“Cuando Jabba el Hutt la redujo al papel de esclava porno, ella se rebeló ¡estrangulándole con las mismas cadenas que la habían mantenido cautiva! ¿Existe una imagen más poderosa contra el sexismo?”
Juanjo Ordás redacta unas emocionadas líneas sobre el personaje de la princesa Leia de la saga Star Wars, interpretado por la recién fallecida Carrie Fisher, cuyo primer marido fue, por cierto, Paul Simon.
Texto: JUANJO ORDÁS.
No voy a mentir, no voy a decir que seguí el trabajo de Carrie Fisher al dedillo porque no es cierto. Para mí ella era Leia Organa en la pantalla y fuera de ella una profesional que supo sobrevivir y reinventarse en el difícil mundo del show business. Pero me caló.
Me crié en una familia sin el más mínimo atisbo de machismo, ni por parte de abuelos ni por parte de padres, por lo que nunca fui consciente de qué era la desigualdad sexual hasta que fui bastante mayor, y aún a día de hoy, pese a considerarme feminista, creo que un hombre nunca será plenamente consciente del machismo imperante en nuestra sociedad. Y perdonadme si no me explico bien, pero precisamente por eso Leia Organa era tan importante. El personaje estaría escrito, pero la impronta y el carácter de Carrie Fisher fue lo que le dio vida. Y encarnó a un personaje femenino que molaba. Que los eruditos me perdonen, pero no encuentro una palabra mejor.
Dudo que ningún chaval que creciera amando Star Wars sea hoy un misógino de mierda. Vale, los habrá, pero serán menos que los fans de cualquier otra cosa. Yo, un niño educado en el ámbito familiar descrito, no era consciente de la importancia de Leia. Para mí era una más, tan importante como Luke o Han, tan importante como Vader. Y mucho más fundamental que los droids, Ben Kenobi o la sombra de Annakin Skywalker (sí, ya sabemos como acabó todo aquello). A medida que iba avanzando la saga, Leia seguía ganando tanta fuerza como Luke y Han. Y por supuesto era más importante que Yoda. Cuando Jabba el Hutt la redujo al papel de esclava porno, ella se rebeló ¡estrangulándole con las mismas cadenas que la habían mantenido cautiva! ¿Existe una imagen más poderosa contra el sexismo?
El caso es que Carrie Fisher encarnó a un personaje revolucionario delante de muchos niños y jóvenes y sin darnos cuenta nos educó. Y por eso le estaremos siempre agradecidos, porque puso su granito de arena para que no cayeramos al lado oscuro. Sin ser la típica chica mona hizo que la fuerza del personaje naciera de su personalidad, no de su físico. Fue el contrapunto femenino al adorable chulo de Han Solo sin ceder ni un milímetro frente al imponente Harrison Ford, que ya de por si irradia carisma como para encima darle papeles deslumbrantes como el de Han.
Joder, el trabajo de Carry Fisher en Star Wars da para un libro.
Según fui creciendo y contemplando el mundo misógino, me di cuenta de que mi familia era un buen ejemplo, pero no la norma. Y cada vez que veía una reposición del episodio IV, V o VI flipaba más con lo revolucionario de Leia. Hoy día sigue habiendo desigualdad salarial, en la jerarquía laboral y en muchos más hogares de lo que nos gustaría pensar (el machismo es un bicho tan idiota como subliminal), pero me gusta pensar que cada vez que Leia aparece en un canal de televisión se lleva por delante un poco de esa lacra.
Descansa en paz, Carrie. Y gracias.
P.D. Este texto ha sido parcialmente inspirado en un post del Facebook de la siempre inteligente Lucía Etxeberria.
