“La búsqueda de la libertad conlleva romper algunas convenciones sociales”
Eduardo Tébar entrevista a Leone, el grupo que lidera Jesús Canet y que, tras varios epés, presentan su primer largo discográfico, “La vida no vale nada”.
Texto: EDUARDO TÉBAR. Fotos: FRANCISCO ÚBEDA LLORENTE.
El rock and roll no había muerto: estaba tomando cañas. Busquen en el desierto de Almería o en los antros de Madrid, dos puntos cardinales que explican el nacimiento de Leone. Un nombre que sugiere wéstern, Mediterráneo y latinidad. El grupo liderado por Jesús Canet mira hacia dentro para coger lo de afuera. Y es una banda proteica, en la que confluyen el guitarrista Juan Pérez Marina y el batería Jesús Alonso—integrantes, ambos, de la formación de Corcobado— con Manuel Cahuchola, habitual de Paul Collins. En 2016 debutaron con un single en vinilo, “Tus huesos”, que entró como agua bendita a un rock español necesitado de ideas vivificantes. En esas aparece Leone, una criatura ensortijada en la frontera del bolero y el surf.
El culmen de este fenómeno es “La vida no vale nada” (Clifford Records), el primer álbum del cuarteto y, de paso, uno de los trabajos más sólidos y afilados que uno puede encontrar por estos lares. Tradicionales, que no revivalistas. Novedosos, que no recién llegados. Y enardecidos, que no cursis. Estos días estrenan otro sencillo, ‘El inmoralista’, pieza inspirada en la novela de André Gide con escenas de coche robado en cine quinqui. Como ellos mismos apuntan, la canción contiene los principales elementos que definen la música de Leone: guitarras con “reverb”, actitud rock y melodías españolas, en esta ocasión con aroma rockabilly. Lo nunca visto en la piel del toro desde ‘Gasolina con ricino’ de Gabinete Caligari.
“La búsqueda de la libertad conlleva romper algunas convenciones sociales”, detalla Canet. “También me parece muy interesante la contraposición de letra, música e imágenes. Te hacen pensar en cada elemento de manera separada para buscar después las conexiones que hay entre ellos. Surgen así nuevas formas de interpretar la canción y hasta la misma letra parece cambiar con nuevos matices. La letra funciona a dos niveles: por un lado es biográfica y, por otro, contiene sentimientos con los que todos nos podemos identificar. Y quizá también contiene un axioma filosófico”. El single de adelanto, ‘A tu vera’, suena a clásico instantáneo. O a clásico pretérito. “El bolero, la rumba, la copla, el flamenco, la música latina, la música mediterránea… Ahí hay una riqueza increíble que ha pervivido durante muchos años, pero que aún genera cierto rechazo, cierto prejuicio en el mundo del rock. Y los prejuicios no son buenos”, dice el cantante. “Creo que muchas letras en castellano se resienten porque se cantan con melodías pensadas para el inglés, y, personalmente, estoy muy interesado en la sonoridad de las letras, en cómo encajan las palabras en las melodías, a veces incluso por encima del propio significado. Aunque esto es, de nuevo, consecuencia de lo otro, consecuencia de la canción, y la canción llega de algún sitio que no se puede explicar”. Flamenco y blues, ¿hermanados? “Absolutamente”, aprueba. “Yo no sé teoría musical, pero entiendo que hay elementos similares: comparten un origen popular, cruce de muchas culturas en un momento y un lugar concreto, como Andalucía Occidental y el Delta del Mississipi, y comparten también una estructura básica similar basada en una rueda de tres acordes, así como otros elementos musicales. Los dos mundos combinan perfectamente. Por ejemplo, puedes pasar de un blues a un bolero simplemente cambiando un acorde, un mayor en un menor. El flamenco es la raíz de la música española, como el blues es la del rocanrol”.
Conociendo al cabecilla de Leone, no cuesta desligarlo de los textos. Y estas composiciones huelen a cantina sureña y a confesionario sentimental en el “after” del corazón de la urbe. “Me gusta pensar que hay la mitad de cada mundo: la playa del Cabo de Gata y la Gran Vía de Madrid. Me temo que también me describe a mí mismo”, reconoce Jesús Canet, almeriense en la capital. El tatuaje de amor carcelario de la portada resulta como aquel amor marinero de Rafael Alberti que cantaba Jesús Arias en TNT: canalla, canalla. El tema de apertura, ‘El presidiario’, repite un verso que bien podría haber salido de los labios del mismo Javier Corcobado: “Vas caminito del buen cadalso”.
“Almería y Madrid están en todas las canciones de Leone”, admite el vocalista y guitarra. “Como mi propia voz en pasado y en presente, porque yo he vivido la mitad de mi vida en cada sitio. Así que puedes encontrar referencias geográficas concretas de ambas ciudades, a veces como símbolo de algo, a veces como un escenario real en el que los personajes se desenvuelven”, añade. “Y lo de Corcobado”, matiza, “es puramente accidental, diría yo; es cierto que dos de los músicos de Leone le han acompañado durante mucho tiempo, pero la conexión es Jesús Alonso, nuestro baterista, que es amigo mío desde hace mucho tiempo, y además ya tocábamos juntos en Motel 3. Es más, fue Jesús Alonso quien me convenció para montar Leone cuando le enseñé las primeras maquetas. ‘Tío, lo que tienes que hacer es montar una banda en Madrid, que allí hay más músicos y escena que en Almería’, me aconsejó”.
