Las grandes B.S.O.: “La Guerra de las Galaxias” (1977), música de John Williams

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“Tras muchos años de música orientada a los gustos del mercado, sus partituras deliberadamente narrativas trajeron de vuelta la importancia y la fuerza de la música como instrumento básico de la técnica cinematográfica”

 

Obra maestra de la música de cine, “La Guerra de las Galaxias” marcó una nueva era neoclásica en la que resurgieron las técnicas tradicionales. Fue Spielberg quien le sugirió a George Lucas llamar al joven John Williams, y ambos se encargaron de hacer historia. Por Fernando Fernández.

 

Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.

 

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“La Guerra de las Galaxias” (“Star Wars”)
Música de John Williams, 1977

 

¿Cómo encarar esta película, tras varias semanas hablando de grandes trabajos musicales de John Williams? Me estaba planteando si incluirla, por extraño que pueda parecer, porque un título tan mítico y tan reconocido por el publico es bastante complicado de tratar. ¿Qué se puede decir que no se haya dicho ya? Creo que nunca le he dado tantas vueltas a un tema como a este. ¿Se puede decir algo diferente o nuevo? Complicado. El año que viene se cumple el cuarenta aniversario de su estreno, con nuevas películas de la saga llegando a nuestra pantallas, y el mismo responsable tras su legendaria banda sonora. Al final, el mejor enfoque es aprovechar que su compositor está muy presente en la sección estas últimas semanas para seguir descubriendo sus aciertos, esta vez en una de sus obras maestras.

“La Guerra de las Galaxias” es probablemente una de las bandas sonoras más publicadas en la historia. Existen más de cien ediciones diferentes de sus bandas sonoras, ya sean específicas o dentro de innumerables recopilatorios de lo mejor de la música de cine. En las principales bases de datos de ediciones discográficas en internet obtenemos más de 400 referencias diferentes de ediciones. Si esto no es todo un récord, poco le falta. Una muestra más de lo que esta música ha significado para muchos de nosotros. Tanto es así que, en 2005, su partitura original fue votada como la partitura de cine más memorable de la historia por el American Film Institute, basándose en la decisión de un jurado de más de 500 personas entre artistas, compositores, músicos, críticos e historiadores de la industria cinematográfica.

 

 

La partitura de Williams es mucho más que otro elemento de la película, es su esencia y el modelo sobre el que posteriormente se han desarrollado otros géneros cinematográficos. No solo es el principal responsable de convertir la franquicia de “La Guerra de las Galaxias” en una saga mítica y atemporal; también marcó la forma en que los compositores cinematográficos se planteaban sus nuevos proyectos. En un momento en el que la música se centraba en sonidos más populares y comerciales para el público, Williams retomó las partituras sinfónicas y neoclásicas y les dio un peso e importancia del que carecían géneros tan subestimados habitualmente como el de la fantasía y la ciencia ficción.

Parte de la responsabilidad de este mérito hay que otorgársela también a George Lucas. Independientemente de las discutibles decisiones que posteriormente ha tenido con la saga, así como su limitado rango como guionista y director, fue él quién decidió utilizar piezas clásicas como acompañamiento provisional de la cinta. Corrieron rumores que decían que pensaba trabajar en su película de manera similar a como Stanley Kubrick había hecho con “2001”, pero lo desmintió en varias entrevistas. Por eso solicitó consejo a su amigo Steven Spielberg sobre quien podría ser responsable de la partitura de la película, y este le dirigió al colaborador con el que acababa de terminar de trabajar en esa pequeña película llamada “Tiburón”, en 1975.

Por aquella época, Williams era un compositor que estaba empezando a destacar en el panorama cinematográfico. Había obtenido dos premios de la Academia (por “El Violinista en el tejado” y “Tiburón”) y empezaba a cimentar su futura carrera. Utilizando las piezas clásicas de Lucas como inspiración directa del sonido y emoción buscados, creó una cohesión musical y una identidad única para la película que le valió otro Oscar en una gala en la que compitió contra sí mismo por su trabajo en “Encuentros en la Tercera Fase” (Steven Spielberg, 1977).

