esa horquilla que va de los salones selectos al barrio chino, con ecos de Jardiel o de ese Valle-Inclán de tabernas, cuchufletas y canciones. Como en el esperpento, historia y ficción coexisten.
Club de Polo y Paralelo rendido a Juanita Reina, el alcalde Porcioles y la compañía “Los Vieneses”, el Barça y la Moreneta, estancos para mutilados de guerra y el barraquismo; todo aparece en un texto que también se puede leer como resumen de una Barcelona que no tengo muy claro que se conserve más allá de la memoria de quienes pisaban la calle en esos años. Desde luego hay muchísima más información sobre 1714 que sobre 1958.
Es además una novela llena de intertextualidad y enormemente pop, el lector avisado notará alusiones a Vainica Doble y a Serrat, se encontrará con Emilio el Moro o con letras de Chantal Goya, verá a los monjes de Montserrat haciendo panes de cornezuelo de centeno o conocerá las obras llenas de delirios sobrenaturales que escribió Charles Fort. Una visión al fin y al cabo entre depresiva –Barcelona tiene dueños, las mismas familias desde hace bastantes años– y de charlotada de una época que tal como la retrata Andújar es difícil de creer pero que les aseguro que existió como atenazante verdad.
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Anterior crítica de libros: “Big day coming. Yo La Tengo y el auge del indie rock”, de Jesse Jarnow.