«Balas perdidas’ adquiere su dimensión real por su labor de recolección de bandas semiolvidadas cuando no completamente olvidadas, en muchos casos ampliamente recomendables»
Xavier Mercadé
«Balas perdidas. Qué fue del siglo XX»
66 RPM
Texto: JUAN PUCHADES.
Sensaciones contrapuestas deja este libro. Viene firmado por un fotógrafo, y la fotografía es su razón de ser primera, pero su valor real, sorpresivamente, hay que medirlo en su contenido literario. Me explico: el rock español suma una historia honda, larga y plagada de vericuetos, de cientos de caminos mal empedrados, que no han sido jamás iluminados por los grandes focos y que, sin embargo, han dejado artistas y obras que vale la pena conocer. Y de eso trata «Balas perdidas», de grupos surgidos en los años ochenta y noventa del siglo pasado cuyos discos almacenan polvo en las estanterías de los coleccionistas y que, salvo excepciones, nunca pasarán a formar parte de la Gran Historia del rock español. Así que el libro adquiere su dimensión real por, precisamente, su labor de recolección de bandas semiolvidadas cuando no completamente olvidadas, en muchos casos ampliamente recomendables y con obra (escasa casi siempre) a reivindicar o a escuchar: Dogo y los Mercenarios, Más Birras, Proscritos, Desechables, Los Locos, Amateurs, Morcillo el Bellaco, Mestizos, La Burla, Alphaville, Esclarecidos, Escalones, Los Negativos, Los Sencillos, Zarama, La Resistencia, Javier Sun, 21 Japonesas, Selenitas, Macromassa, Los Petersellers… Estos son solo algunos de los muchos nombres censados, entre los que se encuentran otros tan conocidos por todos como 091, Lagartija Nick, Doctor explosión, Los Deltonos o La Buena Vida. Incluso figura Christina y Los Subterráneos, que Mercadé ha tenido la feliz idea de considerar un grupo (al margen de los siguientes discos de Christina) por aquellos dos inolvidables álbumes rockeros editados bajo ese nombre.
Los textos, breves, sitúan a cada formación y se incluye de cada una de ellas la necesaria discografía y la correspondiente foto. Pero, en realidad, poco importan las fotos, porque el mismo volumen, sin una sola imagen, lo habríamos celebrado con igual alborozo con el que hoy lo hacemos. Porque sí, es necesario catalogar la historia, poniéndola en orden, y «Balas perdidas» contribuye a ello.
En todo caso, sería lamentable dejar a un lado el trabajo real de Mercadé, el fotográfico gestado a lo largo de miles de conciertos capturando instantes preciosos. Lo que sucede es que, ay, a lo dicho se suma que en lo que parece un evidente error de diseño, las imágenes pierden empaque y quedan como mero elemento complementario del texto. Intuyo que sucede al dejarlas a sangre, sin recuadrar en blanco para ayudar a que la vista se pose y recree en ellas, como sucede en cualquier buen libro de fotografía. Y ahí, «Balas perdidas» patina y obliga a que el lector, concentrado en la lectura (y fascinado ante algunos de los grupos referenciados, recordando canciones, portadas de disco, conciertos), no olvide que esta es obra firmada por un fotógrafo de renombre (con lugar de honor en la historia del fotoperiodismo rock español) y tenga que hacer el esfuerzo de detenerse en ellas, de visualizarlas como elementos artísticos aislados del texto.
Al final, por tanto, queda un sabor agridulce: un texto absolutamente esencial que cualquier interesado en la historia del rock español debería de tener y unas imágenes en muchos casos de excepción, que no lucen en exceso en un volumen que quiere ser esencialmente gráfico. Pero, vamos, si te interesan estas cosas, no dudes en hacerte con él, que vas a disfrutarlo.
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Anterior entrega de libros: “Barrio perdido”, de Patrick Modiano.
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