Libros: “Biodiscografias”, de Iban Zaldua

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“En esencia, se trata de lo que cualquier libro sobre música tiene entre sus objetivos: rescatar canciones para que no se pierdan en el olvido, y aquí actúa sobre auténticas fantasías pop como The La’s, el grupo paralelo de XTC que fue The Dukes of Stratosphere o The House of Love”

Biodiscografias-07-01-16

Iban Zaldua
“Biodiscografías”
PÁGINAS DE ESPUMA

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

 

Iban Zaldúa, profesor de Historia y novelista, nació el mismo año que se editó “Revolver” y el mismo justo día que se empezó a grabar ‘Good vibrations’. Así, una de las cimas de los Beatles y la canción que precipitó el resquebrajamiento de los Beach Boys actúan en él como un péndulo que asegura el espíritu ciclotímico que parece desordenar su vida. Una vida que él va separando en hitos cuya marca es una canción sobre la que desarrolla pequeñas escenas, apuntes o breves relatos. Un poco a la manera del Nick Horby de 31 songs”, algo que seguramente muchos aficionados a la música han pensado en llevar a cabo.

Lo que ocurre es que la obra es irregular, en algunos capítulos posee buen pulso y se perciben entre líneas las emociones –si una obra de este jaez no las tiene, está perdida– y en otros el tono es gélido, como cansado. Y es tanto más atrayente cuanto más explora en sí mismo, la primera persona le sale mejor que la tercera. Vayamos a los ejemplos: curioso que se encuentre en un restaurante perdido de Estados Unidos al locutor que llevó al éxito en toda la confederación el ‘Nights in white saten’ de los Moody Blues –o a lo mejor no fue él– o que antiguos episodios amorosos le recuerden discos de Van der Graaf Generator o Itoiz, pero no parece poseer mucho sentido que dos jóvenes descerebrados que apalean a un indigente discutan sobre el mejor disco de The Jam.

Bien, por otra parte, la historia de una vieja taberna de La Rioja que tiene a Kate Bush entre grabaciones casposas de una jukebox o un viaje de Alemania a Suiza para ver a The Sisters of Mercy, pero resulta un tanto forzado situar a The Cure como la banda sonora de “1984” – a la novela de Orwell me refiero–. Lo mejor: la crónica de cuando vio a The Sound en Vitoria, el último concierto del grupo.

Transversal a toda la obra es el amor físico por los formatos, que va haciendo diacrónicamente una historia de la manera de escuchar música. Las cintas de cassette que formaron a toda una generación son protagonistas, aquellas en las que sobraba espacio para un par de canciones más que escogíamos pulcramente y en la que costaba dios y ayuda grabar algo mínimamente decente, y ya no menciono encontrar a alguien que tuviera el vinilo. También esos vinilos en los que cabía incluso un sobre en el interior, un sobre que nuestro autor, en este trasvase entre un recorrido por su vida que a veces parece ficción y por una ficción que parece vida, encuentra muchos años después.

En esencia se trata de lo que cualquier libro que trate sobre música tiene entre sus objetivos: rescatar canciones para que no se pierdan en el olvido, y aquí actúa sobre auténticas fantasías pop como The La’s, el grupo paralelo de XTC que fue The Dukes of Stratosphere o The House of Love. Y en modo lector, descubrir o recordar unas cuantas canciones y entender nuestras sensaciones viendo como otros entienden las suyas. Eso es escribir sobre música, más allá de la boutade de Frank Zappa, porque sí se puede escribir sobre música, tanto como bailar sobre arquitectura.

 

 

Anterior crítica de libros: “No sin mi barba”, de Carles Suñe y Alfonso Casas.

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