«James Sveck pasa los ajetreados meses anteriores a su ingreso en la universidad en el Nueva York posterior al 11-S. La novela ha sido considerada una de las mejores visiones sobre esta ciudad en el siglo XXI»
Peter Cameron
«Algún día este dolor te será útil»
LIBROS DEL ASTEROIDE
Texto: CÉSAR PRIETO.
James Sveck pasa los ajetreados meses anteriores a su ingreso en la universidad de Brown en el Nueva York posterior al 11-S. El personaje está cortado por el patrón del neoyorquino novelesco, por ello la novela ha sido considerada una de las mejores visiones sobre esta ciudad en el siglo XXI. De padres separados –él, alto directivo; ella, galerista–, James pasa el verano trabajando en la galería de su madre, tiene encontronazos con su hermana Gillian –pareja de uno de sus profesores en la universidad a la que acude– y admira a John, su compañero en la sala de arte. Con estos mimbres construye Peter Cameron su novela y le saca una buena cantidad de jugo efervescente, ligeramente ácido; no en vano es uno de los narradores actuales de mejor pulso, desde su debut con «Años bisiestos» hasta la reciente y aún no traducida «Coral Glynn».
Sería muy obvio señalar que el protagonista pertenece a la estirpe de Holden Caulfield: el mismo tenaz empeño en ilusionarse y la misma angustia ante la realidad, el mismo sarcasmo, la misma perspicacia, pero también idéntica necesidad de cariño, que en este caso no busca en Sally sino en su abuela Nanette, el personaje mejor diseñado, con más vida, con más ternura. Pero al contrario que la linealidad de «El guardián entre el centeno», aquí la acción posee un contrapunto que son las visitas del joven a una psiquiatra, la doctora Adler. Los hilarantes diálogos que trazan ambos en la consulta son uno de los logros de la novela llena, por otra parte, de chispeantes detalles de humor como el episodio de la cama plegable en el hotel de Washington o aquel en el que intenta comprar telefónicamente una casa; aunque por otra parte hay también escenas de una tristeza desasosegante, como la familia que James observa desde su jardín.
También James, como Holden, ha desaparecido. Ha de asistir a un congreso de estudiantes de secundaria de todos los estados y –con una propensión especial para sentirse molesto frente a gente de su edad– ante la falsedad de ‘El aula norteamericana’ huye del restaurante-teatro donde los han llevado. Porque este es el verdadero tema de la obra, las apariencias, la banalidad, a James le crispa lo aparentemente normal, lo establecido sin más razón que el convencionalismo; así que los dos días que pasa escondido en la Galeria Nacional observando la serie de cuadros «El viaje de la vida» de Thomas Cole le resultan más productivos que las relaciones humanas y hacen adivinar su terror a hacerse adulto. Uno piensa que el calificativo que la madre emplea y por el cual encamina a James a la psiquiatra –»inadaptado»– en realidad debería emplearse para designar a toda esa sociedad.
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Anterior entrega de libros: “La lluvia de los inocentes”, de Andrés Ibáñez.