“Compositor de canciones entre poesía y dinamita, consigue emocionar no solo con el corazón, sino también con las vísceras”
Jagoba Estébanez escoge diez de las mejores letras firmadas por Robe Iniesta, desde su etapa con Extremoduro hasta la actualidad.
Texto: JAGOBA ESTÉBANEZ.
Extremoduro es uno de los mejores grupos nacionales en todos los aspectos.
Puede que sea porque a finales de los ochenta surgieron para desmoronar la calma chicha, como un cerezo que explosiona en primavera tras un estéril letargo.
Puede que sea porque transgredieron toda estructura de canción al uso.
Puede que sea porque desgranan el inconformismo en potentes canciones como nadie.
Puede que sea porque nos hacen olvidar si entre locura y cordura existió alguna frontera.
Puede que sea porque mezclan amor y mierda a partes iguales, encogiendo y estirando al oyente con una intensidad propia de un potro de tortura.
Puede que sea porque sin pretenderlo, es uno de los grupos más carismáticos, sin ligazones ni banderas.
Puede que sea por la inclusión de Iñaki Antón “Uoho”, y sus producciones.
Puede que sea porque cumplir años les sienta fetén, haciendo a los rockeros más puristas disfrutar de un mayúsculo rock sinfónico cargado de violines, violas, órganos o saxos.
Puede que sea por su popularidad.
Pero seguro que es por sus letras.
Me he permitido comenzar el artículo con una anáfora, como Roberto Iniesta (voz, guitarra y letra de Extremoduro) lo ha hecho en varias de sus canciones.
Durante el período helenístico, la poesía se fijó como la más importante de las artes, de la cual provenían todas las demás. Y Robe no concibe una canción si no es a través de la poesía, también su origen. Arte con el que se inició en la música, vendiendo letras de canciones que él mismo escribía.
Textos de una calidad incuestionable, en los que nunca deja en entredicho que su máxima aspiración es el amor de una de sus musas, verosímilmente ilusoria. El extremeño es un poeta bucólico, parco en palabras, que en sus canciones no da puntada sin hilo.
Pero no todo es amor y literato. Si Robe no consigue dar con su musa, no tiene ningún reparo en buscar cualquier psicoactivo que lo estimule hasta alzar el vuelo. Y si la canción se torna pretenciosa o muestra un refinamiento expresivo, es dueño y señor de introducir “escroto”, “picha” o “puta” en medio de ella, sonando incluso más poético que soez tras ese revés. Prueben ustedes mismos a componer un verso con cualquiera de esas palabrotas malsonantes y cántenlo en la ducha. Sórdido, ¿verdad? Pero Robe es auténtico, culpable del rock transgresivo que infringe cualquier estándar.
Un repaso por sus textos puede asemejarse a un pasaje por la historia de la pintura, donde encontraremos realismo, impresionismo, abstracto, arte naïf e incluso pinturas negras. Y un análisis de un texto suyo en concreto es como leer una poesía que ha esbozado un premio Nobel de literatura, y ha sido refinada por el cónclave de un manicomio. Algo embriagador.
Así es Robe Iniesta, compositor de canciones entre poesía y dinamita, en las que consigue emocionar no solo con el corazón, sino también con las vísceras. Tras recorrer su discografía, hemos seleccionado diez de las mejores letras que firmó Robe con Extremoduro. Bienvenidos a su mundo.
1. ‘Tercer movimiento: Lo de dentro’ (“La ley Innata”, 2008).
2. ‘Stand by’ (“Yo, minoría absoluta”, 2002).
3. ‘Locura transitoria’ (“Para todos los públicos”, 2013).
4. ‘Jesucristo García’ (“Tú en tu casa, nosotros en la hoguera”, 1989).
5. ‘Si te vas…’ (“Material defectuoso”, 2011).
6. ‘La vereda de la puerta de atrás’ (“Yo, minoría absoluta”, 2002).
7. ‘Puta’ (“Yo, minoría absoluta”, 2002).
8. ‘Tu corazón’ (“Somos unos animales”, 1991).
9. ‘Cuarto movimiento: La realidad’ (“La ley Innata”, 2008).
10. ‘Segundo movimiento: Lo de fuera’ (“La ley Innata”, 2008).
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