 

 

En “La Guerra de las Galaxias”, el compositor neoyorquino introduce elementos de la música clásica como el leitmotiv, incluyendo elementos musicales específicos y exclusivos para ciertos personajes y temas. Esto supuso el resurgir de técnicas tradicionales que marcó el comienzo de una era neoclásica en la música de cine, y todos los historiadores y expertos coinciden en señalar a Williams y “Star Wars” como los responsables de ese renacimiento. Tras muchos años de música más orientada a la audiencia y los gustos del mercado, sus partituras deliberadamente narrativas trajeron de vuelta a la atención del gran público la importancia y la fuerza de la música como instrumento básico de la técnica cinematográfica.

El compositor y director de orquesta introdujo toda una serie de elementos que serán la base de su narrativa visual. El primero es la obertura que abre todas las películas de la serie, junto a ese texto que le proporciona el aire de novela que Lucas perseguía. La música es una referencia directa a la obertura compuesta por Erich Wolfgang Korngold para “Abismos de pasión”, y la referencia principal para el tono general de la banda sonora. No en vano, Korngold, responsable de la música para “Las aventuras de Robin Hood”, “El halcón del mar” o “Capitan Blood”, es considerado el creador del sonido clásico de música de aventuras, y el modelo que Lucas le dio a seguir a Williams para la película. Precisamente la obertura se convierte en la música del heroísmo, de la aventura y queda asociada a uno de sus personajes principales como es Luke Skywalker.

Otros motivos se repiten a lo largo de la saga, como la “Fanfarria Rebelde”, utilizada para representar a los elementos de la Alianza Rebelde con ese tono heráldico y siendo parte de todos los créditos finales de las películas. Con un tono más oscuro, se introduce un motivo Imperial para representar la presencia y actividad de las fuerzas del Imperio y el motivo de la “Estrella de la Muerte” que acompaña a las apariciones de la nave. El más destacado es la utilización del “Dies Irae” relacionado con muertes en momentos significativos de la historia. Pero los motivos más famosos seguramente sean los dos temas principales: el tema de la fuerza, que aparece en los momentos más significativos de todas las películas, siempre asociado al destino y a la que tanta referencia hacen los Jedi en su formación. Y uno de los más brillantes, el tema de la Princesa Leia, cuya preciosa melodía cargada de romanticismo aparece siempre que se habla de ella o se encuentra en alguna situación complicada.

Con su trabajo, el estadounidense consigue hacer real un mundo fantástico como es el de esa galaxia lejana, en el que la partitura tiene tanta historia encima como esas máquinas oxidadas y repletas de polvo que la habitan. Su musicalidad basada en personajes (ese leitmotiv que mencionaba antes) ejerce de guía de ayuda musical para los espectadores, una coherencia narrativa que permite establecer conexiones entre protagonistas y eventos de las películas. ¿Quien no recuerda alguno de ellos? Hasta mi hija de dos años tararea la marcha imperial sin haber tenido aun ocasión de ver las películas. Seguro que le volverán los recuerdos cuando tenga ocasión de hacerlo, y sonreirá al ver la influencia de esa figura negra en la historia cada vez que suena.

 

 

Considerar la música de “La Guerra de las Galaxias” como una de las mejores bandas sonoras de la historia es una cuestión personal, pero es inevitable definirla como uno de los universos musicales más reconocibles de la historia del cine. Hay varias razones para que así sea, como la calidad de la composición de Williams y las influencias musicales clásicas sugeridas por George Lucas que el compositor consigue hacer completamente suyas. Y finalmente, la familiaridad y resonancia que consigue usando los motivos principales a lo largo de toda la saga, proporcionándole una coherencia musical maravillosa. Pero “La Guerra de las Galaxias” es todo un mundo nuevo, en una galaxia muy muy lejana que conquistó nuestros corazones desde hace casi ya 40 años. Un mundo que continúa añadiendo nuevos episodios e historias que no va a dejarnos fuera.

Su música siempre nos acompañará, así como la multitud de ediciones de su banda sonora que suelen reeditarse con cada nuevo capitulo de la saga. No es necesario recomendar ninguna especialmente, incluso ahora existe una edición que recopila las ediciones de los seis primeros episodios: la ocasión perfecta para hacerse con una de las bandas sonoras más memorables de la historia del cine.

 

 

Anterior entrega de Las grandes B.S.O.: “Matrix” (1999), música de Don Davis.

 

 

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