Motel 3, proyecto embrión de Leone, mostró una cara más expansiva y psicodélica del asunto. “Motel 3 nunca se disolvió. Ha estado un tiempo en barbecho debido a que era difícil la logística de la banda, porque vivíamos en ciudades distintas. Pero tenemos conciertos a la vista y estamos trabajando en un nuevo disco, así que ya veremos quién entierra a quien”, carcajea Canet. “En mi opinión, Motel 3 lo tiene todo, aunque creo que es una propuesta más difícil para el oyente. Leone es mucho más accesible, el formato de canción, esto es, estrofa estribillo, la duración de tres minutos, las melodías reconocibles… Todo eso hace que pueda gustar a un público más variado”.
¿Comparaciones? Lo más semejante a Leone se encuentra en Sevilla: Pájaro, Quentin Gas & Los Zíngaros. “Sí, nos han equiparado con Pájaro y Gabinete Caligari. En menor medida con Loquillo, quizá por el aire rockabilly de ‘El inmoralista’. Pero la verdad es que ninguna de esas bandas ha sido fuente de inspiración, al menos de manera consciente. Todos los miembros de la banda escuchamos música más antigua. Cuando componemos, pensamos más en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta”. ¿Y una suerte de rock andaluz, como en ‘La puerta abierta’? “Ojalá, a mí me gustan mucho aquellos grupos de los setenta, en especial Triana y Lole y Manuel. Pero, de nuevo, Leone se escapa a esta definición. Yo lo veo más como rock español, porque a veces hay chulería y otras cosas. En la actualidad no creo que exista una escena de rock andaluz. Tengo la sensación de que cada vez hay más bandas que incorporan elementos de la tradición española en sus canciones. Piensa en el country rock. Es un estilo consolidado en Estados Unidos y que ha traspasado fronteras”. Canet prefiere el espejo de Willie DeVille en su expresión hispana del rocanrol. “Quiero pensar que me influye más que el indie actual. Siempre será cuestión de gustos, pero personalmente escucho muy pocas bandas que podríamos considerar indie”.
Volvemos la poética de alto octanaje. En ‘Sed de mal’, con trote sinuoso, Jesús entona: “Aunque me beba el mar, siempre estoy sediento”. Le siguen la atmósfera crepuscular de ‘Amanecerá’, la guitarra sideral de ‘La nana del caballo chico’, la canción de ida y vuelta en ‘La vida no vale nada’, o la oscuridad de ‘Semana Santa’. Trémolos, sonido Fender, palanca y vapores espaciales entre la pasión implorante y desabrida de la copla y el bolero. “Supongo que para nosotros es natural. Son esos estilos los que he escuchado desde siempre. La música americana, que era la que me interesaba cuando era más joven. Y otras músicas españolas más populares entre la generación de mis padres y que me llegaron sin yo quererlo. Si te fijas, ya en las primeras composiciones aparecen los elementos básicos que definen a Leone. Todo esto no es más que una manera de explicar la canción. Pero la canción manda. La explicación viene después. Las canciones siempre surgen de algún lugar incomprensible. Es en el primer momento, en el que aparece una melodía, una frase o un ritmo, en ese primer momento no sabes de dónde ha llegado, solo intuyes que hay una posibilidad de encontrar belleza si sigues ese camino”.
El álbum cierra con la taciturna ‘Carmencica la churrera’. Y poco cuesta imaginar a un Sabina en este traje. “Carmencica es mi abuela, Carmen Uroz. Así se le conocía en el Barrio Alto de Almería, donde tenía una churrería en la posguerra. Era una mujer guapísima y muy moderna para su generación. Le escribí la canción la noche que me enteré de su muerte. La letra contiene algunos recuerdos muy personales”, relata Jesús Canet.
Y el universo corcobadiano persiste en Andalucía. Leone participan en un disco de homenaje a Carlos Desastre. Se atreven con los temibles 713avo Amor. “Me gustan desde siempre, así que el proyecto fue muy especial desde el principio. También era un riesgo enorme, porque se trata de una banda con un sonido muy especial. A priori, parecía complicado traerla al estilo de Leone. La canción la hicimos para el recopilatorio mexicano “Atardece naranja infierno”, disco homenaje a Carlos Desastre. El propio Antonio Acien, guitarrista de 713avo Amor, fue quien me recomendó la canción original, que finalmente versionaríamos: ‘Jaleo en la zona deprimida’. Una demo que no vio la luz en su día. Pero el problema es que él no tenía copia de esa demo, ni siquiera recordaba el nombre de la canción. Me decía: ‘La rumbita, la rumbita’. Con esas señas, escribí a Edgar Luján, responsable del recopilatorio, para ver si era capaz de conseguirla por algún medio, y finalmente me llegó por medio de Franziskore, al que estaré siempre agradecido. La canción estaba muy mal grabada, pero tenía muchas posibilidades, así que trabajamos en ella y creo que quedó genial. Estoy muy orgulloso del resultado. Tengo que destacar la labor de Juan Pérez Marina, que aportó gran parte de la canción. Cuando se la envié a Antonio Acien, me devolvió un mensaje precioso que guardaré siempre conmigo. Por cierto, Antonio tiene un nuevo proyecto que me gusta mucho, se llaman Trío Mudo”. Leone siguen tocando por la geografía española y ya cuentan con material para volver al estudio este año.